Análisis de XCOM 2 (PC)

Tras el enorme éxito tanto de crítica como de público de XCOM: Enemy Unknown, estaba claro que la saga había vuelto para quedarse y que 2K Games no iba a dejar escapar la oportunidad de encargarle a Firaxis el desarrollo de una secuela. Dicho y hecho, esta semana por fin podremos continuar esta particular guerra contra los alienígenas invasores gracias al lanzamiento de XCOM 2, un juego tan frustrante y desafiante como absorbente, profundo y divertido que recupera lo mejor de su predecesor y aporta interesantes novedades que nos obligarán a convertirnos en auténticos estrategas para ganar de una vez por todas la guerra por nuestro planeta.
El contraataque de la humanidad
Esta vez la historia se ambienta 20 años después de los hechos de Enemy Unknown, un futuro en el que los alienígenas controlan a nuestra especie con sus mentiras. Los planes que tienen en realidad para nosotros no están del todo claro, pero los pocos miembros que quedan de XCOM (quienes sobreviven ocultos en las sombras) no se van a quedar de brazos cruzados y están preparándose para iniciar el contraataque y desenmascarar la verdad, aunque para ello necesitan el liderazgo de su Comandante: nosotros.

A partir de aquí comienza una trama que si bien no es especialmente original, sí que está muy bien narrada, usando para ello multitud de recursos, incluyendo situaciones jugables, para hacernos completamente partícipes de la intensidad y crudeza de la guerra que tendremos que liderar. Además, existen ciertos misterios que nos animarán a continuar para descubrirlos, sin olvidarnos de varios giros de guion que consiguieron sorprendernos y de momentos totalmente inesperados que se dan cuando menos te los esperas.
Entrando ya en lo que es su apartado jugable, volvemos a estar ante un título que sigue paso por paso la fórmula del original, estructurando su desarrollo en dos partes bien diferenciadas: las de gestión de nuestra base y las misiones de combate. En cuanto a lo primero, ahora tenemos la novedad de que nuestro centro de mando es completamente móvil, por lo que podremos movernos por todo el planeta con ella para acudir a los lugares que necesiten nuestra ayuda, hacer contacto con los grupos de resistencia de cada región y extender nuestra influencia para aumentar nuestros ingresos de suministros mensuales y obtener otra serie de ventajas que podéis dar por hecho que vais a necesitar.

Por lo demás, todo se mantiene más o menos igual, teniendo que ampliar las instalaciones de nuestra base mediante la creación nuevas salas destinadas a actividades concretas, asignando investigaciones, desarrollando y creando equipamiento con el que mejorar a nuestros soldados, etcétera. Todo ello mientras intentamos mantener nuestros recursos a un nivel aceptable, aunque rara vez tendréis dinero o personal suficiente para hacer todo lo que os gustaría, así que os tocará fijar bien vuestras prioridades y valorar con cuidado qué podéis descartar.
Los combates vuelven a ser muy parecidos a lo visto en Enemy Unknown, de modo que volveremos a controlar a pequeños escuadrones de entre cuatro y seis soldados mientras los movemos por turnos en escenarios divididos en casillas. En cada turno podremos mover a nuestras unidades en el orden que queramos y cada una tendrá dos acciones, pudiendo invertir ambas para llegar más lejos o gastar la primera para realizar un movimiento y la segunda para atacar, aunque esta regla tiene muchas excepciones que varían dependiendo de la clase de nuestro soldado y de las mejoras y habilidades con las que cuente.

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