Análisis de Watch Dogs (PS4, PC, PS3, Xbox 360, Xbox One)
Desde que se llevara el E3 de 2012 de calle, mucho se ha hablado de Watch Dogs, en los últimos tiempos más para mal que para bien, con el cansino debate del empeoramiento gráfico desde que se mostrara por primera vez hasta lo que ha resultado ser el producto final, un hecho que ha puesto incluso de moda la palabra downgrade. Una práctica de dudosa moralidad muy habitual dentro de esta industria, especialmente por parte de algunas compañías, y que ahora parece se va a perseguir con mano de hierro por los aficionados a los videojuegos más entusiastas, algo que nos parece bien, ya que seguro en los próximos meses se cuidarán de no darnos gato por liebre, dadas las consecuencias negativas que esto puede acabar teniendo.
Pero dejando a un lado lo que gráficamente pudo haber sido o lo que nos prometieron que sería, algo que tenemos que intentar hacer cada vez que analizamos un videojuego, Watch Dogs es un ambicioso y entretenido juego de mundo abierto que nos ha gustado muchísimo, y al que todavía pensamos dedicar muchas más horas después de haber escrito este texto, algo que no podemos decir de todos los juegos. Desarrollado por Ubisoft Montreal en colaboración con otros estudios de la compañía gala, los creadores de la serie Assassin's Creed y Far Cry 3 demuestran su amplia experiencia en el género de los sandbox, aprovechando todas las virtudes y evitando casi todos los defectos que los juegos de mundo abierto suelen traer consigo.
Si su espectacular debut en la anterior generación con el primer Assassin's Creed resultó ser un juego con un gran concepto que terminaba no de cuajar, siendo repetitivo y tedioso, por su falta de variedad entre otras cosas, algo que arreglarían con las siguientes entregas, Watch Dogs es mucho mejor primer episodio de una nueva saga a la que vemos mucho potencial para los próximos años. Es gigantesco, variado, siempre entretenido y se permite sus toques de originalidad, algo que no es fácil a estas alturas, lo que le da entidad propia, personalidad. Su elemento diferenciador, el hackeo, en un combinado en el que la acción, el sigilo y la conducción tienen igual protagonismo.
Watch Dogs se desarrolla en la ciudad estadounidense de Chicago, en un futuro cercano en el que toda la tecnología y la información de esta gran urbe están conectados mediante un sistema operativo central (ctOS), que lo controla todo. Nosotros somos un experimentado hacker, Aiden Pearce, quien mediante un teléfono móvil puede conectarse a esta red, y usar la tecnología de la ciudad a su antojo. Conocer la información personal de todos los ciudadanos y robarles datos y dinero de sus cuentas, cambiar el color de los semáforos, activar puentes levadizos, moverse por las cámaras de vigilancia, incluso hasta dentro de las viviendas si al menos estas cuentan con una webcam, y realizar acciones tan peligrosas como reventar tuberías de vapor subterráneas.
La historia nos cuenta cómo uno de sus muchos trabajos ilegales sale mal, y este se le vuelve en contra y acaba afectando a su familia, perdiendo un ser querido a manos de unos criminales. A partir de este momento buscará venganza, intentando dar con los culpables, y por el camino se enfrentará a todo tipo de peligros y descubrirá los secretos más oscuros de la ciudad de Chicago. Una historia demasiado sencilla para la cantidad de horas que dura, que se nota un poco estirada y podía haber sido más ambiciosa, donde encontramos los temas más interesantes en las subtramas o eventos puntuales. Nos hubiera gustado por ejemplo saber más del pasado de nuestro protagonista, por qué es un hacker, ya que apenas sabemos nada de él, y ni los secundarios ni los villanos resultan memorables, aunque hay algún personaje con carisma.
En cualquier caso la historia se sigue sin problemas, está razonablemente bien escrita y aunque por momentos resulta demasiado inverosímil dentro de su tono serio, a veces no sabíamos si estábamos controlando a Aiden Pearce o Max Payne por la cantidad de enemigos que nos ventilamos, creemos que hace un buen trabajo a la hora de conseguir que nos planteemos a dónde nos puede llevar el exceso de "seguridad ciudadana", el hecho de ceder privacidad personal para un supuesto bien mayor. Ya que somos un justiciero, que cree en hacer el bien, hay un sistema de reputación, que va valorando nuestras acciones, y si hacemos el mal –herir o matar peatones-, la policía estará más atenta en buscarnos y los civiles denunciarán nuestra presencia, por lo que de manera inteligente el juego nos induce a comportarnos bien, tal y como haría el protagonista, aunque no nos obliga.
Al principio de la aventura tenemos muchas misiones tipo tutorial, en la línea de la saga Assassin's Creed, que creemos aquí son más necesarias que nunca, ya que es conveniente que asimilemos correctamente sus muchos conceptos jugables. No tardan en darnos libertad y dejarnos obrar a nuestro antojo, pero se preocupan en que adquiramos correctamente esas nociones básicas, ya que sino correríamos el riesgo de sentirnos desbordados, tanto por la enorme cantidad de contenidos, como por las amplias posibilidades jugables. Esto no afecta al ritmo, y desde el principio estamos ante un juego siempre variado y entretenido, nunca se hace tedioso, algo en lo que más se nota la experiencia de Ubisoft Montreal en hacer sandbox.
Los pilares de la jugabilidad se podría decir que son básicamente cuatro: acción, sigilo, hackeo y conducción. Las misiones principales siempre se componen de estos elementos, y muchas veces nos dan opciones para elegir si queremos entrar en territorio enemigo a tiro limpio o infiltrándonos sin ser descubiertos. Tanto de una manera como de otra el juego funciona perfectamente, y aunque la inteligencia artificial enemiga no es ninguna maravilla (prácticamente no hay un análisis en el que no digamos esto), esto no amarga la experiencia. Aunque si queremos un mínimo reto, es casi imprescindible subir la dificultad a un nivel mayor que el que viene por defecto –a difícil o realista-, o incluso quitar la ayuda al apuntado, ya que sino los tiroteos son demasiado fáciles.
Ya sea jugando con sigilo o a tiros, tenemos un clásico sistema de coberturas de juego de acción en tercer persona que funciona correctamente y que recuerda al del último Splinter Cell, y la sal y la pimienta y lo que lo hace diferente a otros juegos de acción, lo pone el hackeo, presente en todo momento. Cuando nos estamos infiltrando podemos movernos por las cámaras de seguridad para ver a los enemigos y marcarlos, interferir en sus comunicaciones, causar ruidos en el entorno y atraer su atención, crear apagones, utilizar cebos… las posibilidades son enormes, y es seguro que no acabarás usándolas todas.
Y lo mismo pasa durante la acción directa, además de utilizar un amplio arsenal, puedes explotar elementos del entorno para dañar a los enemigos, y hasta activar las granadas que llevan encima. Mover elementos como grúas, persianas ascensores para crear o eliminar coberturas, hay multitud de maneras para hacer frente a los enemigos, utilizando el entorno, y por esto se siente fresco y diferente respecto a otros juegos de acción en tercera persona. En ocasiones hay escenas de acción bastante frenéticas, con una cantidad enorme de enemigos, que desentonan un poco con el tono mayoritariamente realista del juego, pero la verdad es que te lo pasas tan bien que no te importa demasiado, y son unas cuantas las licencias que se toma de este estilo, como algunos minijuegos más propios de un Saints Row o un Grand Theft Auto que de una aventura que pretende ser seria.
Como en todo buen sandbox urbano la conducción es muy protagonista, y en Watch Dogs se limita a cumplir. Es mejorable sí, pero tampoco empaña la experiencia, y cambia mucho dependiendo del vehículo que conduzcas. Siempre con sensaciones arcade, hay desde coches con una dirección muy sensible a otros que son auténticos ladrillos, y en los que para girar en las curvas necesitas tirar de freno de mano. Nos hubiera gustado quizá unas mejores físicas, y unas colisiones más convincentes, pero cuando le coges el punto, tampoco es un problema. Además la conducción también se ve enriquecida por el hackeo, y levantar bolardos, puentes, cambiar de color los semáforos y reventar tuberías de vapor mientras te persiguen es muy divertido, y más fácil de hacer de lo que podría parecer en un principio, con un simple botón.
Como hemos explicado el hackeo lo impregna todo, los tiroteos, el sigilo y la conducción, y está bien implementado, es intuitivo y sencillo de utilizar, y no ha tenido que ser fácil de hacer, aunque ahora lo parezca. Y además también protagoniza sus propias secciones jugables, desde sencillos minijuegos de hackeo a partes de exploración y observación del entorno que nos han parecido muy interesantes y entretenidas, y que aportan un toque de variedad y pausa muy agradecido en un juego de acción. El simple hecho de pasear por la calle y curiosear con los peatones ya entretiene: ver a qué se dedican, sus ingresos anuales y todo tipo de curiosas circunstancias personales, que casi nunca se repiten, es impresionante el trabajo que han realizado en crear un sinfín de ciudadanos únicos.
Tanto las habilidades de hackeo como de combate, creación de objetos y conducción las vamos mejorando y ampliando a lo largo de la aventura, ya que cada vez que subimos de nivel de experiencia, nos dan un punto para gastar en los árboles de habilidades. Desactivar helicópteros, controlar trenes, interferir en las comunicaciones enemigas, levantar pinchos en la calzada, obtener más dinero en los cajeros al robar a los ciudadanos, mejorar el uso de las armas u obtener el poder de concentración, una acción que nos permite ralentizar el tiempo, son habilidades que nos tenemos que ir ganando poco a poco.
Además de las 39 misiones principales, tenemos un montón de contenidos extra, entre misiones secundarias, investigaciones, recolectables y minijuegos. Los convoyes criminales, en los que tenemos que eliminar o incapacitar a un objetivo en marcha, los contratos de agente, diferentes misiones de conducción que pueden ser de huida, intercepción, señuelo o transportista, los escondites de banda, unas bases enemigas en las que tenemos que acabar con uno o varios objetivos de manera no letal, y los delitos detectados, agresiones o robos en los que hay que intentar detener al agresor, y si es sin que hieran a la víctima, mejor.
Las investigaciones son una serie de búsquedas bastante interesantes en las que además se nos premia al final con una misión, y que van desde la búsqueda de unos desaparecidos, en relación con un asesino en serie, al tráfico de personas o las curiosas y divertidas invasión de la privacidad, en las que espiamos a la gente dentro de su propio hogar, y les vemos realizar actividades en ocasiones de los más peculiar. Hay un montón de registros sonoros, canciones que desbloqueamos para el móvil, cien City Hotpots, lugares de la ciudad en los que nos hablan de algún monumento o edificio emblemático o incluso de un hecho histórico de la ciudad de Chicago, y un larguísimo etcétera, es un juego repleto de contenidos.
Los minijuegos son de póquer, beber chupitos, ajedrez, cash run –correr recogiendo unas monedas-, trile, y todos cuentan con diferentes niveles de dificultad. Y lo más original y disparatado lo ponen los viajes digitales, cuatro juegos bastante elaborados como Madness, una especie de Carmageddon en el que tienes que atropellar demonios, o Spider-Tank, en el que con una araña gigante mecánica tienes que arrasar con todo. No todos los minijuegos son igual de divertidos y acertados y por ejemplo hay alguno que es bastante aburrido, pero esto en ningún caso resta, no deja de ser más contenido en un juego en el que hay muchas cosas para hacer.
Además de todo también hay seis modos online muy bien integrados en la aventura, tanto que en la experiencia para un jugador en cualquier momento te puede asaltar un extraño para intentar robarte datos, teniendo un tiempo para encontrarle antes de que complete la acción, en el llamado Hackeo en línea. Seguimiento en línea es muy similar, solo que tienes que observar y seguir de cerca a un agente sin que se dé cuenta en ningún momento. En Modo libre en línea te puedes juntar con ocho amigos para explorar la ciudad y cazar agentes enemigos. Carrera en línea es una competición con vehículos superando puntos de control, para hasta ocho jugadores, y en Descifrado en línea varios jugadores compiten por recuperar un archivo en una emocionante búsqueda.
Por último tenemos Desafío de ctOS Mobile, en el que uno de los jugadores tiene que jugar con la aplicación para tablets y smartphone de descarga gratuita, tomando el papel de la policía, mandando helicópteros, activando trampas, etcétera, mientras el otro jugador intenta escapar. Una experiencia online bastante original aunque intergeneracional todavía, que parece un avance de lo que puede llegar en un futuro, en el que en un sandbox como este se rompan definitivamente las barreras entre la experiencia para un jugador y el multijugador. No sabemos cómo será cuando haya millones de jugadores de todo el mundo participando, y si puede resultar agobiante, pero lo que hemos probado hasta el momento nos ha gustado y resultado emocionante, esos momentos en los que un extraño se ha metido en nuestra partida con intenciones deshonestas y le hemos tenido que cazar, aportando más variedad si cabe en un juego que va sobrado de ella. En cualquier caso es algo que se puede desactivar, para quien no quiera visitas inesperadas.
Hablando de duración, si vas al grano con las misiones principales y te entretienes poco con lo secundario, te puede durar unas 20 horas. Y si eres un completista y te dejas seducir por todo lo secundario, algo que nos ha pasado, es casi inevitable, tu partida se puede ir tranquilamente a las más de 40 horas. Es un juego de una duración muy variable y más si tenemos en cuenta los modos online, muy generoso en contenidos, para todos los gustos. En la línea de los últimos Assassin's Creed, puedes estar jugando semanas a Watch Dogs, es un producto que se emplea muy fuerte en justificar cada euro que cuesta, y que es agradecido tanto en partidas largas como cortas.
Y llegando al tema de los gráficos, ni es ese desastre del que se viene hablando varias semanas, ni esa maravilla que vimos por primera vez en el E3 de 2012. La nueva generación de consolas y los PC actuales pueden dar mucho más de sí, pero eso no lo convierte en un juego visualmente malo, ni mucho menos. Para empezar, nos ha parecido la mejor recreación de una ciudad real que hemos visto en juego alguno, es totalmente convincente, cada calle, callejón, los edificios, los parques, se ha hecho un trabajo formidable, es una ciudad con vida, que te crees, recreada con todo lujo de detalles. Ojo no hablamos de impacto visual, evidentemente la Seattle de Infamous: Second Son es mucho más bonita, pero la de Watch Dogs es más convincente en cuanto a una ciudad realmente viva, con cientos de personas en sus quehaceres diarios.
La iluminación podría ser mucho mejor –es lo que más empaña el resultado final, sobre todo de día-, y algunas de las texturas podían tener más detalle, pero el diseño de Chicago es excelente. También nos gustan mucho las animaciones del protagonista, y ciertos momentos, como el efecto de suelo mojado con charcos, pero luego hay detalles mejorables, como las físicas, muy feas por ejemplo al atropellar peatones. Técnicamente en las nuevas consolas se mueve en ambas a 30fps y a 900p de resolución en PlayStation 4 y 792p en Xbox One, y algunos de los defectos gráficos que apreciamos en la beta hace un mes, por suerte se han corregido en esta versión final. Hemos analizado la versión de PS4 –no hemos visto ni probado las versiones de PS3 y X360-, y la tasa de imágenes se mantiene bastante estable en todo momento, con alguna caída puntual que no resulta demasiado molesta, y una calidad de imagen muy limpia y nítida, sin rastro de algunos de los defectos gráficos más temidos de la anterior generación –carga tardía de texturas, tearing, etcétera-.
El sonido por su parte nos ha parecido sobresaliente, con un gran doblaje al castellano, de los mejores que hemos escuchado en un juego de Ubisoft, y uno de los más meritorios, teniendo en cuenta la ingente cantidad de diálogos y archivos sonoros. Viene a demostrar, por si alguien todavía la dudaba, que un Grand Theft Auto se podría doblar perfectamente, y que ayuda a que la experiencia sea más llevadera, y no te importa que haya conversaciones mientras conduces, entre otras cosas, como enterarte de los comentarios de todos los peatones. Como único fallo en este apartado, el sonido de las armas, que podían ser más contundentes. La banda sonora también está a la altura, tanto la licenciada que puedes escuchar en cualquier momento en el móvil andando o conduciendo -Curtis Mayfield, Kid Cudi, Wu-Tang Clan, Public Enemy, Alice Cooper, Weezer, Vampire Weekend, Smashing Pumpkins, etcétera-, como la compuesta expresamente para el juego durante las misiones, muy vibrante y con personalidad, lo que termina por crear un apartado sonoro muy bueno.
Donwgrades aparte, un gran juego
La verdad es que nos has sorprendido gratamente Watch Dogs. Ya fuera porque en las últimas semanas se ha hablado más de gráficos que de otra cosa, o porque en nuestro contacto de hace un mes nos dejó un poco desconcertados, tenemos que admitir que lo empezamos con algo de escepticismo, pero a base de una enorme cantidad de buenos argumentos nos ha convencido totalmente. Un juego de mundo abierto entretenido de principio a fin, con una enorme variedad de contenidos, con buenas secciones de sigilo, divertidos tiroteos, alocadas persecuciones y el siempre omnipresente hackeo, perfectamente implementado, que le da un toque de distinción y originalidad que lo diferencia de otros juegos y lo hace único.
Si os gusta el género y os motiva la temática, seguro que no os va a decepcionar. Y aunque podría haber llegado un poquito más lejos mejorando ciertos aspectos, y deja esa ligera sensación de "la secuela seguro que será mucho mejor", como primer capítulo de una nueva saga, con mucho potencial de futuro, nos ha parecido un juego redondo y sobre todo, muy disfrutable.