Análisis de Fallout 76 (PS4, Xbox One, PC)
Hace muy poco se cumplieron 10 años del lanzamiento de Fallout 3, uno de los juegos más impactantes de la pasada generación, que cautivó a millones de jugadores y que convirtió a esta saga de Bethesda en una de las más queridas y exitosas. Desde entonces, además de algunos experimentos como un título para móviles, hemos tenido Fallout: New Vegas (2010), un RPG con bastantes fallos y al que le faltó tiempo de desarrollo, pero que derrochaba encanto gracias al genial entramado narrativo que tejió Obsidian, y Fallout 4 (2015), un exitazo y un juego muy disfrutable, pero con evidentes síntomas de agotamiento en la fórmula, tanto en lo jugable como en lo técnico.
Ahora llega una nueva entrega, Fallout 76, que incluye como mayor novedad el multijugador, y que fue condenado prácticamente desde su nacimiento, como si los jugadores le estuvieran cobrando una serie de facturas pendientes a Bethesda. Algo han tenido que hacer muy mal para llegar a esta situación, eso está claro, pero lo primero que queremos decir es que Fallout 76 ni es "un desastre" ni "está completamente roto", y de hecho es fácil que cualquier amante de la saga sepa disfrutarlo, ya que es bastante entretenido. Eso no quita que tenga multitud de defectos y aspectos mejorables, y que visto el resultado y la recepción del público, sea sin duda una apuesta fallida.
Aunque sea un tema recurrente con cada lanzamiento de Bethesda Game Studios, sus bugs y defectos técnicos nos parecen el menor de sus problemas, ya que en su mayoría tienen solución, no así el diseño en general del juego, una aventura acción y rol que falla tanto en ofrecer una gran experiencia para un jugador como un buen multijugador, quedándose en un indefinido punto intermedio.
A esto se suman multitud de problemas jugables, desde los tiroteos hasta el desangelado diseño de misiones, y le pone le puntilla un apartado gráfico desfasado, con aspectos técnicos difícilmente tolerables en un juego de gran presupuesto en pleno 2018, que acaban formando la tormenta perfecta.
Para que os hagáis una idea muy rápida de lo que ofrece, coge la jugabilidad y los gráficos de Fallout 4, sin prácticamente novedades -aunque tres años todavía más obsoletos-, y le añade un multijugador un tanto forzado, al que no le saben sacar partido, desaprovechando todo su potencial. Esto además se cobra un precio bastante alto, en forma de una narrativa y un diseño de misiones peores que en anteriores Fallout, por lo que ofrece una experiencia evidentemente peor si lo quieres jugar en solitario.
Lo que podría haber sido el Fallout: New Vegas de esta generación, una nueva entrega con personalidad propia y que ofreciera nuevas ideas, se ha quedado en un juego bastante flojo, que pese a todos sus defectos es perfectamente disfrutable si te gusta mucho la fórmula. Porque explorar su hostil y atractivo mundo postapocalíptico, y recoger un montón de objetos y craftear durante horas mientras mejoras a tu personaje, sigue siendo igual de adictivo que hace diez años, pese a todas las carencias que tiene, y el potencial desaprovechado.
Bienvenidos a West Virginia
Fallout 76 argumentalmente es una precuela, y nos pone en la piel de uno de los residentes del refugio 76, uno de los primeros en abrirse después de la guerra nuclear, en el año 2076. Esto provoca una de las primeras decisiones polémicas de la aventura, y es que no hay NPC en forma de personajes humanos, lo más parecido que queda con vida son algunos robots, y solo nos cruzaremos -con suerte- con otros jugadores que se encuentran en nuestro servidor, ya que siempre tienes que estar conectado a internet para poder jugar.
Esto provoca importantes problemas en la narrativa, que se nos cuenta a través de multitud de documentos en forma de texto y audio, lo que se hace bastante pesado a veces. Aquí encontramos una de las primera fricciones, y es que pararse durante minutos a leer textos o escuchar grabaciones no es demasiado compatible con jugar en compañía, así que si te quieres enterar de la historia tendrás que hacer las misiones en solitario.
En las primeras horas y si te dedicas a jugar solo, parece que estás ante una expansión más de Fallout 4, aunque con algún elemento jugable diferente, como el V.A.T.S. en tiempo real, que no acaba de funcionar bien del todo, y que te recuerda que no estás exactamente ante el mismo juego de siempre. Es cuando llevas unas cuantas horas y te centras en la historia principal, cuando descubres que sí, es muy parecido a los últimos Fallout, pero su historia y narrativa es mucho peor, no hay ningún tipo de decisiones argumentales, y el diseño de misiones es insulso y repetitivo, una serie de recados sin mucha justificación para que te des enormes paseos por su enorme mapa, y vayas descubriendo las distintas localizaciones.
Sigue habiendo pequeñas historias muy interesantes en su enorme mundo, y si eres muy fan de la saga se profundiza y expande su lore con información relevante, por ejemplo conocemos el verdadero origen de la Hermandad del Acero. Pero al final, cuando has visto toda la historia en su conjunto, te das cuenta de que el viaje no ha merecido demasiado la pena, y además hay que poner mucho de tu parte para enterarte de algo, parándote a leer abundantes textos, y haciendo misiones que son constantes e insulsos recados a los que no les ves mucho sentido.
Pese a todo, sigue siendo muy adictivo y absorbente explorar su atractivo mundo postapocalíptico, el diseño de escenarios y la narrativa ambiental la domina muy bien Bethesda, y es entretenidísimo descubrir todo tipo de extrañas localizaciones mientras observas qué ha pasado y recoges abundantes recursos y armas, enfrentándote a criaturas a cada cual más extraña y peligrosa.
Es un juego con muchos defectos sí, pero si te gustaron Fallout 3 y Fallout 4 vemos complicado que no te vayas a entretener durante un buen puñado de horas con este, ya que jugablemente es tremendamente parecido, y algunas de sus mayores virtudes siguen presentes.
Un multijugador desaprovechado
En vez de haber diseñado un MMO, algo que podría haber funcionado como en The Elders Scrolls Online, Fallout 76 da la sensación de ser una aventura para un jugador a la que le han incorporado un modo multijugador sin esforzarse demasiado, desaprovechando el potencial enorme que podría haber tenido. Podemos juntarnos con amigos y desconocidos para explorar, realizar misiones, comerciar, participar en eventos y enfrentarnos a criaturas poderosas, y también hay PvP (jugador contra jugador), pero el juego no te da en ningún momento la sensación de haber sido diseñado con el multijugador en mente, algo que evidencia por ejemplo el desarrollo de las misiones, que no incitan a cooperar.
Se nos ocurren multitud de ideas que se podían haber hecho en un Fallout multijugador, como que hubiera diferentes facciones a las que se pudieran unir los jugadores y poder competir entre sí, que te pudieras especializar en roles muy específicos como ser un comerciante, un médico, un cazador o un cazarrecompensas y que te tuvieras que comportar como tal en el mundo, o que se pudieran construir y mantener campamentos entre varios jugadores hasta crear auténticas fortalezas, pero nada de esto está presente, o apenas se esboza. Es posible que muchas de estas ideas lleguen en los próximos meses, pero ahora mismo no están, y lo que hay es un multijugador un tanto endeble.
Cada vez que te conectas compartes el mundo con otros 23 jugadores, y el mapa es tan grande que pueden pasar horas hasta que te cruces con alguien. Es aquí donde echamos de menos alguna especie de punto neurálgico, un lugar habitual al que vayan los jugadores, ya que es muy complicado encontrarte con otros de casualidad, aunque siempre los ves indicados en el mapa y nada te impide acercarte a ellos e interactuar. Hay tantos eventos públicos activos a la vez que es complicado que los jugadores se pongan de manera natural de acuerdo y se concentren en uno. Además estos no son demasiado inspirados, y se basan en eliminar hordas de enemigos y poco más.
Como podéis imaginar, junto a uno o varios amigos se pueden vivir momentos muy buenos -como en cualquier otro juego-, e incluso con desconocidos hemos tenido peculiares experiencias de colaboración sin comunicarnos verbalmente, algo que ha sido bastante satisfactorio y curioso, y que da una buena pista de todo el potencial que tiene un Fallout multijugador, que no se ha sabido explotar del todo.
También podemos enfrentarnos a otros jugadores, con un PvP que se basa en el dicho de "dos no se pelean si uno no quiere", literalmente, así que si un jugador te ataca y no le devuelves los golpes apenas te hace daño, y no se inicia una contienda. Si no queremos tener combates contra otros jugadores y solo queremos jugar en solitario o de manera cooperativa, basta con activar el modo Pacifista y se desactivará el PvP.
El problema del PvP es que las recompensas por matar a otros jugadores no son gran cosa, y la jugabilidad de los combates es muy tosca y nada satisfactoria, por la que la motivación para enfrentarte a otros es prácticamente nula. Sí hay un elemento bastante interesante, unos talleres que generan recursos y que los jugadores pueden capturar y defender del ataque de otros, pero que ni siquiera se molestan en presentarlos y explicarlos adecuadamente, por lo que la gente casi no está utilizando esta posibilidad, aunque da una pista de cómo podría mejorar y ampliarse el juego en los próximos meses.
La apuesta por la supervivencia
Es importante dejar claro que estamos ante un Fallout más hostil de lo habitual, ya que incrementa su apuesta por los elementos de supervivencia, algo que a algunos jugadores no gustará e incluso llegará a desesperar, por la escasez de recursos y tener que estar pendiente de muchas cosas a la vez, pero que en cambio otros sabrán disfrutar, y se lo pasarán en grande con estas dificultades.
Lo que en Fallout 4 era un modo de dificultad adicional, llamado Supervivencia, aquí es el juego por defecto -aunque no llega a ser tan extremo-, y eso nos obliga a tener que comer y beber, más allá de controlar la salud y la radioactividad, y además podemos contraer todo tipo de enfermedades, ya sea por un simple golpe de un enemigo contaminado o por haber dormido en el suelo.
Además, los recursos son muy escasos, ya sea la munición, los estimulantes para curar la salud o la chatarra que necesitamos para reparar las armas y las armaduras, y esto provoca que tengas que pasar muchas horas recogiendo objetos y gestionando el inventario. Todo escasea, y hasta nos cobran chapas -la moneda de Fallout- por hacer viaje rápido, por lo que casi no podemos usarla para comprar recursos, que son carísimos. Al menos eso sí no han metido micropagos en el diseño del juego, y solo están en una tienda en el menú principal para adquirir skins y elementos estéticos que no sirven para nada práctico, solo para vacilar con otros jugadores.
Como otros muchos elementos, los menús y la interfaz son igual que en los anteriores Fallout, pero unos cuantos años más viejos y con un mayor protagonismo en esta entrega, lo que evidencia todavía más sus carencias. Porque pasamos muchas, muchísimas horas gestionando el inventario, de una capacidad muy limitada, y es tedioso lo poco prácticos e intuitivos que son los menús, por mucho que te acostumbres.
Si no gestionas bien los recursos o no dedicas el tiempo suficiente a explorar y recoger objetos, te verás envuelto en situaciones muy embarazosas, como tener tus armas principales rotas y no poder repararlas, no tener comida y agua para alimentarte, o haber contraído alguna enfermedad que te está fastidiando. Esto va al gusto del consumidor, pero estos toques de supervivencia no desentonan con la fórmula y la ambientación, y nos han divertido bastante, aunque entendemos que puedan llegar a jugar con la paciencia de muchos jugadores.
Por ello siempre es importante tener un campamento más o menos apañado, con las cosas básicas como poder cocinar la comida o reparar las armas, un lugar al que poder hacer viaje rápido gratuito y guardar los objetos. Este elemento heredado directamente de Fallout 4 no tiene demasiadas novedades, y también se nota que está por estar, no se aprovecha demasiado en el diseño de la aventura, y la escasez de recursos no invita a dedicarlos a construir, al final solo es un sitio en el que guardar objetos y hacer algunas gestiones. También sospechamos que es uno de los apartados del juego que se potenciará en futuras actualizaciones.
Un combate desfasado y poco satisfactorio
La acción y los tiroteos no han sufrido grandes cambios, y la única novedad, el V.A.T.S. en tiempo real, no acaba de funcionar bien del todo. Un gunplay que no ha mejorado prácticamente nada en diez años, y aunque hay una abundante variedad de armas no es divertido disparar, porque es muy tosco el manejo y apuntado, algo que se disimulaba en las entregas anteriores gracias al V.A.T.S, con el que ralentizábamos el tiempo.
Al final lo más práctico es el combate cuerpo a cuerpo con todo tipo de palos, espadas o hachas, o usar la escopeta y disparar a bocajarro para no errar los tiros. Las carencias jugables de la acción son demasiado importantes en este Fallout, porque al haber perdido complejidad narrativa pone mucho énfasis en combatir con hordas de enemigos o grandes bestias mutantes, y no es que sea muy divertido o satisfactorio.
Algo que se agrava todavía más al enfrentarte a otros jugadores, en el PvP, donde llega a ser desesperante apuntar y disparar con acierto a un blanco en movimiento, uniéndose a la fiesta los inexplicables parones en la imagen y ralentizaciones que sufre, que hacen de los combates con armas de fuego sean más desesperantes si cabe.
Si le has dedicado muchas horas a la saga todo esto incluso hasta te parecerá más o menos normal y aun así sabrás disfrutarlo, como si padecieras un poco de síndrome de Estocolmo, porque basta coger un poco de perspectiva y mirarlo desde fuera para ver que es intolerable lo mal que funciona la acción de una gran producción como esta.
Técnicamente no está a la altura
Si Fallout 4 ya estaba técnicamente anticuado hace tres años, imaginad Fallout 76, y más después de las bestias gráficas que hemos disfrutado en los últimos meses. La ambientación sigue siendo uno de sus puntos fuertes, y hay escenarios muy atractivos y momentos que incluso llegan a ser bonitos, pero el resto deja muchísimo que desear, como la calidad de las texturas, los modelados, las animaciones y todo tipo de carencias y defectos técnicos que son imperdonables en una gran producción.
Ya no solo las continuas ralentizaciones, encima precisamente cuando comienzan las escenas de acción, sino además microparones en la imagen inexplicables, pero a la vez muy familiares si habéis jugado a anteriores títulos de Bethesda. No sabemos si tienen que tirar el motor gráfico abajo y hacerlo de cero (aunque no parecen muy por la labor), y no es una cuestión de la que deberíamos preocuparnos los jugadores, simplemente hay cosas que no deberían ocurrir en un juego de gran presupuesto en 2018, y es hora de que Bethesda se replantee muchas cosas.
Pese a todo esto, tenemos que decir que en base a nuestra propia experiencia no hemos tenido grandes problemas o bugs que nos hayan dificultado disfrutar del juego, incluso los servidores han funcionado muy bien y no hemos tenido desconexiones. Teníamos un par de misiones "bugueadas" y se solucionaron con el enorme parche del pasado lunes. En cualquier caso hay problemas importantes, muchísimos jugadores se están quejando, y está claro que le hubiera venido muy bien un tiempo extra de desarrollo y pulido, un mal muy presente en la actual generación, no solo en los juegos de Bethesda.
El sonido sí está a la altura, con una buena sonora compuesta de nuevo por Inon Zur, y un doblaje al español bastante bueno, mejor que en anteriores entregas, algo comprensible teniendo en cuenta la menor carga del trabajo al no haber NPC con los que dialogar por el mundo.
La tormenta perfecta
Es una pena que gran parte del potencial que tenía un Fallout multijugador se haya desaprovechado con un juego que falla en muchos aspectos, y que como experiencia en solitario también se queda corto, al tener una narrativa y un diseño de misiones claramente peor que en anteriores entregas.
Si a esto le sumamos los desgraciadamente ya clásicos bugs y toda una serie de problemas técnicos, además de un apartado gráfico desfasado, tenemos un juego que está siendo machacado, furibundamente criticado, a pesar de que sigue siendo bastante entretenido y disfrutable si te gusta la fórmula Fallout y las aventuras de rol con toques de supervivencia.
Esperamos que de todo lo que está ocurriendo Bethesda aprenda una valiosa lección, de la que salgan beneficiados sus siguientes trabajos, y ya de paso tomen nota el resto de estudios, porque lo de lanzar juegos sin terminar del todo o por pulir ya ha colmado la paciencia de muchos jugadores.
Con una serie de actualizaciones y cambios el juego puede evolucionar y mejorar mucho en los próximos meses, ya hemos visto los casos de títulos como No Man's Sky, pero en el estado actual en el que se encuentra, es muy difícil recomendar Fallout 76.
Hemos realizado este análisis en su versión de Xbox One X con una código de descarga que nos ha proporcionado Bethesda.