Los efectos de los alimentos ultraprocesados no se tienen en cuenta porque, después de todo, no se dejan ver hasta largo plazo. Los investigadores se esfuerzan en alertar de los riesgos que entrañan, e incluso hay médicos que se han puesto en riesgo para demostrar las consecuencias que entraña la ingesta de estas comidas. Ahora, un grupo de investigadores vuelve a incidir sobre la cuestión: las hamburguesas y burritos ultraprocesados afectan a nuestras hormonas.
La comida basura es basura por algo
Ya no se trata de decidir si es mejor McDonald's o Burger King: toda la comida rápida contiene sustancias químicas que terminan afectando a nuestro organismo. Así lo detallan los investigadores de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington, que han publicado sus resultados en la revista Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology.
En 2018 este mismo equipo de investigadores realizó un mismo estudio, analizando las muestras de orina de más de 10.000 personas en Estados Unidos. Descubrieron en ese momento que las personas más asiduas a comer fuera de casa contaban con niveles de ftalato un 35% más altos que las personas que comen en casa con más frecuencia. Os estaréis preguntando: ¿y qué demonios son esos ftalatos que parece que se queda con nosotros cada vez que vamos a un restaurante de comida rápida? Según ChemicalSafetyFacts, hablamos de unos compuestos químicos que se usan, de hecho, para la producción de PVC o vinilo.
Estas sustancias químicas impactan directamente en nuestro sistema endocrino y pueden interferir con las hormonas que producimos, como la testosterona y el estrógeno. Algo que afectaría especialmente a la gente joven y a los más pequeños, que se encuentran en pleno desarrollo hormonal. Así que cualquier componente que intervenga en el curso natural de las cosas es un elemento a tener en cuenta. Los investigadores ya han llamado la atención sobre ello:
"Descubrimos que los ftalatos y otros plastificantes están muy extendidos en los alimentos preparados de las cadenas de comida rápida de Estados Unidos", expresa la autora principal Lariah Edwards, científica postdoctoral en George Washington, en declaraciones recogidas por el medio. “Se necesitan regulaciones más estrictas para ayudar a mantener estos químicos dañinos fuera del suministro de alimentos”.
En esta ocasión, el estudio ha puesto la lupa directamente sobre las comidas rápidas para detectar tanto los ftalatos como otros plastificantes que se usan como una alternativa "más segura". El resultado es que encontraron que el 81% de los alimentos contenían di-n-butil ftalato (DnBP), mientras que el 70% también contenía di (2-etilhexilo) ftalato (DEHP), que pueden desencadenar problemas de fertilidad. A su vez, según informa Gizmodo, aproximadamente el 89% de los alimentos contenían algo de di (2-etilhexilo) tereftalato (DEHT), un plastificante sin ftalatos que apunta a ser más seguro... pero no se ha estudiado todavía en profundidad.
Cuidado con ellos
En 2012 la Organización Mundial de la Salud concluyó en su estudio sobre el consumo de los ftalatos que, si bien aún queda camino por recorrer en las investigaciones, cuentan con la suficiente evidencia de que la exposición a estos compuestos químicos durante el desarrollo fetal y la pubertad puede ayudar a causar una variedad de complicaciones como defectos genitales congénitos, infertilidad, asma y menor coeficiente intelectual. En los adultos, de hecho, podría estar aumentando el riesgo de ciertos cánceres, obesidad e incluso Alzheimer.