En China, la crisis laboral ha llevado a una generación de jóvenes altamente cualificados a desempeñar trabajos para los que están sobrecualificados. Casos como el de un físico trabajando como manitas, un biólogo convertido en cajero o un doctorado de la prestigiosa Universidad de Tsinghua solicitando empleo como auxiliar de policía se han vuelto cada vez más comunes. La dura realidad del mercado laboral ha obligado a estos jóvenes a reajustar sus expectativas, encontrando oportunidades en sectores alejados de sus estudios.
Uno de estos casos es el de Sun Zhan, un joven de 25 años con un máster en finanzas que soñaba con trabajar en la banca de inversión. Sin embargo, ante la falta de oportunidades en su campo, ha terminado trabajando como camarero en un restaurante de hot pot en Nanjing, según recoge la BBC. Su familia no ve con buenos ojos su decisión y preferiría que intentara conseguir un empleo en la administración pública. Aun así, Sun mantiene la esperanza de que este trabajo le brinde la experiencia suficiente para, en el futuro, abrir su propio negocio en el sector de la restauración.
Crisis laboral en China y Europa
La profesora Zhang Jun, de la Universidad de Hong Kong, advierte que la crisis laboral en China está llevando a muchos jóvenes a alargar su formación con la esperanza de mejorar sus oportunidades. Sin embargo, muchos de estos nuevos titulados acaban enfrentándose a la misma realidad: la falta de empleos adecuados a su nivel de formación. Wu Dan, de 29 años, es un claro ejemplo de ello. Con un título en finanzas por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, ha terminado como aprendiz en una clínica de masaje deportivo en Shanghái, un camino que ni ella ni su familia imaginaron cuando comenzó su carrera.
La frustración entre los jóvenes graduados es palpable, y muchos han optado por soluciones temporales. En Hengdian, la famosa ciudad del cine en China, cada vez más graduados buscan empleo como extras en grandes producciones. Wu Xinghai, un ingeniero de 26 años, ha conseguido trabajo interpretando a un guardaespaldas en un drama. Aunque reconoce que su sueldo es bajo, valora la libertad que le proporciona mientras sigue buscando una oportunidad estable en su sector.
Un fenómeno global
El problema no se limita solo a China. La sobrecualificación de los jóvenes es un fenómeno global, con países como España liderando las cifras de titulados que desempeñan trabajos para los que están sobrepreparados. Según Eurostat, en 2023 España tenía el índice más alto de sobrecualificación en Europa, con un 36% de graduados trabajando en empleos de menor nivel. A nivel europeo, la media se sitúa en un 22%, lo que demuestra que la Generación Z enfrenta un problema estructural que trasciende fronteras.

Ante este panorama, muchos jóvenes han optado por "ir con la corriente" y explorar diferentes caminos hasta encontrar un rumbo que se ajuste a sus expectativas y necesidades. Como dice Wu Dan, "muchos de mis amigos están confundidos, sienten que el futuro es incierto. Incluso los que tienen empleo no están satisfechos y no saben cuánto tiempo podrán mantener sus puestos". Mientras la economía se ajusta a las nuevas dinámicas laborales, la Generación Z sigue buscando su lugar en un mercado que parece no haber previsto su llegada.