The Legend of Zelda: Phantom Hourglass es uno de los juegos más esperados, y curiosos, de la consola Nintendo DS, gozando de gran expectación desde que fue anunciado. Lo que muchos usuarios de la consola no sabrán es que el juego se controla casi por completo con la pantalla táctil, ya sea el movimiento, los ataques o la selección de armamento.
Esto a primera vista puede parecer engorroso, convirtiendo a Zelda en una especie de aventura gráfica o en uno de esos inventos incontrolables, pero hemos comprobado que el juego es tremendamente fácil de controlar y muy intuitivo. Mover a Link por el escenario es muy fácil, como también lo es atacar a los enemigos o usar accesorios como la pala para cavar.
En el nivel que jugamos teníamos que resolver un puzzle, consistente en pulsar una combinación en la puerta de una mazmorra, que nos daban unas piedras distribuidas por el mapa del juego. Lo curioso es que para copiar el mapa que veíamos, podíamos apuntar sobre el propio mapa del juego, haciendo cruces marcando las piedras, e incluso luego, al saber lo que ponían, apuntándolo al lado.
El apartado gráfico es muy vistoso, con un Link tridimensional que recuerda al de Wind Waker y los diferentes personajes y enemigos en 3D, y unos escenarios 2D muy detallados. Uno de los grandes de Nintendo DS para este año.