Desde que lo vimos en acción el año pasado en las principales ferias del sector -el E3, la Gamescom y el Tokyo Game Show-, estamos enamorados de Ori and the Blind Forest, una aventura de plataformas y acción en 2D con unos gráficos preciosos y un control exquisito. Por eso nos fastidió un poco que finalmente se retrasará a principios de 2015, aunque ahora entendemos este movimiento estratégico, ya que de haber salido en otoño o invierno de 2014 podría haber pasado desapercibido ante otros grandes lanzamientos, y ahora sorprendentemente se ha convertido en uno de los juegos más importantes de Xbox One para los primeros meses de 2015.
La semana pasada en un evento celebrado por Microsoft en Londres pudimos probarlo en profundidad, jugando tres demos que pertenecían a diferentes momentos del juego, desde el principio hasta una fase bastante avanzada en la aventura.
Este nuevo contacto ha servido para confirmarnos definitivamente las buenas vibraciones que nos transmitía, y vamos a estar sin duda ante uno de los mejores plataformas 2D de los últimos años, lo que no es poco teniendo en cuenta la gran cantidad de propuestas que recibe el género constantemente, una gran mayoría provenientes de la escena independiente.
Ori and the Blind Forest realmente no inventa nada dentro del género, pero lo hace todo muy bien, de manera sobresaliente. Estamos ante una aventura con estructura metroidvania, en la que poco a poco vamos obteniendo nuevos movimientos y habilidades, que enriquecen la acción y nos permiten acceder a nuevas zonas, permitiéndonos también volver a escenarios ya explorados anteriormente para alcanzar lugares que antes no era posible.
Al comienzo del juego poco más podemos hacer que saltar, pero pronto obtenemos un poder que nos permite atacar a los enemigos y destruir objetos de los escenarios, saltar sobre los muros, doble salto, planear, escalar, etcétera. Además de estas acciones básicas, también tenemos un árbol de habilidades, en el que mediante una esferas de energía podemos mejorar las características del personaje –más salud, poder mágico, resistencia-, e incluso obtener nuevas acciones –como el triple salto, una de las últimas habilidades que podremos obtener-.
Dicho así nada de esto suena demasiado original y brillante, pero si eres un amante de los plataformas basta jugar unos pocos minutos a Ori and the Blind Forest para darte cuenta de que está muy por encima de la media del género en cualquier aspecto, desde su bello apartado audiovisual, del que ahora hablaremos en profundidad, hasta su control, cuidado al milímetro, simplemente impecable. Aunque tenemos que combatir algunos enemigos, con una llama que ataca automáticamente, el principal componente de la aventura son las plataformas, mezcladas orgánicamente con los puzles.
No tenemos rompecabezas de pararse a pensar en la solución, sino que el saber cómo avanzar por los escenarios es un puzle en sí mismo, teniendo que interpretar el entorno para saber cómo y cuándo utilizar nuestras habilidades. Aunque al comienzo de la aventura puede parecer un juego extremadamente sencillo, en este evento de preview pudimos comprobar cómo en las fases más avanzadas algunos periodistas nos quedábamos atascados, e incluso no todos fueron capaces de pasarse las tres demos. Si bien no pretende ser un juego muy difícil, por momentos va a ser desafiante, con momentos de plataformeo frenético sin mucho tiempo para pensar, y otros más pausados, en los que lo complicado será saber cómo seguir avanzando. Parte del desafío lo vamos a encontrar en su peculiar y original sistema de puntos de control.
Estamos habituados a que los juegos sean cada vez más sencillos en parte por lo poco que se penaliza la muerte, con plataformas en los que si te caes por un precipicio reapareces al instante unos pocos metros atrás. En Ori and the Blind Forest han tenido una idea muy inteligente: dejar que sea el jugador el que elija dónde establece los puntos de control y guardado. Entre fases seguimos teniendo puntos de guardado "tradicionales", pero durante los momentos de acción más complicados si contamos con al menos una esfera de energía, dejando un botón pulsado podemos crear un punto de control –el lugar donde también se accede al árbol de habilidades-, por lo que hay que ir midiendo y calculando donde nos interesa más gastar esta carta.
Sus responsables ya nos dijeron durante la Gamescom que la aventura durará unas 10 horas, pero como en todo buen plataformas de estructura abierta será un placer patearse los escenarios de arriba abajo y conseguir todos los coleccionables y secretos, algo que tras estas impresiones estamos seguros que vamos a querer hacer. Se disfruta cada momento jugando a Ori and the Blind Forest, y cuanto más estemos en su precioso mundo, mejor.
Unos gráficos y un sonido preciosos
El juego está desarrollado por Moon Studios, un estudio independiente fundado por Thomas Mahler (exartista de cinemáticas en Blizzard) y Gennadiy Korol (que trabajó en Animation Lab), en una colaboración entre diseñadores y programadores repartidos por todo el mundo, desde Austria hasta Australia pasando por Israel y Estados Unidos. El motor gráfico utilizado para la ocasión es el Unity, y la verdad el resultado es sorprendente, nunca habíamos visto un juego tan bonito con este motor.
Para que os hagáis una idea se asemeja mucho a lo conseguido por Ubisoft con su UbiArt Framework en Rayman Origins y Rayman Legends, pero todavía más bonito, con mejores animaciones, iluminación y efectos de fluidos y viento muy conseguidos, como si de una película interactiva del legendario Studio Ghibli se tratara. A 1080p de resolución y 60 imágenes por segundo sus escenarios dibujados a mano con varias capas de profundidad son una pasada, y apartado visual se ve reforzado por una preciosa banda sonora orquestal, que podéis escuchar en el siguiente vídeo.
Para redondear todo esto solo nos queda descubrir si la historia también estará a la altura, ya que sabemos muy poco de ella, al no desarrollarse en las demostraciones que jugamos. Solo sabemos que controlamos a Ori, un espíritu guardián que cayó hace mucho tiempo en el bosque de Nibel, donde fue adoptado por una criatura corpulenta y de aspecto bonachón que le trata como un hijo. Después de una poderosa tormenta el bosque comienza a morir, y una criatura maléfica llamada Kuro secuestra a la madre adoptiva de Ori, obligándonos a rescatarla y salvar el bosque. Prometen que será una historia sencilla pero emotiva, y la verdad es que tanto la música como el poder de las imágenes lo tienen fácil para conseguirlo.
Un juego encantador
Ori and the Blind Forest se pone a la venta el 11 de marzo para Xbox One y PC (más adelante también saldrá en Xbox 360), y si te gustan las aventuras en 2D de plataformas, y más si son de estructura metroidvania, tienes en este juego una cita ineludible. Tanto su control como diseño de escenarios, posibilidades jugables, gráficos y sonido son excelentes, sin duda una joyita que los que amamos este tipo de juegos vamos a disfrutar de principio a fin. Habrá títulos más ruidosos e importantes en este 2015 que acapararán toda la atención en los próximos meses, pero pocos realizados con tanto mimo y amor como este.