The Callisto Protocol es la ópera prima de Striking Distance Studios, la desarrolladora fundada por Glen Schofield (Visceral Games, Sledgehammer Games) bajo un paraguas muy curioso, Krafton, la compañía detrás del exitoso battle royale PUBG: Battlegrounds, que formada por veteranos de Dead Space y Call of Duty tiene un objetivo claro: crear videojuegos inmersivos.
Sin duda, este sucesor espiritual de Dead Space es inmersivo. Es un juego de terror y acción en tercera persona que a los mandos se percibe muy parecido al primer juego de esa saga, pero que también experimenta con ideas propias, sobre todo en lo que se refiere al sistema de combate, y que en lo audiovisual se percibe como un auténtico juego de nueva generación, al menos en la versión en desarrollo para PlayStation 5 que hemos probado.
Un virus misterioso en una luna de Júpiter
El juego de Striking Distance Studios se fija en Dead Space incluso en lo argumental. Jacob Lee es un transportista espacial que lleva algo hacia Calisto, una luna de Júpiter que alberga una gran prisión. El protagonista acaba atrapado en el demacrado lugar, donde un extraño virus se ha extendido entre los presos y los guardias, convirtiéndolos en horribles mutantes de distintas formas y tamaños. Los paralelismos con la nave Ishimura y los necromorfos son más que evidentes.
Sin embargo, ha pasado el suficiente tiempo desde que disfrutamos de Dead Space como para que las dos horas y pico que jugamos a The Callisto Protocol fueran divertidas, y en cierto modo, frescas. Un tiempo de juego que se nos pasó demasiado rápido gracias a un ritmo muy bueno. Es una experiencia rodeada de tensión y aliñada con secuencias espectaculares de cuando en cuando, pero también es un título que no sorprende en lo jugable: es tal y como esperábamos.
En la piel de Jacob Lee recorremos escenarios pasilleros de distinto tipo: entornos industriales, alcantarillas vomitivas, invernaderos asfixiantes… Por el camino nos vamos encontrando con puertas cerradas que nos obligan a buscar caminos alternativos, recogemos fusibles para reactivar la electricidad, seguimos tuberías de colores chillones que nos llevan a nuestro objetivo, y activamos mecanismos que llaman la atención de los enemigos; nada demasiado original, pero con una funcionalidad demostrada.
Eso no quita que haya hueco para la sorpresa de vez en cuando. No hablamos de los sobresaltos al estilo tren de la bruja, que los hay, ni de esas secciones que juegan con la oscuridad y las sombras para esconder a los enemigos. A veces se nos da un descanso de las secciones más cerradas, dirigidas y claustrofóbicas, presentándonos áreas más amplias pero igualmente peligrosas, como una zona con distintas salidas que está patrullada por un inquietante robot de seguridad.
Hay, por cierto, bastante camino secundario que incita a la exploración gracias a sus recompensas: créditos que usaremos en impresoras 3D para mejorar nuestras armas, taquillas con munición (que es bastante escasa), documentos en texto y sonoros que narran lo que ha ocurrido en Calisto antes de nuestra llegada, y hasta planos para fabricar armas nuevas, como una escopeta.
El diseño de niveles, como veis, es muy tradicional, aunque a veces no en un sentido positivo. Un ejemplo perfecto de esto es la típica sección de tobogán en el que hay que ir esquivando muros; se percibe como algo viejo, como una forma de variar la experiencia de juego que quedó olvidada, con motivo, en la época de PlayStation 2. Tampoco nos ha convencido la colocación de los puntos de control, abundantes, pero a veces muy benévolos y otras veces muy duros, aunque hay que tener en cuenta que jugamos a una versión no final, por lo que esto puede cambiar.
The Callisto Protocol no es un juego difícil, pero sí es uno de esos survival horror que consiguen mantenerte siempre en tensión, pues estás constantemente con la barra de vida tocada, cada botiquín lo recibes como un regalo venido del cielo. Además, la huida de una situación complicada no siempre funciona, pues algunas salas están conectadas y los monstruos de una habitación pueden pasar a otra a través de los conductos.
El factor diferenciador: un combate contundente con entidad propia
Al luchar contra los mutantes de Calisto contaremos con varias armas con munición escasa y con largos tiempos de recarga, podremos amputar los miembros a los enemigos para variar sus patrones de ataque, e incluso está el pisotón característico de Isaac Clarke. Y sin embargo, es en el combate donde el juego tiene más entidad propia por dos motivos: la importancia del cuerpo a cuerpo y la existencia de una pistola gravitatoria con muchas posibilidades.
Las armas a distancia son más bien un complemento a nuestro arma principal: un bastón que iremos mejorando. Así, el combate es contundente, tenso y espectacular. Hay que medir bien las distancias y los tiempos al luchar contra más de un enemigo, y también utilizar el entorno, pues es más fácil moler a palos a un mutante atrapado entre nosotros y la pared. Pero no todo es machacar el botón. La esquiva es muy importante, aunque requiere un tiempo acostumbrarse a su funcionamiento y es algo menos precisa de lo que nos gustaría.
Hay una mecánica genial que nos obliga a estar pendientes de todos los enemigos, lo que eleva mucho la tensión en los enfrentamientos multitudinarios. Algunos adversarios sacan unos tentáculos en medio del combate. Si no los disparamos rápidamente, se transforman en bichos más grandes que nos pondrán las cosas complicadas. Esto es también un método para aumentar la variedad de enemigos, que tampoco escasea en estas primeras horas: los hay más pequeños y más grandes, otros que escupen proyectiles, algunos que se hacen invisibles…
Y a todo esto hay que sumar el Generador Antigravitacional de Retención. Básicamente, una pistola gravitatoria mejorable que podemos utilizar de maneras muy creativas: parar proyectiles de los enemigos con objetos que cogemos de los escenarios, lanzar monstruos unos contra otros para aturdirlos momentáneamente, alejar a un bicho cuando estemos rodeados, y por supuesto, cogerlos para que se trituren o pinchen en las muchas trampas que hay repartidas por los escenarios y que también nos pueden afectar a nosotros.
Intergeneracionalidad espectacular
The Callisto Protocol, al menos en la versión para PlayStation 5 que hemos jugado, se ve increíble. En las consolas de última generación tendrá dos modos gráficos, uno rendimiento a 60 FPS que no hemos probado, y otro a 30 FPS que es un espectáculo audiovisual; el juego de Striking Distance Studios nos parece lo más next gen del género hasta el momento.
No hablamos solo de la nitidez y del detalle de las texturas, ni de la cohesión visual que tiene todo lo que nos rodea, ni de las geniales animaciones en los combates. Es espectacular por una ambientación a otro nivel gracias a una iluminación muy cuidada pero diseñada anteponiendo el objetivo artístico al realismo; al uso de las sombras, también aprovechadas en lo jugable, al avisarnos si nos viene un monstruo por la espalda o si hay un mutante al girar la esquina; a reflejos que aportan mucho a la fisicidad de los entornos; y a las refracciones en objetos, los ojos del protagonista y en la carne de los enemigos, algo que destaca en las sangrientas ejecuciones de nuestro personaje.
Todo esto se consigue con el trazado de rayos, así que nos queda la duda de si en el modo 60 FPS, que probablemente prescinda de parte o de la totalidad de esa tecnología, la ambientación perderá mucho, por no hablar de cómo será en las consolas de la pasada generación, pues estas versiones tampoco se han mostrado. Tampoco faltan detalles que aportan a la inmersión, como cuando el protagonista se tapa la vista al entrar a una zona con focos deslumbrantes, que los carteles estén localizados al español, y que la cámara se comporte de manera muy cinematográfica. Por supuesto, la música, inquietante cuando suena y todavía más cuando desaparece, y el sonido 3D, tienen mucho que decir a la hora de sumergirnos en la experiencia.
Los fans del terror tienen una cita el 2 de diciembre
Un desarrollo con buen ritmo, claustrofóbico, tenso y con espacio para la exploración; un sistema de combate diferente a lo que estamos acostumbrados en el género y que nos deja ponernos muy creativos; una ambientación y un acabado audiovisual que, al menos en las máquinas de última generación, sorprende mucho. The Callisto Protocol parece tener todos los ingredientes para cautivar a los aficionados a las aventuras de acción y terror que echaban de menos Dead Space. Nuestras primeras horas nos han dejado más que satisfechos, y si hay algo que le podamos achacar, es que las comparaciones con la saga de Visceral Games no se nos iban de la cabeza durante toda la partida. Pero probablemente eso sea lo que busquen muchos de los que se adentren en la misteriosa luna de Júpiter el próximo 2 de diciembre, cuando el juego salga en PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One.
Hemos realizado estas impresiones tras probar el juego en su versión de PS5 en las oficinas de Striking Distance Studios en Zaragoza.
