Square Enix no anda escasa en superproducciones y todas son bastante esperadas: Final Fantasy VII Remake Parte 2, Kingdom Hearts 4 y Dragon Quest XII, entre otras. Pero será Final Fantasy XVI el juego que primero nos llegue: en verano de 2023 para PlayStation 5, un juego rompedor dentro de una saga que y ya de por sí está en constante reinvención. Presentado en 2020 entre algunas dudas por la orientación de su gameplay y el apartado técnico, se podría decir que poco a poco ha ido convenciendo a los fans para que, como mínimo, sea uno de los juegos a seguir durante el próximo año.
Desarrollado por un equipo envidiable
Square Enix ha destacado a los creadores que están detrás de Final Fantasy XVI, y no es para menos. La cara más conocida es el productor Naoki Yoshida (Final Fantasy XIV, Dragon Quest X), artífice de cambia el rumbo del decepcionante Final Fantasy XIV Online hasta convertirlo en uno de los mejores juegos de la saga, y todo un éxito comercial para la compañía. Su presencia es, para la gran mayoría de fans, una garantía de su calidad.
También encontramos en Creative Business Unit III al director Hiroshi Takai (Final Fantasy V, SaGa Frontier, The Last Remnant), el director creativo Kazutoyo Maehiro (Final Fantasy XIV, Final Fantasy XII, The Last Remnant), el director de arte Horishi Minagawa (Final Fantasy XIV, Final Fantasy XII, Final Fantasy Tactics), el diseñador de personajes Kazuya Takahashi (Final Fantasy XIV, Final Fantasy XI, Final Fantasy X) y el compositor Masayoshi Soken (Final Fantasy XIV, Mario Hoops 3-on-3) que tendrá la difícil tarea de estar a la altura de Nobuo Uematsu –ausente en la saga durante los últimos 20 años a excepción de algunos temas puntuales-.
Una de las piezas clave en el proyecto es Ryota Suzuki, uno de los fichajes específicos para Final Fantasy XVI. Es el director de combate y a diferencia de otros miembros destacados del equipo su experiencia no está en Square Enix sino en Capcom con juegos como Devil May Cry 5, Monster Hunter: World, Dragon's Dogma y Marvel vs. Capcom 2. Esto debería darnos una pista importante de su jugabilidad: no busca un sistema híbrido como el de Final Fantasy XV sino un gameplay decididamente hack'n slash.
Es difícil saber si este cambio será positivo o no para la saga, pero está claro que desde hace 20 años Final Fantasy no se puede encasillar únicamente en rol por turnos al más puro estilo clásico. No solo los spin-off han experimentado con diferentes estilos, también entregas principales se han orientado a un gameplay que con Final Fantasy XV se acercaba más y más a Kingdom Hearts. Final Fantasy XVI no tiene complejos en asumir lo que es con todas sus consecuencias, y habrá que analizar sus aciertos y errores como un ARPG. Por el momento, es pronto para dar una opinión sobre este apartado.
Una leyenda de cristales y los eikon, las invocaciones de este mundo
Si bien en cuanto a la jugabilidad los detalles son escasos, Square Enix sí ha ofrecido abundante información del mundo de Final Fantasy XVI: Valisthea. De nuevo la historia gira sobre dos constantes de la saga: la magia de los cristales y las invocaciones, que en este título se llaman los eikon. Los Cristales Madre han dado esplendor a sus naciones y son fuente de magia, abundancia y prosperidad. Pero, como era de esperar, esta etapa de paz no es eterna cuando aparecen las tierras estigias, un fenómeno que amenaza con consumir los dominios del Gran Ducado de Rosaria.
"Habrá bajas, es cierto. Pero por cada ciudadano que caiga, otro será criado. Por cada hogar que se queme, otro será construido. El imperio sobrevivirá", escuchamos en el vídeo que deja claras las tensiones políticas y los sacrificios que están dispuestos a tomar algunas naciones con tal de aumentar su poder. El Reino de Waloed, cuyo emblema deja ver que su monarca es un Dominante de Odín, destaca por una enorme capacidad militar gracias a su Cristal Madre y no duda en tensionar las relaciones con las naciones vecinas. El Reino de Hierro en cambio son devotos cristalinos ortodoxos que ejecutan a los Dominantes que nacen en sus territorios, pues se consideran criaturas impuras.
Al margen del poder de los Cristales están los eikon, las criaturas más poderosas de toda Valisthea. Cada uno de estos espíritus habita en el interior de un ser humano, los Dominantes, con la capacidad de invocarlo. En el mundo de Valisthea esto se ha interpretado de diversas maneras: hay naciones que distinguen a los Dominantes como parte de la nobleza, y en otras se trata a estos personajes como poderosos instrumentos de guerra.
El protagonista es Clive Rosfield, el primogénito del archiduque de Rosaria. Se pensaba que heredaría las llamas del eikon Fénix, pero este destino fue para su hermano pequeño Joshua. No obstante, su determinación por dominar el arte de la espada lo convierte en un guerrero formidable y digno de proteger al Fénix, recibiendo parte de su poder. Una desgracia desencadenada por Ifrit hará que jure venganza contra este eikon; no hay mucha más información, pero se especula que quizás Joshua sea poseído por Fénix e Ifrit simultáneamente, convirtiéndose así en un poder que todas las naciones quieren controlar. El logo del juego representa ese combate entre los dos eikon.
Además de Jill Warrick, una confidente de Clive y Joshua, Square Enix reveló recientemente algunos detalles de dos personajes clave en la trama: Hugo Kupka, Dominante de Titán, y Benedikta Harman, Dominante de Garuda –eikon del viento-. Los caminos de estos guerreros, los diferentes reinos, imperios y repúblicas que forman Valisthea, se cruzarán en un argumento que quiere recuperar la complejidad y cierto tono adulto de los mundos creados por Yasumi Matsuno –Final Fantasy Tactics, Vagrant Story- del que Yoshida se considera un fan. Un dato que debería orientar la historia más a Final Fantasy XII que a Final Fantasy XV.
El último tráiler nos ha dado un vistazo al sistema de combate de Clive, su arsenal, habilidades y a los que prometen ser momentos espectaculares: los enfrentamientos entre los propios eikon, que serán fases jugables y no una mera secuencia como ha sucedido en otros casos. Shiva, Titán, Ifrit, Fénix, Bahamut, Odín, Ramuh, Garuda… todos ellos aparecen brevemente en combates al estilo kaiju como las armas definitivas que decantan la victoria en una guerra.
Si nos fijamos en el gameplay, Clive puede seleccionar un eikon de su repertorio y eso modifica el tipo de ataques o estilo de combate, algo que no solo tiene reflejo en el tipo de efectos que vemos en pantalla –llamaradas de Fénix, golpes de tierra, etc.- sino que también puede utilizar sus estados beneficiosos: Shiva por ejemplo congela a sus enemigos durante unos segundos. Todavía hay muchas preguntas sin resolver: ¿obtenemos estos poderes al derrotar a los eikon, con la amistad de aliados que se sumen a nuestra causa o de ambas maneras? ¿Transcurre toda la aventura en solitario o habrá compañeros en combate a los que dar algún tipo de estrategia?
Un año por delante para pulir su contenido
Final Fantasy XVI es jugable de principio a fin pero el equipo se tomará los próximos meses para mejorar los diferentes aspectos gráficos y jugables. "El equipo, bajo la dirección de Hiroshi Takai, ha comenzado ya la última fase del desarrollo y se centra ahora en pulir el juego antes de que llegue el momento de dar los últimos retoques y sacarlo a la venta", confirmó Yoshida este mes.
Hay mucha ilusión con el juego y la exigencia no será pequeña. Deberá equilibrar una ambientación de fantasía que recupera un tono que se había perdido desde Final Fantasy XII –hablando de las entregas off-line- con un gameplay que deja a un lado la parte estratégica del rol por turnos. ¿Se puede contentar a jugadores veteranos con las nuevas generaciones? Es difícil, pero si tenemos que poner la mano en el fuego por alguien dentro de Square Enix, ese es el equipo de Naoki Yoshida.
