Fallout es una de esas sagas de juegos que gozan y disfrutan de una enorme y entregada base de aficionados de todas las edades y generaciones, y de una popularidad inusitada ganada por méritos propios. Muchos de sus actuales seguidores han crecido y se han criado con las primeras entregas de la serie de títulos futuristas, y otros tantos -quizás la gran mayoría-, comenzaron a perderse en las aventuras del Yermo y sus alrededores con las dos últimas secuelas, Fallout 3 y Fallout: New Vegas. Durante años se ha especulado con la llegada de un nuevo título que continuase expandiendo la rica mitología de los juegos de Bethesda, y a tenor de las palabras de sus propios desarrolladores, dicha idea ha ido rondando en las cabezas de los integrantes del estudio desde el mismo día de lanzamiento de la tercera parte.
Ahora, con dos consolas nuevas como Xbox One y PlayStation 4 en los salones y dormitorios de medio paneta, y con Xbox 360 y PlayStation 3 en un cada vez más indiscutible segundo plano, Fallout 4 promete ser uno de los juegos más complejos y grandes de lo que llevamos de generación. La cuarta entrega de Fallout parece acumular y refinar todas esas características punteras y reconocibles por sus aficionados, además de añadir otras tantas nuevas de nuevo cuño capaces de justificar el salto generacional por sí solas. No obstante, hablamos de uno de los videojuegos más potentes y ambiciosos de 2015. Abrid esa Nuke Cola y preparad provisiones. Volvemos al Yermo.
Una historia ambientada en Boston
Fallout 4, que llegará este mismo año a Xbox One, PlayStation 4 y PC -el 10 de noviembre- se ambientará en Boston. Bethesda ha hecho especial hincapié en el desarrollo de la historia, sobre todo tras confirmar que nuestra aventura en el juego comenzará en las horas y días previos a que estalle la guerra nuclear que acabará por desolar toda la faz del planeta.
Sus desarrolladores han buscado que enfaticemos especialmente con el personaje protagonista, permitiéndonos su personalización de la mejor manera posible: mirándonos cara a cara en un espejo.
Así, Bethesda consigue que establezcamos un vínculo especial, y gracias a la interfaz intuitiva de personalización y aspecto -que nos permite arrastrar, agrandar o ajustar cualquier parámetro físico que nos ocurra-, tendremos el control absoluto desde el minuto uno. Estos primeros compases en Fallout 4 nos aportan una perspectiva diferente a lo que hemos visto en anteriores entregas: ya no arrancamos en el desértico páramo o en el refugio anti-nuclear. Lo hacemos en el salón de nuestra casa, inundada de muebles y decoración retro, propia de los años cincuenta y sesenta, pero adaptadas al universo de ciencia ficción tan especial del título de Bethesda.
Nuestra apacible mañana en nuestro barrio residencial se comienza a animar cuando un representante de Vaul-Tec comienza a registrarnos para asegurar nuestra plaza en el moderno y seguro búnker, pidiéndonos que introduzcamos los habituales puntos de habilidad en forma de atributos. Es bastante más simple y sencillo que ocasiones o entregas de Fallout anteriores, buscando una vez más, la accesibilidad en la personalización. Los siguientes minutos de la demostración presentada por Bethesda transcurren en el interior de la casa de nuestro protagonista, con Codsworth, nuestro asistente domótico, ayudándonos en las tareas diarias. Todo parece ir bien hasta que se escucha un mensaje de advertencia por la televisión: la guerra nuclear ha comenzado, y demos correr hacia el refugio.
Bethesda no ha querido dar más detalles del argumento -algo lógico, porque parece más interesante que nunca-, pero sí ha querido dejar claro que Fallout 4 será un juego más climático y ambiental que en anteriores intentos. Como únicos supervivientes del refugio 111, pronto saldremos al inmenso y apocalíptico entorno y vasto mundo que nos espera, demostrándonos hasta qué punto desde la desarrolladora de juegos como The Elder Scrolls V: Skyrim, han puesto toda la carne en el asador.
Un mejorado Pip-boy, la vuelta del V.A.T.S y un motor gráfico a la altura
Fallout 4 cuenta con un motor gráfico capaz de renderizar grandes entornos, realizar cálculos físicos integrales y ofrecer una iluminación más realista y acorde con las nuevas plataformas de Sony y Microsoft. Bethesda ha enseñado escenarios sombríos y grises, urbanizaciones coloridas a orillas de radioactivos y contaminados lagos, ciudades edificadas y levantadas con toneladas de chatarra -la recreación de las ciudades y pueblos de los alrededores de Boston son impresionantes-, enormes páramos inhóspitos y gigantescas minas.
Además, todos estos ambientes están regados de esos detalles pulp tan propios de la saga Fallout, como lo son los diseños de cartelería -los anuncios de productos parecen sacados de un pasado ucrónico-, los robots, los innumerables coches y vehículos abandonados con aspecto de mediados de siglo o los propios enemigos y habitantes de esta particular Boston en ruinas. Promete ser un lujo el poder pasear y deambular por su vasto mundo, caminando bajo autopistas llenas de coches calcinados, mientras descubrimos asentamientos de mercenarios, caníbales o mutantes y nos deleitamos con las gigantescas proporciones de su desolado y atractivo mundo. Fallout 4 es un juego mucho más realista que sus antecesores, sin lugar a dudas, pero es consciente de sus bases como producto kitsch de ciencia ficción. Y eso, nos encanta.
En la demostración enseñada por Bethesda durante su charla inaugural, visitábamos los restos de la barriada que veíamos al principio, que permanece calcinada y en ruinas doscientos años después de que saliéramos corriendo hacia protegernos bajo tierra. Toparemos rápidamente con el querido y deseado perro -Albóndiga, el pastor alemán, ablandó los corazones de los jugadores más veteranos y rudos-, que en esta ocasión, y aunque será más inteligente y útil que nunca -podemos enviarlo a recoger chatarra y objetos útiles por los escenarios, además de darle las órdenes de ataque-, no podrá fallecer bajo ninguna circunstancia. Y sí, la verdad es que todos respiraremos aliviados.
Pronto nos encontraremos con los primeros problemas, que vendrán en forma de las populares y conocidas ratas-topo, unos seres mutados por la radioactividad que salen bajo tierra. En este momento, se confirma lo que muchos aficionados esperaban: el V.A.T.S, el sistema de puntería e información detalladas de Fallout 3, hará acto de aparición. Parece igual de intuitivo que en la anterior versión, otorgándonos estadísticas pormenorizadas del daño que podemos causar con nuestras armas, así como de las posibilidades de supervivencia que tendremos si nos enfrentamos a ellos cara a cara. El sistema de apuntado V.A.T.S -cuyas siglas significan Vault-Tec Assisted Targeting System, o en castellano, Sistema de Autoapuntado Asistido de Vault-Tec- era uno de los grandes aciertos de Fallout 3 y Fallout: New Vegas, y es de agradecer que se haya trasladado de forma exacta a esta cuarta entrega.
Bethesda quiere que el combate en Fallout 4 sea entretenido, sea cual sea nuestro estilo de juego, ya sea en primera o en tercera persona. El arsenal es ingente, y las posibilidades del mismo, se antojan como infinitas. La variedad de enemigos no se queda atrás, y además de los habituales grupos de carroñeros, cazadores o caníbales, toparemos con los gigantescos ogros y otras indeseables mutaciones de desgraciada naturaleza. Fallout 4 parece más cerca, en cuanto a bestiario e imaginario de criaturas, de Fallout 3 que de New Vegas, y eso es más que suficiente para confirmar que tendremos adversarios y habitantes extraños a los que derribar entre toneladas de plomo durante nuestros radioactivos y saludables paseos por el Yermo.
El famoso Pip-Boy, el dispositivo personal de asistencia del mundo de Fallout -en la presentación se bromeó sobre su portabilidad, ahora que medio mundo se ha vuelto loco con los smartwatches y relojes inteligentes- volverá a hacer acto de aparición, contando esta vez con una versión mejorada. La pantalla bicolor con tonos verdes y antediluvianos seguirá intacta y nos mostrará de nuevo decenas de estadísticas, información sobre nuestros atributos, salud o armas, así como armaduras y objetos. Bethesda recalcó la importancia de tener un sistema más intuitivo, sobre todo en un juego en el que pasamos tantas horas mirando menús y números, así que se han añadido animaciones, nuevos textos más concisos e incluso, juegos. El Pip-Boy también reproducirá cintas de audio, sintonizará música -del corte y el estilo propio de la saga- y nos ayudará a comprender de forma activa todo el entramado RPG del juego. Una herramienta que ya era muy útil, pero que parece haber evolucionado a mejor en Fallout 4.
La construcción y el crafteo como parte indispensable
Pero el título de Bethesda guarda una gran novedad en su haber. Desde la desarrolladora se es consciente de que el más y mejor funciona, claro está, pero siempre hay que saber introducir características que añadan trasfondo y nuevas capas de jugabilidad a un título para remarcar su carácter diferenciador. Y es ahí donde entra la construcción y el crafteo en Fallout 4. El sistema de construcción y modificación de objetos es muy sencillo, teniendo en nuestras manos un enorme catálogo de objetos que nos permitirá conseguir armas e ítems al gusto. No obstante, Fallout 4 ofrecerá más de 50 armas básicas diferentes, que serán capaces de albergar más de 700 modificaciones distintas. Como siempre, en Fallout 4 tendremos que tener el ojo puesto en las cintas adhesivas, la chatarra, el pegamento, el plástico o las células de energía, que bien combinadas, y con el arma correcta, pueden dar lugar a un arsenal completamente diferente del que partíamos.
En la cuarta entrega que saldrá a finales de año, también tendremos la posibilidad de construir y edificar refugios, casas y fuertes a nuestro antojo, recogiendo chatarra y otros elementos decorativos durante nuestros viajes por el Yermo en el que se ha convertido Boston y sus alrededores. El sistema de recolección de objetos, elementos y útiles parece muy intuitivo -básicamente, hablamos de un coger y arrastrar- sin necesidad de aguantar pantallas de cargas ni retenciones que corten el flujo del juego bajo ningún concepto. Bethesda, en su conferencia, diseñó en apenas segundos un nuevo hogar para nuestro protagonista… Y su perro. Es tal el grado de perfección al que quiere llegar Bethesda, que se ha pensado en hasta las últimas consecuencias del diseño de una nueva casa en mitad del paraje desértico y abandonado del juego.
Conforme nuestro asentamiento vaya creciendo en tamaño y en importancia, los comerciantes ambulantes irán acudiendo de forma regular, teniendo la posibilidad de darles tiendas propias en las que puedan vender algunos de los mejores objetos del juego. Fallout 4 no da puntada sin hilo, y una vez tengamos un atractivo vendedor por los alrededores, otros habitantes verán con buenos ojos nuestros progresos, e irán construyendo y reformando sus propias casas para hacernos compañía y convertirse en nuestros vecinos. Si somos diestros, nuestra comunidad puede crecer bastante, teniendo que buscar fuentes de energía -la demostración de la conexión entre generadores es abrumadora y divertida al mismo tiempo- y de agua, para que se puedan abrir huertos y comenzar a subsistir sin necesidad de estar pendientes de las provisiones.
El problema es que, nuestro asentamiento, también despertará la curiosidad de otros indeseables amigos: los saqueadores. Bethesda destacó que cada cierto tiempo, diversos grupos de cazadores y saqueadores querrán destruir y robarnos, con lo que tendremos que disponer de una enorme y sólida red de defensas alrededor de nuestro próspero poblado. En la demo mostrada de Fallout 4, veíamos como se integraba una suerte de sistema de defensa de torres, en el que el jugador construirá barricadas, torretas, trampas y demás ingenios. Los refugios y los emplazamientos podrán ser construidos y levantados a lo largo y ancho del mundo de Fallout 4, teniendo incluso la oportunidad de disfrutar de un hogar móvil y rodante en forma de caravana. Una vez más, toda una declaración de intenciones.
Siguiendo el hilo de las construcciones y las mejoras, Bethesda también confirmó -fuera de su conferencia, esta vez- que Fallout 4, en su versión para Xbox One y PlayStation 4, contaría con soporte para mods y creaciones diseñadas por los usuarios y la comunidad. Queda por ver hasta qué punto tendremos oportunidad de disfrutar de las creaciones de otros usuarios, que pueden llegar a modificar en varios enteros la naturaleza de un título ya de por sí complejo como el presente.
Uno de los juegos del año
Bethesda lo tiene claro: quieren que Fallout 4 sea un juego indispensable, sea en la plataforma que sea. Y no hay que irse muy lejos para saber que hay muchísimas ganas de este Fallout 4 -las ventas de la tercera parte y de New Vegas aumentaron de forma increíble tras el anuncio del mismo-. Sus credenciales son conocidas por todos, y a tenor de lo mostrado, parecen más que suficientes para convencer a los aficionados veteranos y a otros tantos que vivirán por primera vez su experiencia de rol, aventura y simulación apocalíptica con esta cuarta entrega.
Fallout 4 tiene visas ya no solo de ser una de las secuelas más importantes de toda la saga, también las de ser uno de los títulos más importantes del año, candidato a todos los reconocimientos, premios y vítores por parte de prensa y público. Tras la demostración y la cantidad de información vertida durante este E3 de 2015 -aunque hubiéramos deseado probarlo de primera mano-, creemos que bien podría ser merecedor de todas estas consideraciones y galardones. Fallout 4 llegará a finales de año, teniendo una fecha de lanzamiento fijada para el 10 de noviembre en plataformas como Xbox One, PlayStation 4 y PC.