Tenemos que admitir que Teenage Mutant Ninja Turtles: Tactical Takedown no es precisamente lo que esperábamos de un juego de las Tortugas Ninja. A fin de cuentas, la licencia nos tiene acostumbrados a títulos en los que suele primar la acción, mientras que aquí lo que nos proponen es una aventura de estrategia por turnos en el que tenemos que pensar con mucho cuidado todas y cada una de nuestras acciones.
No os vamos a mentir: sobre el papel, la idea de que estos icónicos héroes se atrevan por primera vez con este género nos resulta, como mínimo, interesante y lo suficientemente llamativa como para captar nuestra atención.
Por ello, hemos aprovechado que Strange Scaffold ha publicado una demo en Steam para traeros nuestras primeras impresiones con él.
La eterna lucha contra el Clan del Pie
Lo primero que debéis saber es que, a pesar de lo que podría parecer por su dirección de arte, el título se basa en la serie clásica de animación de los 80, proponiéndonos una especie de secuela en la que Splinter y Shredder han muerto y en la que los cuatro hermanos protagonistas son ya adultos y se han distanciado. Por supuesto, el regreso del Clan del Pie, liderado por Karai, obliga a nuestros héroes a volver a la acción.
Si bien el punto de partida parece prometedor, lo poco que hemos podido ver de la trama no nos ha terminado de enganchar, con una narrativa muy simplona y escueta que únicamente se limita a llevarnos de un lado a otro para pegarnos contra los enemigos sin necesidad de demasiadas explicaciones, por lo que todo apunta a que la historia va a ser algo muy secundario dentro del cómputo global.
En cuanto al juego como tal, esta demo nos permite jugar el primer capítulo al completo, el cual se compone del tutorial y de cuatro misiones, cada una de ellas protagonizada por una tortuga distinta. Si esto último os ha sonado raro, es algo perfectamente comprensible, ya que lo normal es pensar que un juego táctico de las Tortugas Ninja debería proponernos peleas estratégicas en las que debemos controlar a los cuatro hermanos a la vez, buscando las mejores sinergias entre sus acciones para controlar el campo de batalla y abrirnos camino. A fin de cuentas, la serie siempre ha ido sobre eso, sobre cómo juntos son más fuertes, suplen sus carencias y pueden hacer frente a cualquier desafío que se les presente.
Sin embargo, sus desarrolladores han preferido apostar por dividir el título en misiones en las que únicamente controlamos a un solo personaje, una decisión de diseño que puede tener sentido en lo jugable, pero que parece ir en contra del espíritu de la licencia y que acaba simplificando demasiado las cosas.
Así pues, a los mandos de la tortuga que nos toque controlar en cada ocasión, deberemos abrirnos camino por unos tableros divididos en cuadrículas en los que van apareciendo enemigos cada turno. Durante nuestra fase de ataque, tenemos un total de seis puntos de acción que podemos usar tanto para movernos como para poner en práctica alguna de las técnicas de nuestros protagonistas, por lo que siempre deberemos buscar la mejor forma posible de utilizar nuestras habilidades para poder liquidar el mayor número de enemigos que podamos a la vez que buscamos una posición segura que nos evite sufrir daños cuando le llegue el turno a nuestros rivales.
Este planteamiento hace que el juego recuerde más a una especie de rompecabezas dinámico y siempre cambiante que a un título de estrategia como tal, pues todo consiste en dar con la sucesión de acciones y movimientos que debemos hacer para limpiar el tablero de amenazas.
Algo que nos ha gustado muchísimo es lo genialmente diferenciados que están cada uno de los personajes, proponiéndonos unos estilos de combate que se adaptan muy bien a sus personalidades. De este modo, la principal fortaleza de Michelangelo radica en su alta movilidad y en su gusto por las acrobacias, mientras que Raphael suele recurrir más a la fuerza bruta y a los empujones para eliminar enemigos sacándolos del escenario a la vez que se fortalece al hacerlo y recupera puntos de acción al rematar con ciertos golpes. Por su parte, Donatello es un personaje extremadamente versátil gracias al enorme alcance que le concede su Bo y a los diferentes dispositivos con los que puede controlar el terreno, ya sea colocando trampas o lanzando kunais eléctricos que inmovilizan a los oponentes. Finalmente, Leonardo es un luchador tremendamente eficiente que puede desestabilizar a los enemigos para que sufran más daño mientras él mismo se potencia y mejora sus capacidades para esquivar. Además, también cuenta con un ataque a distancia que empuja y puede arrojar rivales al vacío casi sin despeinarse.
Como veis, se ha hecho muy buen trabajo aquí y todos nos han parecido divertidos de utilizar, obligándonos, de paso, a que tengamos que variar nuestra forma de pensar dependiendo de a quién estemos controlando. Curiosamente, esto ha hecho que nos haya parecido incluso más frustrante que el juego no nos vaya a permitir controlarlos a todos en grupo, ya que se nos ocurren multitud de sinergias interesantísimas que podríamos llevar a cabo si pudiesen pelear juntos, lo que aportaría una capa de profundidad que le vendría de lujo al título.
En cuanto al desarrollo de las misiones como tal, en vez de apostar por grandes mapas en los que batallar, Strange Scaffold ha preferido optar por tableros muy pequeños que van mutando constantemente para obligarnos a avanzar por ellos como si de un beat ’em up se tratase, dándole así mucho ritmo y dinamismo a las partidas. De hecho, los tableros suelen tener multitud de peligros añadidos que debemos tener en cuenta, como zonas venenosas o tráfico que debemos evitar situándonos fuera de las casillas de peligro antes de que acabe el turno, algo que, por cierto, también podemos usar en nuestro favor para liquidar a los enemigos.
Lo cierto es que la sensación de estar avanzando por niveles está muy conseguida, ya sea recorriendo las azoteas de Nueva York o tomando diversas líneas de metro mientras nuestros rivales no dejan de acosarnos. Además, esto ha permitido que el estudio pueda añadir constantemente pequeños objetivos que debemos cumplir para que el escenario siga mutando y nos permitan progresar. De este modo, a veces nos tocará aguantar varios turnos en una zona y otras tendremos que acabar con los enemigos marcados.
El problema actual es que el juego como tal resulta demasiado sencillo y le falta profundidad. Sí, busca tener algo de variedad en su desarrollo, pero la forma en la que encaramos a los enemigos es siempre muy similar, ya que al solo poder controlar a una tortuga en cada misión nuestras posibilidades de acción están limitadas, lo que también limita el diseño de niveles, el cuál se tiene que amoldar a lo que podemos hacer con un solo personaje. A esto tampoco ayuda demasiado que, al menos en estos primeros compases, no haya mucha diversidad de adversarios. La versión final nos dejará personalizar el set de habilidades de cada héroe, aunque no tenemos muy claro si será suficiente como para subsanar este problema.
En lo que respecta a su apartado gráfico, se nota que estamos ante un proyecto indie muy modesto, ya que se le ha dado a todo el título un aspecto muy similar al de un juego de mesa. De hecho, los personajes están recreados como si fuesen minifiguras y aunque la presentación no está del todo mal y tiene un estilo muy de cómic, no es un juego demasiado llamativo en lo visual y nos habría gustado ver algo un poco más elaborado y atractivo que nos mostrase a los quelonios repartiendo guantazos en toda su gloria.
La banda sonora tampoco nos ha gustado, con una serie de temas machacones y muy poco melódicos que no nos encajan demasiado con este universo y a los que cuesta prestarles atención, mientras que los efectos se limitan a cumplir sin alardes. Cabe destacar que tampoco hay doblaje de ningún tipo y que los textos están a medio traducir al español, por lo que esperamos que en la versión final sí que estén todos en nuestro idioma.
Una primera incursión en los juegos de estrategia que nos plantea dudas
Como habéis podido comprobar, la demo de Teenage Mutant Ninja Turtles: Tactical Takedown nos ha dejado un sabor de boca un tanto agridulce. Nos ha gustado mucho cómo se ha representado el estilo de combate y la personalidad de cada uno de los protagonistas, las mecánicas están bien pensadas y el avance por escenarios siempre cambiantes añade mucho dinamismo a las partidas, pero ahora mismo la impresión que nos hemos llevado es la de estar ante un juego con muy poca profundidad y un tanto limitado en el que no paramos de repetir las mismas tácticas una y otra vez. Y todo ello por no hablar de la extraña decisión de no permitirnos controlar a estos personajes como un equipo. Sea de un modo u otro, tendremos que esperar al 22 de mayo para descubrir si la primera incursión de los héroes con caparazón estará finalmente a la altura de la creación de Kevin Eastman y Peter Laird o no.
Hemos escrito estas impresiones tras descargar su demo en Steam.
