La inteligencia artificial de los enemigos no decepciona. Si no detectan nuestra presencia, pasean por rutas tranquilamente, pudiendo ser sorprendidos y eliminados con pocos disparos. Por contrario, una vez descubiertos, buscan coberturas tras esquinas o columnas, que nos obligarán a mejorar nuestra puntería para dispararles en los breves instantes en que ofrezcan blanco.
La libertad de las fases varía según el diseño del lugar. Algunas consisten básicamente en avanzar por túneles, mientras que otras secciones aportan algo de exploración con habitaciones de varias puertas y pisos. Una indicación en pantalla indica la dirección del objetivo, no así el camino hasta llegar a él, que deberemos descubrir nosotros sin mapa alguno.
Además del modo principal, el título cuenta con juego ad-hoc y on-line. Desgraciadamente, solo un máximo cuatro jugadores pueden participar en seis escenarios, y en unos modos no demasiado originales, Supervivencia y Supervivencia de equipos. Algo más esperábamos de un juego es acción estratégica que podría haber explotado las posibilidades multijugador de la consola a fondo.
Rainbow Six Vegas es un buen título que completa el género de los FPS en la portátil de Sony, pero tiene ciertas carencias importantes que habrían hecho del juego más redondo. Por un lado, el modo para un jugador tiene una duración de aproximadamente cuatro o cinco horas, que se antoja a muy poco, a pesar de incluir algunos extras desbloqueables (como ilustraciones) cumpliendo objetivos secundarios marcados, o la posibilidad de jugar directamente en la misión deseada, una vez completado el mapa. Por otra parte, el modo multijugador no ha sido desarrollado de la forma que muchos jugadores desearían, pudiéndose encontrar otros juegos más enfocados a este aspecto como la saga SOCOM.
Sin duda, Rainbow Six Vegas es uno de los mejores shooters subjetivos hoy día disponibles en la portátil, pero el usuario debe tener en mente que no está ante un juego de acción sin freno, de gatillo fácil.
Por desgracia, poco o nada de ello se encontrará en la versión portátil. Pese a llevar el nombre de la versión doméstica, la nueva trama del juego para PSP desvía la atención hacia otros lugares, tales como caserones repletos de terroristas, depuradoras, presas o aeropuertos. Estos lugares, en su mayoría cerrados, no son ningún exponente técnico de las posibilidades de la consola, aunque tampoco encontraremos defectos importantes.
El motor gráfico lleva con soltura las habitaciones y pasillos, generalmente con pocos objetos de mobiliario que ofrezcan complejidad gráfica, así como ciertas zonas más elaboradas y los exteriores. En pantalla rara vez encontraremos más de tres enemigos, cuyos cuerpos desaparecen casi en el instante de caer al suelo. No hay gran variedad (los terroristas visten por igual), y las animaciones cumplen correctamente, sin más.
En la balanza positiva, el sólido framerate y la ausencia de defectos importantes, ayudan a no desmerecer la jugabilidad. Ciertos detalles en la iluminación y algún efecto no mejoran la sensación de un apartado técnico y artístico que ha perdido gran parte de la sorpresa que supuso Vegas en domésticas. Un apartado simplemente correcto, que no llega a la altura de otros títulos de temática similar vistos en PSP hace tiempo, como Syphon Filter: Dark Mirror.
La ambientación musical aparece en pequeñas situaciones, de gran calidad. No obstante, la mayoría del tiempo nos acompañarán los sonidos ambientes, así como las voces (dobladas al castellano) que nos informarán de la marcha de la operación, así como diálogos con el compañero en sus tareas paralelas. Antes de cada misión, también se nos describirán los objetivos y la situación actual de la trama.