Análisis de Quantum Error para PS5, un juego amateur perjudicado por su ambición (PS5)
Cuando se dice que la prensa especializada es demasiado benevolente con los videojuegos que analiza se suele obviar que estos son sólo una porción relativamente pequeña de la ingente cantidad de proyectos que salen al mercado cada año. No hablamos ya de joyas que se nos escapan por estar en cauces diferentes o que no encuentran hueco en una agenda cada vez más apretada, sino de desarrollos de múltiples escalas que por un motivo u otro acaban teniendo un impacto limitado entre los críticos.
Quantum Error bien podría haber sido uno de esos juegos que pasan bajo el radar, pero la casualidad (o la insistencia) ha conseguido que su estreno en PS5 (donde se puede comprar por 59,99 €) haya tenido algo de atención: Teamkill Media, un estudio estadounidense formado por cuatro hermanos en 2016, lleva unos años no sólo compartiendo novedades y anuncios de su proyecto, como es lógico, sino asociándolo a la calidad gráfica y técnica de la nueva generación, hablando de resoluciones y framerates por encima de la media y posicionándose como uno de los primeros juegos en aprovechar verdaderamente la potencia next-gen.
¿El peor juego del año?
Sin embargo, el resultado final está bastante alejado de eso. Tras haberlo podido jugar en PS5 hemos constatado que Quantum Error no es que no consiga ser uno de los videojuegos más punteros de la actualidad, sino que además por el camino a esa inalcanzada excelencia técnica se olvida de muchas ideas en las que, si hubiera insistido un poco, probablemente habría logrado ofrecer una obra más compacta e interesante. Muchas voces ya consideran a este juego uno de los peores del año y, si bien dudamos de que eso sea cierto (de nuevo, se lanzan muchísimos) lo que está claro es que no ha logrado satisfacer toda esa anticipación creada a su alrededor.
Y lo cierto es que la premisa de Quantum Error es más o menos interesante, al menos de partida: controlamos a un bombero que se ve envuelto en una trama de horror cósmico, una idea que de base funciona bien porque traslada al ámbito de las mecánicas las labores de un bombero (podemos abrir caminos en paredes con hachas, realizar reanimación cardiopulmonar soplándole al micrófono del DualSense y, por supuesto, apagar fuegos con mangueras, faltaría más) y las contrapone a una historia de terror surrealista que se va torciendo más y más a medida que avanza la historia.
Ideas con fuerza y debilidades técnicas
Es precisamente en ese contraste entre lo corriente de las mecánicas que adaptan la faceta más física de ser un bombero y la fantasía terrorífica del horror cósmico donde Quantum Error tiene más que decir, pero el juego no tarda mucho en desconfiar de enfocar toda su gama interactiva en esa dualidad y rápidamente pasa a colocarnos armas de fuego comunes en las manos y hacernos disparar a zombies que nos acechan en pasillos oscuros. Cuando pasa a ser un shooter más tradicional es cuando pierde fuerza, no sólo porque deje de lado las ideas más interesantes sino porque además su gunplay tiene demasiadas carencias como para sostener el núcleo del juego.
A nivel técnico fallan muchas cosas en este juego, de hecho es algo de lo que nos damos cuenta desde antes incluso de empezar a jugar: instalarlo en PS5 requiere liberar casi 90 GB de espacio en la consola, un tamaño exagerado teniendo en cuenta que su duración ronda las 10 horas aproximadamente. Es algo que demuestra falta de pulido técnico, aunque tampoco podemos apuntar con certeza a qué puede deberse, si a la cantidad de tiempo de vídeos que incluye o si a la falta de optimización gráfica. Probablemente a una mezcla de ambas.
Pero a decir verdad, y pese a la alegría con la que han promulgado sus capacidades técnicas, Teamkill Media nunca ha ocultado del todo muchos de los fallos técnicos que han acabado estando en la versión final del juego. Ya en los primeros tráileres veíamos texturas de baja calidad, animaciones atropelladas, simulación de partículas anticuada, popping en los efectos y la iluminación… Todo eso ha estado presente en todos y cada uno de los vídeos que se han publicado desde el anuncio del juego hasta el tráiler de lanzamiento, por lo que esperar otra cosa de la versión final era todo un ejercicio de esperanza sin sustento, por mucho que en su descripción oficial hablen de "gráficos impresionantes y una iluminación espectacular".
Errores de amateur: foco en el lore y pobre estructura
Más allá de lo técnico, a Quantum Error se le notan otras flaquezas propias de un juego amateur: su insistencia con el lore y la trama son exageradas, tanto que nada más arrancar el juego tenemos que ver una sucesión de extensas escenas cinemáticas (con voces en inglés, pero con subtítulos en español mal traducidos) que nos sitúan nos sólo en el momento en el que estamos sino en lo que ocurrió hace más de 20 años en vete tú a saber dónde y que acabará teniendo impacto en la historia (que, por otro lado, está plagada de lugares comunes y decisiones retrógradas). Es un manejo pobre de la narrativa sin duda demasiado influenciado por obras de mayor presupuesto que apuestan más por ritmos cinematográficos, e imita formatos para los que no tiene pericia ni bagaje.
Tampoco podemos destacar su diseño, ni de la estructura general ni de las misiones y niveles que vamos recorriendo. Todo el juego pasa por repetir unas secciones muy similares, haciendo mucho hincapié en puertas cerradas con códigos que debemos encontrar mientras luchamos contra hordas de monstruos y logramos llegar a un punto en el que luchamos contra jefes finales habitualmente de tamaño colosal. No es la peor faceta de Quantum Error, ojo; al menos intenta ofrecer enfrentamientos espectaculares donde la diferencia de escala se note, y además trata de integrar las mecánicas de bombero de forma más o menos creativa… Y con respecto a la repetitividad y falta de ritmo; es un mal endémico del videojuego, así que sería injusto achacárselo sólo a este proyecto sin recordar que ocurre lo mismo en prácticamente todos los juegos en los que se inspira.
Conclusiones
Muchos de los puntos flacos de Quantum Error parecen ser consecuencia de apostar por un formato inspirado en las grandes superproducciones siendo un equipo de cuatro personas. Tanto en sus fallos más visibles (los técnicos, el torpe control) como en sus debilidades más nucleares (relacionadas con su estructura y diseño) se nota cierta intención por abarcar una escala difícil de alcanzar si fallan los recursos y la experiencia. Tiene ideas interesantes y de algún modo originales que quedan descartadas en pos de parecer un videojuego que jamás puede ser, y quizás centrándose en ellas podría haber ofrecido una obra mucho más interesante.
Hemos realizado este análisis en PS5 adquiriendo el juego en PS Store