Análisis The Surge 2, un buen Soulslike (PS4, Xbox One, PC)

Fue en 2017 cuando la desarrolladora Deck13 engendró su segundo hijo digital en esta generación bajo el nombre de The Surge. Tras iniciarse en el terreno del ocio digital contemporáneo con Lords of the Fallen, el estudio cambió de tercio para apostar por una temática alejada de la fantasía medieval. En su primera apuesta, el concepto de juego "tipo Souls"comenzaba a sonar, pero no estaba tan arraigado entre los jugadores. Ahora es un estándar y hasta un honor para un estudio que clasifiquen un título dentro de ese epígrafe cultivado por FromSoftware e Hidetaka Miyazaki.

De 2014 a 2019 ha llovido mucho. Al propio Miyazaki le ha dado tiempo hasta a reformular sus ecuaciones jugables con el todavía fresco Sekiro: Shadows Die Twice, y el equipo de Deck13 Interactive ha tenido margen para pensar y evolucionar bebiendo del género que adora y aprendiendo de sus propios errores. El éxito del primer The Surge, que sin ser un juego excelente caló entre los seguidores y seguidoras del género, desencadenó rápidamente la producción de un contenido descargable para éste y de la secuela que ahora recibimos en PS4, Xbox One y PC, una segunda parte tremendamente bien llevada.

Un accidente y una misteriosa niña

Tras conocer la corporación CREA en el primer The Surge y adentrarnos en este universo tecnificado de cables, virus e implantes, la secuela apuesta por una trama diferenciada. Dejamos atrás los pasos de Warren para crear nuestro propio protagonista personalizado a través de un editor tradicional en el que dibujamos nuestra fisionomía y marcamos nuestros orígenes.

A partir de aquí, somos testigos de nuestro pasado inmediato: un accidente de avión nos lleva a estar en coma durante una temporada. Al despertar, toda la ciudad se ha ido al garete.

Abrimos los ojos y nos liberamos de los grilletes. Literalmente estamos presos. En los primeros compases recibimos esbozos del accidente aéreo y recordamos vagamente la presencia de una misteriosa cría que parece haber sobrevivido a la catástrofe y que está escapando sola por la ciudad. Seguiremos su rastro descubriendo quién es y por qué huye mediante flashbacks en una trama que sin ser brillante, está mejor narrada que en la primera parte gracias a la presencia de personajes que aportan detalles en conversaciones y al propio mundo.

A nivel narrativo, jugamos con una historia principal que se cuenta de la mano de los flashbacks, de personajes que nos guían con sus palabras y de lo que sucede en las calles, pero también a través de los objetivos secundarios. The Surge 2 implementa misiones opcionales que nos asignan personajes que podemos encontrar u obviar durante nuestro recorrido. Estas misiones marcan objetivos como matar a cierto rival o recuperar un objeto, indicándonos de manera ligera pero clara la zona por donde debemos buscar. Son un aspecto interesante para conseguir objetos, mejoras, etc. y resultan atractivas para desconectar un poco de la trama a cambio de sus recompensas.

La ciudad de Jericho

Donde más flojea y más asoman las costuras de The Surge 2 es en su apartado técnico. Sin ser un título pobre, sí que se queda a medio gas entre lo espectacular y lo estándar. No sorprende, salvo por momentos puntuales y por el diseño de algunos jefes, que como es marca de la casa mantienen el estilo de la saga mezclando conceptos tan dispares como tecnología y naturaleza. Esta medianía gráfica viene mediada por el motor FLEDGE Engine, propio del estudio, que es versátil y se comporta de forma correcta en términos como el frame rate, pero que se queda corto para este cierre de generación y tiene ciertos problemas esporádicos en carga de texturas, nivel de detalle o dientes de sierra.

Incluso así, The Surge 2 responde de manera muy estable en lo técnico y se juega sin problemas. En lo artístico y en el diseño de enemigos volvemos a estar de nuevo en ese campo de medias tintas debido a enemigos mayores con diseños tremendamente bien llevados frente a rivales rasos que se causan demasiada indiferencia, especialmente cuando se presentan tres de golpe en una misma zona con la misma cara persiguiendo al jugador, aspecto que se hace notar cuando no visten casco. Es un detalle palpable difícil de entender cuando el propio editor de personajes del juego permite generar rostros aleatorios. Una minucia, sí, pero lo suficientemente llamativa como para sacarla a relucir.

Otro cantar son los escenarios. En The Surge 2 pasamos del complejo de la tecnológica CREA, donde visitamos diferentes áreas diferencias pero todas unificadas por un mismo patrón, a la ciudad futurista de Jericho, territorio hostil por culpa de la expansión del nanovirus, pero realmente variado en cuanto a escenarios y extensión. El equipo de diseño de niveles se lleva la mejor parte en lo que respecta a creatividad, pues en esta urbe futurista te encontrarás todo lo que se espera de una localización así, y más de una zona que ha sido una grata sorpresa y un soplo de aire fresco para la ambientación metalizada.

Jericho tiene personalidad. Pasamos por sus calles caóticas llenas de enemigos y de andamios, de avisos de advertencia de las autoridades que tratan de contener el caos y a medio construir; viajamos por sus diferentes distritos, cada uno con un estilo propio, unos habitantes que forman tribus urbanas como los yonkis de una droga futurista, los cazadores o los adeptos al culto religioso del momento; y conocemos las historias de sus personajes a través de conversaciones con NPC, archivos de audio e imágenes del pasado proyectadas. El trabajo de creación de universo en The Surge 2 está un peldaño por encima de la primera parte.

Todo lo que rodea a los escenarios que visitamos en esta secuela es superior tanto en variedad como en estructura. La exploración se hace mucho más abierta que antes, con los ya clásicos caminos desbloqueables que conectan nuestro devenir con el punto de inicio de cada mapa, y que vamos descubriendo de forma progresiva en este ecosistema que ya es un clásico en los juegos del género. No hay innovación en este terreno más allá de la que brinda la propia creatividad usada con tino para diseñar gran parte de los lugares que visitaremos. No entraremos en detalle para evitar chafar el factor sorpresa, pero algunos de los escenarios dejan buen sabor de boca.

A esto debemos sumar una mayor verticalidad en la exploración. Los escenarios están compuestos por varios niveles de alturas a los que accederemos con escaleras y con un sistema de ascensores futurista. En ocasiones la exploración irá más o menos guiada, pero a veces tendremos la opción de recorrer el camino a diferentes alturas. Además, a medida que vamos desbloqueando habilidades y encontrando accesorios, podremos ir accediendo a nuevas zonas donde encontrar más contenidos que explorar. Podéis esperar también un juego con mayor duración que la primera parte en número de horas de juego.

Cortando por lo sano

Si jugaste a la primera parte recordarás que uno de los pilares jugables de The Surge es el desmembramiento de enemigos, ya no por observar bellos bailes macabros mientras cercenamos miembros, sino porque es la vía para conseguir mejores armaduras, objetos, etc. Esta dinámica de combate se ha mantenido en la secuela, con mejoras importantes que se hacen notar a las pocas horas de partida. Seguimos cortando cabezas, torsos, piernas y brazos seleccionando el punto débil del enemigo, pero ahora lo hacemos con un sistema de bloqueos mejorado.

Gracias a un implante tenemos la capacidad de detectar desde qué dirección viene el golpe del rival, por lo que usando el gatillo superior izquierdo y la dirección óptima en el stick derecho, podremos bloquear ataques. Es cierto que en los primeros compases del juego este sistema de coberturas no es especialmente útil, pero a medida que avanzas se vuelve más y más necesario. Un impacto parado con el tempo perfecto nos permite ejecutar un ataque fuerte que resta más vida al rival. A veces tendremos que parar varios ataques seguidos para conseguirlo siguiendo una danza al compás de los golpes especialmente adictiva.

La manera de disponer nuestra cobertura con el arma se asemeja en cierta medida a lo implementado por From Software en Sekiro: Shadows Die Twice, aunque no llega a ese nivel de complejidad y precisión. No obstante, es un añadido muy acertado que refresca la jugabilidad de The Surge 2 y que debe quedarse. No hace falta decir que las coberturas no son infinitas, ya que cada golpe que paremos gastará una preciada estamina que debemos administrar para esto, para esquivar y para golpear. Hay que buscar el equilibrio entre acciones para conseguir los resultados óptimos en los enfrentamientos más exigentes.

El comportamiento de cada enemigo también es vital para adaptarnos al sistema de protección. Cada encuentro con un nuevo enemigo nos lleva a aprender sus movimientos para adaptarnos. Aquí importan factores como el tempo de sus ataques o la distancia entre el rival y el protagonista. Vuelve ese factor ensayo-error que vivimos en la primera parte, ahora más complejo que antes. De hecho, este añadido ha conseguido que el combate sea más satisfactorio que en el juego original, y eso es un punto a favor del estudio.

Otra mejora aplicada por Deck13 la encontramos en el sistema de cambiado entre objetivos, que ahora se comporta de una forma más fiable que antaño. La cámara también ha recibido mejoras, aunque sigue siendo capaz de jugarnos malas pasadas en algunos escenarios cerrados, colocándonos en ocasiones elementos que tapan la visión del personaje y nos hacen recibir golpes inesperados. En términos generales, en lo jugable The Surge 2 es una experiencia más satisfactoria que el juego original, señal de que sus creadores han escuchado las críticas. Hablar de la dificultad en este tipo de juegos es siempre relativo, pues depende de la habilidad de cada jugador. En nuestro caso, eso sí, esta secuela nos ha parecido algo más fácil que la primera parte en términos generales, sobre todo en el último tramo.

La evolución del personaje sigue manteniendo todos los toques de rol que caracterizaron al primer título. A base de chatarra que recolectamos exterminando enemigos, cumpliendo misiones y explorando, podemos subir de nivel, paso que nos permitirá mejorar salud, resistencia y energía. Con ella también fabricaremos y mejoraremos armas, armaduras e implantes. Precisamente estos vuelven con más variedad y opciones. Son el equivalente a las habilidades de todo juego de rol, contando con implantes activos (curación) y pasivos (recoger más chatarra). Las opciones son realmente amplias y nos permiten configurar nuestro estilo de juego según queramos.

La versatilidad del protagonista vendrá dada por los implantes que usamos, que dependen del consumo máximo de energía que tengamos —cada implante consume puntos como en el original—, por la armadura que portemos y por el tipo de arma que usemos. En la faceta armamentística también ha crecido la selección: desde garras a dos manos hasta lanzas, mazas, etc. Tenemos opciones suficientes para adaptar nuestro estilo de juego al que más nos atraiga: velocidad, ataques cercanos, a distancia media, etc. Y no nos olvidemos del dron, que adquiere más importancia y utilidad en esta segunda parte.

El aprendizaje entre muerte y muerte, ensayo y error para probar armas y medir el comportamiento de los enemigos, terminaremos llegando a los jefes. El primer The Surge se caracterizó por tener pocos jefes en comparación con los habituales de su género, pero con bastante personalidad y mecánicas de juego interesantes. Esta secuela repite eso de las mecánicas y la personalidad, y aumenta el número de jefes tanto primarios como secundarios, aunque con ello tenga que sacrificar la originalidad y la creatividad en ciertos enfrentamientos: algunos rivales que son vendidos como jefes son simples adaptaciones de enemigos rasos con barra de vida mayor.

The Surge 2 no ha querido dejar pasar la oportunidad de incluir opciones online de tipo asincrónico habituales en el género aportando una gota de innovación a su manera. A los clásicos mensajes dejados por jugadores para advertir de situaciones propios de la saga Souls debemos sumar la posibilidad de dejar estandartes ocultos en escenarios que, en caso de no ser encontrados por otros jugadores durante una hora nos proporcionan una atractiva cantidad de chatarra. No son opciones online brillantes, pero están ahí. En cuanto a la banda sonora, nos topamos con melodías que son correctas sin más. Algún tema contra jefes es destacable y nos hace venirnos arriba durante el combate, pero no es la dinámica general en lo musical. ¿Cuánto dura la historia principal? Fácilmente puede aguantarnos treinta horas, a lo que debemos sumar el habitual "Nueva Partida +" con algún contenido extra interesante en segunda vuelta y un aumento en la dificultad.

Conclusión

The Surge 2 es casi todo lo que cabría esperar de una secuela en el sentido más estricto de la palabra, un título más completo y compacto que su primera parte, que sube un peldaño la calidad del juego original y lo refina teniendo en cuenta las críticas. El mayor salto se nota en su jugabilidad, que ha superado baches como el marcado de enemigos e incorporado añadidos interesantes como el sistema de coberturas direccionales. No obstante, sigue padeciendo de ciertos dejes como la cámara, que a veces nos deja vendidos o que su apartado gráfico, para estar en pleno cierre generacional, siga teniendo carencias. Deck13 ha conseguido aplicar la norma del "más y mejor" con solvencia pero sin llegar a la excelencia subiendo un peldaño en una escalera que los fans del género estarán encantados de subir.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código que nos ha proporcionado Koch Media.