Análisis de Crysis (PC)
Llega al PC uno de los juegos más largamente esperados con una impresionante carta de presentación a modo de apartado técnico y jugable.
Luis Mederos y Jose Miguel Rubio ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.8
SONIDO
9.5
NOTA
9.7
DIVERSIÓN
9.4
JUGABILIDAD
9.6
Análisis de versión PC.
Otros análisis: PS3 y Xbox 360
El nacimiento de algo grande
Hablar de Crysis supone hablar de uno de los juegos más importantes, esperados y anhelados de los últimos años en el mundillo de los videojuegos y más concretamente en PC. Quizás –entre los que humildemente nos incluimos ambos redactores- el que más. Así de simple, así de sencillo. Y es que prácticamente casi ninguno ha acaparado tanto el protagonismo y la atención de todo el mundo (amén de incontables vídeos, portadas, entrevistas, cientos de imágenes, avances...) como título que nos ocupa. Sólo algunos elegidos previamente en la última década como Half-Life 2 o Doom 3 han podido presumir de esto. Claro que detrás estaban dos compañías del calibre de Valve e id Software.
Bien es cierto que Crysis venía también con inmejorables referencias viendo el primer trabajo de Crytek: Far Cry, título que trajo consigo un refrescante diseño al manido género de los juegos de acción en primera persona. Con un mundo vasto y lleno de posibilidades (ni más ni menos que una isla tropical modelada en 3D al milímetro), en la que podíamos afrontar una misma situación con distintas estrategias; eso unido a su impresionante despliegue técnico convirtió dicho juego en toda una experiencia inmersiva, y a sus creadores/compañía en toda una sorpresa muy a tener en cuenta. Llegados a este punto hay que comentar que muchos se han apresurado a tildar el nuevo Crysis de una especie de versión hipervitaminada de Far Cry –que ambos transcurran en una exótica isla ha ayudado lo suyo- y lo cierto es que las sensaciones que nos transmite son muy similares. Pero esto no es nada malo; sino todo lo contrario: es el alumno aventajado que consigue superar las enseñanzas de su maestro. Y de lejos.
Ahora, han pasado ya casi dos años desde que Crytek anunciase estar trabajando en su segundo juego para PC. Ocurre a menudo que cuando un proyecto se vuelve ambicioso y centra la atención de prensa y aficionados de una forma tan exagerada, el resultado final tiende a decepcionar debido a las altas expectativas que genera. Pero en este caso, y en líneas generales, el periodo de gestación ha valido la pena y, a pesar de ser un parto de alto riesgo, podemos afirmar con total seguridad que Crysis ha nacido como un retoño fuerte y prometedor.
Toma de contacto
La introducción con la que da comienzo Crysis es una de las más impresionantes que hemos visto en años. Se trata de una versión extendida del vídeo que pudimos ver hace meses, titulado Nano Suit, y sirve como aperitivo para mostrarnos la clase de jugabilidad y acción que nos deparará durante el transcurso del juego. Ciertamente no nos cansamos de verlo, y cada vez que lo hacemos se nos pone la carne de gallina.
En Crysis asumimos el rol de Jake Dunn, soldado de un comando especial delta enviado a las islas filipinas de Lingshan para ayudar a un grupo de científicos que se ha visto atrapado hace una semana por un contingente militar norcoreano. Lo que debería haber sido una simple misión de rescate, se convierte en toda una cruzada por salvar el mundo. Pero ya llegaremos a eso.
Los primeros problemas aparecen nada más lanzarnos en paracaídas al vacío de la noche Pacífica. Mientras caemos con el resto de nuestro escuadrón, "algo" provoca que perdamos el paracaídas y nos precipitamos a gran velocidad hacia el mar. Por suerte el volumen de agua es suficiente para amortiguar el tremendo golpe, y podemos salir a flote sin mayor consecuencia. Durante estos primeros compases, se nos irá guiando poco a poco en los controles básicos del juego: mirar alrededor con el ratón, agacharnos, correr, coger objetos, atacar con la culata del arma o ir descubriendo las funciones de nuestro impresionante NanoTraje.
Acción táctica
Como ya hemos comentado, Crysis bebe directamente de las fuentes jugables de Far Cry. Podríamos decir que es su continuación espiritual, tomando el relevo que dejó el primer título de Crytek pero profundizando y mejorando ampliamente la idea original. Así pues, nos encontramos con un juego que permite una gran libertad al jugador a la hora de afrontar cada misión que se nos presenta. Existen misiones principales que son primordiales para avanzar en el juego y la historia; y misiones secundarias, las cuales no será necesario llevar a cabo para continuar, pero que añaden longevidad y variedad al modo campaña.
Con una dificultad bien ajustada -el nivel normal ya presenta un importante desafío-, es vital aprender a estudiar concienzudamente cada situación que se nos presenta teniendo en mente el tipo de objetivo a cumplir, el emplazamiento, el número de enemigos y su posición. Por supuesto no todas las misiones nos permitirán una planificación previa, y también premiará la acción rápida y trepidante en otros niveles; pero en la mayoría de los casos es sumamente importante usar la cabeza, y no lanzarnos al ataque alocadamente.
Nuestro mejor aliado es lo último en tecnología para fuerzas especiales: el NanoTraje. Con él, podemos hacer frente a una serie de imprevistos y salir airosos gracias a su gran versatilidad. Su virtud principal es que permite potenciar determinadas cualidades como son: Velocidad (haciéndonos salir disparados en esplín), Fuerza (con la que saltar más alto o pegar con mayor contundencia), Blindaje (para protegernos en momentos de intenso fuego enemigo) y Camuflaje (que nos hace prácticamente invisibles pudiendo atravesar las líneas enemigas o escapar en situaciones comprometidas). Este traje funciona con su propio tipo de energía y a medida que usemos cualquiera de sus modos especiales, dicha energía se irá consumiendo; recargándose automáticamente cuando no esté en uso.
La salud depende en gran medida del estado del NanoTraje. Si nos hieren de gravedad, es fundamental contar con energía de reserva para recuperarnos lo antes posible gracias al modo blindaje. Tras cubrirnos unos segundos del fuego enemigo, recuperamos la totalidad de la energía. Es la combinación de un sistema muy usado en la actualidad en muchos shooters (Halo 3, Call of Duty 4, Gears of War…) con la particularidad del NanoTraje.
El otro gran aliado con el que contamos en el combate táctico que nos presenta Crysis son las armas. Podremos cargar con un número generoso de las mismas, si bien es cierto a veces tendremos que sacrificar unas en detrimento de otras. El arsenal pasa por pistolas, rifles de asalto, escopetas de gran calibre, lanzamisiles, granadas y explosivos, rifles de francotirador, etcétera. Además cada una permite acoplarle una serie de accesorios con el que poder personalizarlas. Un gran acierto tanto táctico como de jugabilidad. De este modo, contamos con la ayuda de silenciadores, objetivos de francotirador, linternas, lanzagranadas, punteros láser... Y ahí no acaba todo, cada arma dispone también de distintos modos de disparo y munición -a pesar de ser una característica que parecía haberse quedado en el camino-: tiro a tiro, a ráfagas, dardos sedantes y munición incendiaria son sólo algunos ejemplos. Combinando sabiamente los modos del NanoTraje con nuestro arsenal y accesorios, saldremos airosos de incluso las situaciones más comprometidas.
A todo esto hay que añadir la posibilidad de usar numerosos vehículos en nuestra causa. Y no sólo terrestres, sino también marítimos e incluso aéreos. Además, la mayoría de dichos vehículos está dotado con una potente arma que nos ayudará a apartar molestias del camino. En un nivel, por ejemplo, contaremos con la única ayuda de los VTOL -vehículos aéreos para transporte de tropas y vehículos que pueden aterrizar y despegar en vertical- como medio de transporte y ataque. Otro intenso nivel nos traslada al campo de batalla a bordo de un tanque para tratar de pararle los pies al obstinado enemigo.
Encuentros en la Tercera Fase
Durante la primera parte del juego, nuestro principal objetivo es avanzar atravesando las defensas del ejército norcoreano, comandado por el temerario General Kyong, para rescatar al grupo de investigadores. Esto provoca que pueda pecar al principio de monotonía, pues la mayoría de situaciones serán muy parecidas entre sí. Sin embargo, se ve aliviado por el hecho de la gran libertad que tenemos a la hora de realizar los objetivos y, por supuesto, porque no todo será matar humanos.
A medida que avanzamos, tanto nuestro equipo como nosotros mismos, vamos comprendiendo que hay algo más en la isla que está atacando por igual al ejército enemigo y al nuestro propio. Es un enemigo implacable con un objetivo claro: conquistar a la especie humana. Los primeros encuentros son de carácter fortuito y muy rápidos, casi imperceptibles (aunque bastante impactantes). Pero al final nos meteremos de lleno hasta el fondo, y nunca mejor dicho en una trepidante aventura de ciencia-ficción pues durante un nivel visitaremos las profundidades del núcleo de la nave nodriza alienígena. Es una de las representaciones más inquietantes que hemos visto nunca al respecto en un videojuego (compartiendo podio con la fase "Cortana" de Halo 3), y moviéndonos por un increíble entorno de gravedad cero, nos parecerá estar nadando bajo el agua. Hasta algunos enemigos se asemejan a medusas por su forma de moverse. Podríamos describir el entorno como belleza letal.
También habrá lugar para otros enfrentamientos más directos fuera del territorio alienígena lidiando con distintos tipos de enemigos, destacando especialmente un enorme engendro dotado de varios tentáculos que le sirven para elevarse varios metros del suelo y moverse, así como arma para ensartar a todo aquel que ose interponerse en su camino. No sólo eso, puede disparar un peligroso rayo con el que deja congelado cualquier cosa que toque, nosotros incluidos. Otro ejemplo de amenaza alienígena lo encontramos en una especie de calamar volador que nos ha recordado a los Centinelas de la película Matrix. ¿Cómo enfrentarnos a semejante fuerza? Pues con la ayuda de todos los elementos ya citados más un importante aliado: las armas de tecnología alienígena. Sólo disponibles en los niveles más avanzados del juego, nos ayudarán a limpiar el camino de forma muy eficaz.
Matrícula de honor en Física
En una palabra: impresionante. Prácticamente todos y cada uno de los elementos que conforman el entorno son susceptibles a ser tocados, movidos, destrozados. Desde lanzar una gallina, pasando por ondas expansivas, hasta arrasar la selva con nuestra minigun al más puro estilo de la película Depredador. ¿Disparamos a las ruedas de un vehículo? Estas se destrozan, pudiendo sus conductores en ocasiones perder el control del vehículo. ¿Lanzamos una granada contra un barracón? Y observamos atónitos cómo se derrumba haciéndose añicos, con cientos de trozos volando por los aires. ¿Acribillamos a tiros una palmera? Y se destroza y desploma antes nuestros ojos. ¿Asestamos un tiro certero en el depósito de gasolina de un vehículo? Y pocos segundos después saltará por los aires. Las mejoras en esta clase de técnicas son las que consiguen, como resultado final, no sólo una experiencia más espectacular y realista, sino sumergir al jugador hasta cotas inimaginables.
Inteligencia artificial
Uno de los apartados que más nos ha llamado la atención, con permiso de los gráficos y la física, ha sido la avanzada inteligencia artificial con la que están dotados los enemigos: tanto humanos, como extraterrestres. Los norcoreanos son una fuerza temible que gusta de flanquearnos o lanzar granadas allá por donde vamos. Se baten en retirada cuando se sienten amenazados y no dudan en descargar toda su potencia de fuego cuando se saben en superioridad numérica. Como ya pudimos ver en Far Cry, los soldados hablan entre ellos para estudiar las estrategias. Los veremos pedir refuerzos -lanzando incluso bengalas para avisar a grupos alejados- o fuego de cobertura mientras recargan sus armas. La cosa se complica en el modo de dificultad más elevado, Delta, donde los norcoreanos hablan su lengua natal, con lo que o sabemos el idioma o no nos enteraremos de nada. Los alienígenas por contra tienden a ser más kamikazes, pero entre sus aficiones está la de cazar por escuadras, de forma que en entornos abiertos tendremos que defendernos de varios de ellos al mismo tiempo en más de una ocasión.
Es una lástima que la inteligencia artificial se vea empañada por algunos fallos puntuales que provoca comportamientos previsibles o demasiado estáticos ante nuestros disparos. Eso sí, no será fácil sorprender a nuestros enemigos con las granadas, por ejemplo.
Aprendiendo de los errores pasados: El Multijugador
Uno de los puntos más desfavorables que contaba Far Cry en su haber era un modo multijugador muy pobre y con pocas posibilidades. Uno de los objetivos que tenía Crytek en su segundo juego era mejorar dicha faceta. Bajo nuestro punto de vista lo han logrado gracias al Power Struggle. El otro modo es el típico Deathmatch de todos contra todos, eso sí usando el NanoTraje.
Los que tuvieron acceso a la Beta, ya pudieron echar un vistazo a la jugabilidad y planteamiento del nuevo modo de juego. Es la apuesta de Crytek para un multijugador basado en equipos y objetivos. Estadounidenses y norcoreanos se enfrentan para dominar una determinada zona, dividida en varios puntos clave que tendremos que ocupar para conseguir el poder necesario y así destruir la base enemiga, logrando la victoria. Ambos bandos contarán con la ayuda del NanoTraje, cambiando sólo el color ligeramente. El armamento, vehículos y accesorios disponibles variará en función de una de las novedades de este modo: los puntos de Prestigio.
Cada vez que iniciemos una partida, tendremos a nuestra disposición el mencionado NanoTraje, un PDA, un Mapa Táctico, una pistola Bauer 1980 SOCOM y nuestros puños, además de 100 puntos de Prestigio que podremos ver representados en la esquina superior derecha de la pantalla. A medida que capturemos zonas del mapa, matemos enemigos o destruyamos torretas defensivas aumentarán dichos puntos. Por contra, si matamos a miembros de nuestro equipo perderemos puntos. Cuantos más puntos de Prestigio acumulemos, más armas y accesorios podremos adquirir. Para destruir la base enemiga será primordial capturar zonas especiales del mapa como la Fábrica de Prototipos y los Centros de Energía que son aquellos representados por tecnología alienígena. Otras instalaciones de gran importancia son las Fábricas y habrá de tres tipos: vehículos terrestres, marítimos y aéreos. Además, capturar estas zonas nos permite acceder a nuevos vehículos y armamento; pudiendo encontrar armas de tecnología alienígena gracias a la Instalación de Prototipos o helicópteros de combate gracias a la Fábrica Aérea. Al final se trata de acceder a equipamiento especial como armamento nuclear para poder destruir las defensas enemigas, y así ganar la partida.
Mención especial a la física avanzada y ciclos de día y noche dinámicos disponibles durante dichas partidas. Eso sí, al precio de tener un equipo e instalación preparados para DirectX10, pues es la única versión del juego que lo permite.
Crysis puede con tu equipo
Es más que evidente para todos (y es un decir bastante común en el mundillo) que el aspecto más importante en un videojuego es sin duda alguna la jugabilidad. Y Crysis no anda escaso de ella, pero mentiríamos si dijésemos que en este título concreto que nos ocupa, el aspecto gráfico no es casi igual (o directamente) igual de importante. Es más, casi la totalidad de atención que ha despertado el juego a nivel mundial se debe a su apabullante realización técnica. La clave radica en que gracias a su colosal puesta en escena, el juego de Crytek pasa de ser una gran experiencia audiovisual -como lo pueden ser Bioshock, Call of Duty 4 o Unreal Tournament III- a directamente, en determinados momentos, verdaderamente fotorealista. Y no exageramos un ápice.
Y así, por obra y gracia del CryENGINE 2.0, el motor gráfico que lo sustenta, Crysis en detalle máximo, está uno o dos escalones –y quizás nos quedemos cortos- de absolutamente todo lo visto hasta la fecha, sea en consola o en PC. Tanto… que no existe a día de hoy hardware que lo pueda correr con todos los detalles a tope en altas resoluciones y con una tasa de imágenes por segundo realmente fluida (60 imágenes por segundo) cuando la pantalla se llena de explosiones, disparos y enemigos por todos lados. De hecho, las pruebas que hemos hecho con un AMD Dual Core 4200+ subido de vueltas a 2.750 MHz, una Nvidia Geforce 8800GTX y 2 GB de RAM no daban más de 35-40 imágenes por segundo (comúnmente puesto como frames por segundo o fps), antialias desactivado, resolución 720p y con bajones considerables a 20-15 fps en las escenas de acción con todo en Muy Alto. Pruebas en Windows Vista con un equipo aún superior bajo DirectX10 (AMD X2 4600+, misma tarjeta gráfica y la friolera de 4 GB de RAM) no daban resultados mucho mejores. En detalle Alto la cosa iba bastante mejor y se conseguían tasas de 45-50 imágenes llegando a 25-30 con todo lleno de enemigos.
Ojo, eso no quiere decir que el juego no esté nada optimizado sino que sencillamente, como ya dijeron los propios responsables, Crysis es un juego adelantado a su tiempo, algo que nos hace vislumbrar por dónde irán los tiros en los próximos años en materia visual y hasta la próxima generación de tarjetas gráficas no podremos jugarlo en todo su esplendor de forma fluida de verdad.
A pesar de lo dicho, la compañía alemana ha prometido mejorar algo el rendimiento con un inminente parche que saldrá en las próximas semanas. Eso y nuevos controladores de video quizás puedan ayudar algo…
Un verdadero Tour de Force audiovisual
Centrándonos en el propio aspecto gráfico en sí, tendremos para explorar una bella y paradisíaca isla tropical sometida al paso del tiempo en donde todo lo que desfila delante de nuestros atónitos ojos es brutalmente real: altísimas palmeras mecidas por el viento, playas exuberantes de radiante arena blanca bañadas por el oleaje continuo de las mareas y repletas de diversa fauna (cangrejos, aves de litoral, anfibios, insectos…), infinita vegetación de todo tipo y por todas partes que se deforman a nuestro paso o enormes acantilados rocosos cortados por riachuelos que acaban en refrescantes cataratas. Pero más allá de texturas soberbias o geometría descomunal, lo que acaba de dar ese toque final tan realista es la iluminación. Ésta lo cambia todo, hasta tal punto que es la diferencia clave entre detalle Alto y Muy Alto –cortesía de las nuevas librerías gráficas de Microsoft-. Conforme avancemos el escenario cambiará radicalmente con escalofriantes parajes helados o la propia nave alien que parecen sacados directamente de algunas de las mejores películas de ciencia-ficción más inquietantes y misteriosas.
El modelado y la animación de los personajes principales tampoco se queda atrás en cuanto a calidad, estando sin duda ante el siguiente nivel de expresiones faciales que ya inauguró Valve con su Half-Life 2 y la mítica introducción inicial de G-man. Resulta estremecedor ver el grado de detalle alcanzado en cada personaje de nuestro escuadrón así como otros secundarios como la doctora Rosenthal o el General Kyong. Incluso superior a lo mostrado en el Unreal Engine 3.0. Los alienígenas son una extraña mezcla entre los calamares tentaculares vistos en Matrix y los transparentes con estructuras lumínicas internas de la película Abyss
En conjunto, ese despliegue visual sin precedentes se consigue gracias a las últimas tecnologías gráficas de postprocesado existentes en la industria del videjuego. Y sí, Crysis atesora todas y alguna de cosecha propia: iluminación en tiempo real, sombreado dinámico, parallax y normal mapping, HDR, subsurface scattering, profundidad de campo y motion blur o shaders avanzados… entre otras muchas.
Eso sí, tampoco nos engañemos. Crysis no es ni remotamente igual en detalle Medio-Bajo que en Alto y sobre todo Muy Alto. Eso no quiere decir que no se pueda disfrutar en ordenadores que rocen el año, año y medio de gama media-alta pero evidentemente la capacidad de inmersión, el espectáculo gráfico y capacidad de sorpresa que ofrece el juego pierde bastante fuelle.
¿Defectos? Existen. Obviamente no es un juego perfecto. El modelado de los enemigos no alcanza el nivel de los protagonistas, ni tampoco es demasiado variado. Determinadas texturas más escondidas del escenario son muy sencillas o muchas de las principales vistas de cerca pierden bastante calidad, y hay algo de generación brusca de vegetación -infinitamente menos que en los bosques de Oblivion-… por decir algo, por sacarle punta al despliegue gráfico más impactante de los últimos tiempos.
La fidelidad del audio también alcanza un grandísimo nivel. A pesar de no hacer uso de aceleración por hardware específica, Crysis presenta un apartado sonoro sobresaliente. Cada disparo, pisada, crujido, explosión, etc. están representados de forma fiel. El doblaje al castellano es, sin duda alguna, el mejor que hemos oído en un juego de PC en muchísimos años. El talento de conocidas voces del mundo del doblaje en nuestro país es, sencillamente, un lujo. Seguro que muchos lectores conocen el nombre de Inon Zur. Es un prestigioso compositor que ha trabajado principalmente en series de televisión y en sagas de videojuegos tan famosas como Prince of Persia, Fallout o Warhammer. Su marcado estilo épico encaja perfectamente con la puesta en escena claramente cinematográfica de Crysis. Su uso de la percusión y los coros es exquisito y ayudan a ensalzar los momentos de mayor intensidad de la acción. Si bien es cierto se abusa un poco del tema principal, no nos cansamos de oírlo y es, a fin de cuentas, la marca de identidad musical del juego.
El Ying y el Yang
Jugablemente hablando, la principal cualidad de la que hace gala Crysis es la interesante dualidad que plantea. O dicho de modo más sencillo, son realmente dos juegos en uno; con una primera parte de exploración y libertad total de movimientos donde prima la acción táctica y la planificación estratégica con la que abordar cada campamento, base o asentamiento enemigo, y una segunda parte claramente diferenciada con la entrada en escena de los aliens bastante mas lineal, de acción directa y trepidante al más puro estilo arcade shooter. Esto no quiere decir que en los primeros compases del juego no podamos entrar muchas veces arrasando todo lo que se mueva –los poderes de nuestro traje nos lo permiten si queremos, una vez que lo dominemos a la perfección-, pero la infiltración, despiste y engaño (como incendiar una gasolinera o atraer a los enemigos a una caseta para salir por detrás camuflado) es muchísimo más divertido y supone un mayor reto.
Todo esto se traduce en unas 12-14 horas de juego reales jugando bastante rápido… que pueden convertirse en unas 20 si nos lo tomamos con más calma y exploramos/disfrutamos de toda la exuberante isla que tenemos por delante. Longitud que se agradece bastante viendo las 8-10 horas como máximo de la mayoría de juegos de acción actuales. Los tres niveles de dificultad –recomendable empezar en Normal como mínimo- y la novedad de poder guardar partida en cualquier momento (algo que en Far Cry no sucedía) facilitan aún más la jugabilidad y adicción amén por supuesto, de los modos multijugador o el potente editor SandBox que prolonga muchísimo más la vida del juego...
Pero sin duda alguna, destaca lo tremendamente rejugable que es. Y la pieza clave de todo se resume en una sola palabra: libertad. Es todo tan enorme, tan apabullante y a la vez tan real e impactante que podemos pasarnos horas y horas recorriendo totalmente extasiados estos idílicos pasajes, interaccionando con el entorno selvático (romper palmeras, jugar con la fauna, explorar las aguas costeras… y mil cosas más) sin tener siquiera que seguir la propia historia del juego. Eso es lo que realmente hace grande al juego de Crytek.
Conclusiones Finales
La mejor definición que podríamos dar de Crysis es que es un juego adelantado a su tiempo. Esto conlleva consecuencias positivas y negativas, claro está. Su inteligente diseño de niveles y el amplio abanico de posibilidades que brinda al jugador para resolver cada reto, hacen de él uno de los juegos con mayor propensión a ser jugado una y otra vez en su modo Campaña. Además, la enorme longitud de la isla la hace inabarcable en las primeras partidas. La inclusión de un editor de niveles es un gran acierto para que la comunidad pueda crear y modificar el juego a su antojo, creando obras derivadas de gran calidad y lo mejor de todo, totalmente gratuitas.
El apartado técnico, con gráficos a años luz de los estándares actuales (en detalle Muy Alto, claro), sonido y música de cine -resaltando el excelente doblaje a nuestro idioma-, y un sistema de física e interactividad con el entorno sacado de otro mundo, es lo más exquisito que hemos podido disfrutar durante todo este año. Y es que si hay un concepto para definir lo que Crysis aporta al mundo de los videojuegos, y particularmente al de los arcades en primera persona, es experiencia inmersiva e interactiva con calidad cinematográfica (algunos pasajes pueden pasar por fotos) haciéndolo claramente superior a lo que el séptimo arte puede aportar por sí solo.
Pero no es un juego perfecto. Lógicamente la perfección es más una quimera que otra cosa: Necesita de un PC muy potente para poder ser disfrutado a un alto nivel -en todo su esplendor y con altas resoluciones no existe hardware a nivel actual que pueda con él de forma estable y totalmente fluida-, la inteligencia artificial tiene algunos pequeños fallos que creemos podrían ser corregidos, el nuevo modo multijugador es un gran paso hacia adelante en ese campo pero tan sólo dos modalidades en dicho terreno se nos siguen antojando escasas. Y quizás el nivel dentro de la nave alienígena, aunque bello por concepto y gráficos, se puede hacer pesado con facilidad.
A pesar de estos defectos, Crysis va a marcar inevitablemente un antes y un después dentro del género además de constituir un verdadero punto de inflexión en el aspecto técnico siendo el espejo en el que se tendrán que mirar los próximos grandes lanzamientos venideros. Porque no podemos dejar de recalcar que estamos ante algo muy grande. Parafraseando el lema de la propia Crytek… ¡Crysis es Maximum Game!Últimos análisis de PC
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