Las monumentales pirámides de Egipto en Guiza y alrededores siguen siendo a día de hoy unas de las estructuras de la antigüedad construidas por la mano del hombre más estudiadas y, aún así, rodeadas de misterios, de las que se tiene constancia. Los estudios acerca de las ubicaciones de estas enormes criptas reales, construidas para los faraones con bloques de piedra a lo largo de la meseta del desierto occidental del país africano, han traído de cabeza a numerosos investigadores desde hace siglos.
Como sabemos, probablemente los egipcios decidieron construir las pirámides cerca de las vías fluviales del gran río Nilo para facilitar el transporte de materiales, pero hasta la fecha no se han dado explicaciones suficientemente convincentes de por qué hay tanta concentración de pirámides en esta localidad. Ahora, un nuevo estudio parece arrojar luz sobre este asunto, tras descubrirse un brazo fluvial que se creía extinto.
Investigadores descubren el desaparecido Brazo de las Pirámides en el Nilo, clave para la construcción de estas estructuras
Un grupo de investigadores de diversos países ha revelado por medio de un nuevo estudio publicado en Nature el descubrimiento de lo que han llamado el Brazo de las Pirámides, un antiguo brazo fluvial del Nilo que atravesaba la zona de estas construcciones en el pasado y que habría sido fundamental a la hora de levantar las pirámides de Egipto.
Mahfooz Hafez, miembro del equipo de investigadores y del Instituto Nacional de Investigación en Astronomía y Geofísica de Egipto (NRIAG), explicó: "El hallazgo de este antiguo brazo, cerca del emplazamiento de las pirámides, indica que efectivamente desempeñó un papel clave en el transporte de los enormes materiales de construcción y de los obreros necesarios para su construcción".
Utilizando imágenes de radar por satélite, junto con datos geofísicos y extracción de muestras del suelo profundo, los investigadores pudieron estudiar la estructura del subsuelo y la sedimentología en el valle del Nilo cerca de las pirámides. De esta manera, se identificaron segmentos de esta importante rama extinta del Nilo que corre en las estribaciones de la meseta del desierto occidental, donde muchas de las pirámides que datan de los Reinos Antiguo y Medio tienen calzadas que conducen a la susodicha rama.
Hafez apunta: "Se habían realizado estudios para descubrir antiguos canales enterrados del Nilo, pero esta vez dirigimos nuestra atención a conocer la relación entre el río y las pirámides, y a por qué están todas distribuidas en la orilla occidental del Nilo".
Los análisis realizados por los investigadores identificaron el Brazo de las Pirámides al oeste del curso actual del Nilo, a entre 2,5 y 10 kilómetros de distancia. De acuerdo con sus datos, el brazo tenía una profundidad de entre 2 y 8 metros, junto con una anchura de 200 a 700 metros, y recorría una distancia total de aproximadamente 64 kilómetros, pasando cerca de una treintena de pirámides.
Los investigadores también descubrieron que cerca del brazo fluvial había templos que actuaban como una suerte de puertos fluviales. Al menos cinco de los que han sobrevivido hasta nuestros días estaban justo en la orilla de este brazo. Se cree, por lo tanto, que el hallazgo puede ayudar a localizar otros templos que estén enterrados y de esta manera se descubran "más yacimientos arqueológicos" o quizás "un gran hallazgo en el futuro", señala Hafez.
Según el estudio, hace unos 12.000 años, durante el Período Húmedo Africano, el desierto del Sáhara era un entorno similar al de la sabana en el que había sistemas fluviales debido al aumento general del nivel del mar. En aquellos tiempos, el Nilo poseía muchos brazos secundarios y la vida humana todavía no se concentraba en el valle. Pero hace alrededor de 5.500 años, la fase húmeda fue cesando y dio pie a que la gente se desplazase hacia zonas elevadas en los límites de la llanura aluvial del valle del Nilo.
Más tarde llegaría el Reino Antiguo de Egipto, unos 2.600 años antes de Cristo, etapa en la que comenzaron las construcciones de las primeras pirámides y el Nilo fue un elemento clave para la vida. Aunque, como hoy se puede comprobar, poco a poco el desierto fue ganando cada vez más terreno y las múltiples ramificaciones del río se perdieron hasta su curso central, incluido este Brazo de las Pirámides que ahora conocemos.