El estreno de Una película de Minecraft este viernes ha levantado una oleada de reacciones inesperadas entre la crítica especializada. Dirigida por Jared Hess —conocido por comedias como Napoleon Dynamite— y protagonizada por Jason Momoa y Jack Black, esta adaptación del popular videojuego de Mojang ha sorprendido a muchos por su tono descaradamente humorístico.
El dúho dinámico
Aunque lejos de ser unánimes, las primeras impresiones coinciden en que, si bien el argumento roza lo ridículo, la película consigue entretener más de lo esperado. Muchos críticos admiten no pertenecer al público habitual del universo Minecraft, pero reconocen que el enfoque absurdo logra arrancar carcajadas. El dúo Momoa-Black se lleva buena parte de los elogios, recordando a la química entre Jack Black y Dwayne Johnson en la revitalizada saga Jumanji.
A pesar del temor inicial por tratarse de una adaptación de videojuego —género con un historial irregular—, el filme parece evitar el desastre absoluto gracias a su apuesta por el humor desinhibido. Visualmente, la cinta cumple con lo que se espera de una traslación del videojuego a la gran pantalla.
Visualmente más que aceptable
La recreación del Overworld y la aparición de elementos clásicos del juego, como los Creepers o las aldeas pixeladas, se integran con acierto en una estética que respeta el imaginario de Minecraft. No obstante, más allá del diseño de producción, los críticos coinciden en que la narrativa es endeble y que varios personajes quedan desdibujados en medio del caos cómico.
Un guion superficial
Donde la película divide más opiniones es en su estructura y profundidad. Algunos consideran que el guion peca de superficial y que la historia, al no tomarse nunca en serio, no ofrece un arco dramático real. Para otros, esa ligereza es justamente su fortaleza: no pretende ser más que una comedia absurda para fans del juego o para quienes buscan una experiencia despreocupada en el cine. Por supuesto, también hay quienes han tildado el filme de “pérdida de tiempo” con pocos matices.
Con su llegada a los cines españoles este 4 de abril, será el público quien decida si Una película de Minecraft entra en el grupo de adaptaciones que salvan el tipo, o si termina en el mismo saco de producciones fallidas como Borderlands. Lo que está claro es que, para bien o para mal, nadie esperaba que este proyecto terminara siendo... tan minecraftianamente absurdo.