Suena a película de ciencia ficción o a capítulo de CSI, pero ha ocurrido en la realidad: el Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas (LVMPD) ha conseguido cerrar un caso de asesinato después de 32 años congelado en el tiempo, a falta de poder concluir quién es el culpable. Gracias a la secuenciación del genoma y a las comparaciones con los datos genealógicos públicos, han resuelto el crimen. Para ello han utilizado el equivalente a 15 células humanas. Pero ha sido suficiente.
La policía resuelve un crimen con una ínfima muestra de ADN
El asesinato de Stephanie Isaacson, ocurrido en el año 1989, ha sido por fin resuelto. Todo ello gracias a la compañía Othram, especializada en la secuenciación del genoma, que acudió al LVMPD ofreciéndoles resolver cualquier caso que tuvieran pendiente. La empresa, con sede en Texas, había recibido recientemente una donación anónima y habían decidido emplearlo para financiar la investigación de un caso sin resolver.
El teniente de LVMPD Ray Spencer expresó en una conferencia de prensa por qué eligieron en concreto el caso de Stephanie: "El caso de Stephanie fue elegido específicamente debido a la mínima cantidad de evidencia de ADN disponible", sostiene. "Como resultado, hemos identificado a Darren Roy Marchand, quien ha sido identificado positivamente como la persona que agredió sexualmente y asesinó a Stephanie en 1989".
Stephanie Isaacson tenía solo catorce años cuando fue agredida sexualmente, golpeada y estrangulada hasta la muerte de camino a la escuela. Si bien el asesino había dejado restos de ADN en la camisa de la niña, lo cierto es que la policía no había logrado hasta ahora parejar estos datos. Así que, después de más de tres décadas, han conseguido poner el broche final al caso por todo lo alto.
Hay que señalar que las técnicas empleadas para conseguir los resultados no son nuevas, pero lo que sí llama la atención es el material empleado: sólo contaban con 0,12 nanogramos de ADN para resolver el misterio. Tal y como indican desde IFLScience, es la cantidad más baja empleada en cualquier caso de la historia. Normalmente se emplean entre 750 a 1000 nanogramos.