El éxito de Hades ha influenciado a muchísimos videojuegos independientes: no hay más que echar un vistazo por la lista de próximos lanzamientos de Steam en cualquier momento. La narrativa ajustada a la estructura del roguelike y una acción hack and slash tan divertida como profunda lo catapultaron al Olimpo del género en 2020, y desde entonces han salido muchas obras inspiradas en la de Supergiant Games.
Pero Lysfanga: The Time Swift Warrior no es uno más. De hecho, ni siquiera es un un roguelike, sino que lo que recoge de la aventura de Zagreus es su aproximación al hack and slash: la perspectiva cenital, el armamento que varía los golpes, las magias trascendentes. Y añade a la mezcla una característica que no solo le da un toque original, sino que subvierte lo que uno se puede esperar de un juego de dar tortas.
La ópera primera del estudio parisino Sand Door Studio, editada por Quantic Dream (sí, los de Detroit: Become Human y el próximo Star Wars Eclipse), pone a los jugadores en la piel de Imë, la protectora del Nuevo Reino, Antala. Tras medio milenio de paz, las antiguas ciudades, hasta ahora atrapadas en el tiempo, se han liberado, y también las hordas de demonios ocultas en ellas, los Raxes.
Una guerrera transformada en legión
Así, la Lysfanga, agraciada con los poderes temporales otorgados por la diosa del tiempo, tendrá que recorrer esas ciudades antiguas y aplastar a sus monstruos, mientras aumenta su arsenal y aprende hechizos, para evitar que Antala caiga en la ruina. No podrá hacerlo sola, pero tampoco hay nadie más capaz que ella. ¿La solución? Aprovechar sus poderes del tiempo para multiplicarse y transformarse en una legión.
Esta duplicación o copia se desarrolla en las partidas de una manera que hemos visto en otros juegos (recientemente en algunos momentos de Prince of Persia: The Lost Crown), pero rara vez de manera tan bien pensada, de modo que afecta a cada parte del diseño de juego. Así, mientras exploramos esas ciudades inhóspitas, nos encontramos con varias arenas de combate. No son solo un lugar donde desatar combos: también son puzles.
Aunque hay demonios que podemos ejecutar tan solo aporreando el botón, otros requieren que se les ataque a la vez por delante y por la espalda, hay parejas de enemigos que solo se pueden eliminar dando matarile simultáneamente a ambos... Ahí es donde entra el poder del tiempo. Comienza el nivel, hacemos varias acciones con Imë, y retrocedemos el tiempo, de manera que podemos realizar otras acciones diferentes mientras vemos a la Imë del pasado realizar las suyas.
Esta premisa se va haciendo más y más compleja, introduciendo más copias, enemigos de nuevas variedades y transformando los escenarios en puzles, por ejemplo con puertas que se activan y desactivan cuando Imë (cualquiera de ellas, la que manejamos en ese momento o alguna de las copias anteriores) pasa por ahí.
Es una idea original para un hack and slash que además es satisfactorio a los mandos y variado en armamento y magias. Una mezcla de acción y estrategia que, además, tiene recorrido para los más habilidosos, pues cada arena tiene retos adicionales (habitualmente completarlas en un tiempo concreto o usando menos copias) y varios niveles de dificultad.
Se estrena el 13 de febrero en Steam y Epic Games Store
En Vandal ya estamos trabajando en el análisis de este Lysfanga: The Time Swift Warrior que tanto llamó nuestra atención desde que lo jugamos en Summer Game Fest 2023, y que se estrena en PC (a través de Steam y Epic Games Store) el 13 de febrero.
