Final Fantasy es una de las sagas más relevantes de la historia de los videojuegos. Es indiscutible. Incluso ha habido juegos que aprovecharon su nombre para facilitar sus ventas. Sin embargo, hay una cosa clara y es que muchas entregas están salpicadas de escándalos, ya sea en la forma de crítica social... o de los propios fans.
Toca repasar las mayores polémicas en torno a varias de las entregas de Final Fantasy y el impacto en esa entrega en forma de unidades vendidas.
Final Fantasy VII: la batalla cartuchos vs CD-ROM
Aunque ahora parece una tontería, empezamos con una de las polémicas más famosas, en este caso una disputa empresarial. Una que se tradujo en la ruptura de una relación entre empresas de seis entregas y dio lugar a la llegada de Final Fantasy a PlayStation. En esencia, el motivo de este cambio fue que la idea de FFVII no cabía en cartuchos (el formato para Nintendo 64) pero los CD-ROM de PlayStation eran perfectos para las FMV y los contenidos que tenían previstos.
Viéndolo en perspectiva hoy día nos parece de lo más normal que una saga empiece en una plataforma o varias y luego se convierta en exclusiva, pero en ese momento fue toda una sorpresa. La consola de Nintendo era gráficamente más potente y Squaresoft se la jugaba... con algo que salió bien. 14 millones de unidades vendidas hasta marzo de 2022 según datos oficiales, entre el estreno original y relanzamientos, sin contar el remake, lo atestiguan.
Final Fantasy X-2: ¿qué demonios es esto?
En este caso y sin ninguna duda la controversia viene de los fans. No podemos decir que no tuvieran motivos para hacerlo, la verdad. Después de un Final Fantasy X con un tono sombrío, en el que casi todos los personajes se caracterizan por un estoico fatalismo, nos encontramos con un espectáculo colorido y que parece un fanfic de Sailor Moon. Para colmo de males, Yuna se convierte en un personaje insoportable.
Eh, a mí no me miréis, un servidor lo disfrutó en su momento, porque cuenta con una jugabilidad que gira en torno al sistema de trabajos y recuerda mucho a Final Fantasy V. Con 5,4 millones de unidades vendidas en un juego exclusivo de PS2, está claro que la polémica no impidió que la gente disfrutara y lo hiciera rentable.
Final Fantasy XII: demasiados cambios... quizás
Una cosa que caracteriza a la saga es que cada entrega se diferencia de la anterior en su sistema de combate. Girando en torno al sistema de turnos hasta ese momento (sin contar algún spin-off que no contará con remakes y Final Fantasy XI), Final Fantasy XII decidió hacer más estratégicos los combates de la saga principal... algo que no caló entre los jugadores.
Es cierto que el sistema de gambitos, que podía usarse para automatizar los combates programando reacciones concretas a situaciones predefinidas (que un personaje tenga una determinada cantidad de vida, sufrir estados alterados, que un personaje no esté bajo efecto de buffs...), pero suponía un cambio tan grande como el de pasarse a la acción de Final Fantasy XVI. Pero FFXII tenía más problemas que dieron lugar a críticas.
El hecho de cambiar radicalmente a las invocaciones, convertidas en esta entrega en barcos voladores y siendo las invocaciones "versiones de marca blanca" de las clásicas no gustó demasiado. Los problemas de guión (el director del juego niega que hubiera un cambio de última hora en cuanto al protagonista, pero no son pocos los que ven que, si eliminas a Vaan y Penelo de la historia, no pasa nada) y que incluyen un villano final con poco desarrollo y cuya conclusión parece muy a medias, tampoco pasaron inadvertidos. ¿Afectó a las ventas? No. Se colocaron más de 6 millones de unidades en PS2 en el lanzamiento original, y más de 4 millones del remaster puesto a la venta hace un par de años.
Final Fantasy XIII: el supuesto pasillero
Con Final Fantasy XIII la saga daba el salto a la nueva generación. El espectáculo visual que se prometía se alcanzó, el nuevo sistema de combate híbrido funcionaba de maravilla y los personajes eran interesantes. No obstante... si algo causó estragos fue la crítica de pasillero que recibió el juego. Crítica que hizo mucho ruido, pero no era del todo cierta.
En términos generales, casi todos los FF te llevan por un "pasillo" durante los primeros compases del juego para después soltarte con más libertad. El problema, posiblemente, fue que en FFXIII tardan mucho en darte libertad y la zona que exploras no es para tanto. Para ser justos, al querer plantear un mundo más realista, había que hacer ajustes que, irónicamente, obligaron a no dar tanto margen de exploración. De nuevo, ventas no afectadas: entre el estreno original en 2009 hasta la llegada a Steam en 2014, se vendieron más de 9 millones de unidades.
Después llegaron Final Fantasy XII-2 y Lightning Returns que tuvieron cada uno sus cosillas, claro. Pero al final, entre las tres entregas vendieron más de 20 millones de juegos, que no es moco de pavo.
Final Fantasy XIV: tan malo que hubo que destruir el mundo
De largo, lo peor que te puede pasar es que la gente decida que no hay casi nada que salvar de tu juego. Esto es lo que sucedió con el lanzamiento original de Final Fantasy XIV. No sabemos en qué centrarnos exactamente para resumirlo, pero el resultado fue que Square destruyó el mundo entero y lo hizo renacer como Final Fantasy XVI: A Realm Reborn.
Éste es, de largo, el mejor ejemplo de desastre bien gestionado. Tras los cambios, FFXIV comenzó un camino que sigue en constante actualización y goza del privilegio de ser el juego más vendido de la saga (sin contar con la suma de recopilaciones de versiones originales + remakes como FFVII y FFVII Remake y demás) con 24 millones de unidades vendidas.
Final Fantasy XV: un juego mutilado
Aunque hoy día ha mejorado mucho, el lanzamiento de Final Fantasy XV fue un espectáculo de críticas. De entrada los combates eran simples machacabotones: el protagonista era tan fuerte que no había que hacer apenas esfuerzo para ganar. Después, el grupo era una boy band que de manera superficial no gustaba (aunque después mostraban una gran relación entre sí, eje central de la entrega). Para colmo de males, había cosas muy mal contadas y el villano parecía demasiado plano.
La realidad es que el desastre fue tal que se lanzaron actualizaciones gratuitas que incluían varias secuencias cinemáticas nuevas que cubrían agujeros argumentales. Además, en una decisión tan aplaudida como criticada, hasta el malo tuvo su propio DLC en el que se profundizaba mucho en su papel en los acontecimientos y motivaciones. Hoy día podemos decir que es una más de las joyas de la saga, y ha vendido algo más de 10 millones de unidades desde su estreno.
Final Fantasy XVI: Devil May Summon
Llegamos al presente con Final Fantasy XVI. El juego ha recibido críticas por varios aspectos. El primero y más importante es que se trata de un juego de acción pura. Encadenar combos, cambiar de arma y estilo, jefes finales con barras de vida y QTE... el cambio ha sido demasiado para algunos fans, o al menos eso se traducía de la respuesta en redes sociales. Ahora, en Square Enix hasta se plantean lanzar DLC.
La realidad, de nuevo, es que las ventas acompañan al juego. Siendo como es actualmente un título exclusivo de PS5 (38 millones de consolas en los hogares según datos de abril), haber colocado por ahora algo más de 3 millones de unidades no es ninguna broma. Por cierto, el juego cuenta con algunos de los mejores momentos de acción de toda la saga y eso justifica cualquier cosa. Sí, las misiones secundarias son muy malas. Se salvará media docena, una docena si nos apuráis. Pero seamos realistas: las secundarias de la mayoría de juegos dejan mucho que desear y ofrecen una falsa variedad donde, al final, haces lo mismo siempre. Es sólo que aquí es... mucho más exagerado.
Final Fantasy VIII: el caso de José Rabadán
Terminamos con el escándalo que trasciende los videojuegos y se convierte en un terrible crimen que sacudió España. El 1 de abril del año 2000, José Rabadán mataba a su familia (su padre, su madre y su hermana). Sin entrar en grandes detalles, fue una cosa bastante sangrienta y con más planificación de la que parecía en un principio. Más adelante se afirmaría que era "adicto" a Final Fantasy VIII y que el videojuego le había trastornado. cosa que luego se demostró que no era cierto.
En uno de los casos más graves de sensacionalismo barato sobre un abyecto crimen visto hasta el momento, gran parte de la prensa se lanzó como buitres ante lo fácil que era culpar a los videojuegos. Lo cierto es que, más adelante, Manuel Marlasca y Luis Rendueles (periodistas de investigación, en ese momento en un trabajo para Interviú) descubrieron que el joven no había terminado el juego, así que es complicado creer el relato de "emula un juego" que no había ni completado. Esto no impidió una demonización general de los videojuegos que nos persigue hasta el día de hoy.
Hay seguramente decenas de casos más, de mayor o menor calado, que han ido afectando a la saga Final Fantasy. Sin embargo y como podéis ver, se sigue vendiendo bien, incluso en un mundo en el que los juegos son caros y los sistemas de suscripción se asientan como una alternativa firme a comprar juegos.
