La crisis mundial de semiconductores que está impidiendo a las compañías tecnológicas, de la automoción, de los electrodomésticos y por supuesto, de los videojuegos, cubrir la demanda desde principios de 2020 continuará, por lo menos, hasta 2024, por lo que continuará siendo complicado hacerse con una PS5, una Xbox Series X o una tarjeta gráfica de última generación durante los próximos meses. Así lo espera uno de los principales fabricantes de microprocesadores del mundo, Intel. Su director ejecutivo, Pat Gelsinger, ha explicado en una entrevista con CNBC que el problema ahora se ha extendido: falta maquinaria de fabricación de chips.
El pasado octubre el CEO de Intel, tras una caída de las acciones de la compañía, anticipó que la escasez de chips duraría hasta 2023. En la mencionada entrevista con el programa TechCheck, Gelsinger apunta que la crisis mundial puede prolongarse debido a la escasa disponibilidad de herramientas de fabricación clave, algo que según CNBC "supone un obstáculo para ampliar los niveles de capacidad necesarios para satisfacer la elevada demanda".
El CEO de Intel explica: "Esta es una de las razones por las que creemos que la escasez general de semiconductores se trasladará a 2024, en comparación con nuestras estimaciones anteriores de 2023, ya que la escasez ha afectado a los equipos y algunos de los incrementos [de producción] de las fábricas se verán más afectados".
El optimismo de AMD y el pesimismo de TSMC
Lisa Su, presidenta del principal competidor de Intel, AMD, y fabricante de los chips de PlayStation 5 y Xbox Series X/S, apuntó el pasado diciembre que este año aumentarían la producción y que 2023 será un gran año para las consolas de Sony y Microsoft, así como para sus procesadores y tarjetas gráficas. Sin embargo, adquirir una PS5 o una Xbox Series X continúa siendo una tarea complicada.
Menos optimista es TSMC, la empresa taiwanesa que fabrica todos esos chips: los de Intel, los de AMD, los de Apple, etcétera. La corporación asiática aseguró este marzo que el problema se extenderá hasta 2025. Los semiconductores se utilizan cada vez en más y más aparatos, de ahí que muchos países, entre ellos España, se estén planteando una estrategia nacional para combatir una situación que amenaza a la industria y a la economía mucho más allá del sector de los videojuegos.
