"Es como Dark Souls" o "es el Dark Souls de los juegos de *inserte aquí el género de turno*" son dos de las frases que más hemos escuchado y leído a lo largo de esta década, unas comparativas que dejan bien clara la gigantesca influencia e impacto que tuvo la obra maestra de Hidetaka Miyazaki en la industria, cuyos ecos siguen resonando a día de hoy. Pero, ¿qué fue lo que lo llevó a convertirse en el juego más influyente de la década?
Demon's Souls, el origen del fenómeno
Antes de centrarnos en Dark Souls nos vemos en la obligación de hablar brevemente de Demon's Souls, el auténtico origen de este fenómeno y una pieza fundamental para entender todo lo que vino después. Con el objetivo de crear una secuela espiritual de King's Field, FromSoftware se sacó de la manga en 2009 un juegazo que iba a contracorriente de las modas que plagaban la industria por aquel entonces, con títulos cada vez más fáciles y que trataban a los jugadores entre algodones, dándolo todo ya hecho para impedir que alguien se pudiese atascar o frustrar.
De hecho, esta aventura de rol y acción fue todo lo contrario: ausencia total de tutoriales, una historia que debíamos reconstruir nosotros mismos si queríamos enterarnos de algo, duras penalizaciones por morir y una dificultad que huía de cualquier cosa parecida a un "modo fácil" y en la que cualquier error supondría nuestra muerte. A todo esto tenemos que sumarle mecánicas un tanto crípticas, un gran diseño de niveles, una vertiente multijugador cooperativa y competitiva brutalmente original y adictiva, una ambientación de fantasía oscura única y con personalidad y unos jefes fantásticamente planteados que nos hicieron sudar sangre.
Como era de esperar ante un juego así, sus ventas iniciales no fueron especialmente buenas, pero su calidad era tal, aportaba tantas ideas nuevas y trataba con tanto respeto al usuario que no tardó en popularizarse gracias a los propios jugadores, quienes no paraban de hablar de él y recomendarlo, algo que incluso llegó a atravesar fronteras y animó a que muchos lo importasen, aprovechando que la edición japonesa tenía textos en inglés. Finalmente, ese mismo año acabó estrenándose en Estados Unidos y en 2010 fuimos los europeos quienes tuvimos el placer de descubrir la obra de la que tantas maravillas habíamos oído.
Dark Souls y la culminación de la fórmula
Sin embargo, el gran golpe de FromSoftware sobre la mesa no llegaría hasta 2011, año en el que se estrenó Dark Souls para PlayStation 3 y Xbox 360. Como muchos sabréis, fue la secuela espiritual de Demon's Souls y la evolución natural de su fórmula. Si bien tenían muchos puntos en común y la esencia era prácticamente la misma, el simple hecho de romper con la "linealidad" y estructura por fases de su anterior trabajo para poner ante nosotros un gigantesco mundo que explorar con todas sus zonas interconectadas fue más que suficiente para elevar el listón hasta cotas insospechadas.
Abrirse paso por Lordran, descubrir sus secretos, desbloquear atajos y sorprenderse con el artesanal diseño del que hacía gala fue una experiencia única y rompedora que se vio enaltecida por su apabullante estilo artístico y la interesantísima historia que tenía detrás. Todo esto acabó propiciando que cada jugador viviese su propia aventura, que la comunidad uniese sus fuerzas para desentrañar su argumento y resolver sus misterios más rebuscados y que, en general, se convirtiese en una experiencia inolvidable que vivimos de forma global.
Un nuevo modelo a seguir
Además, aportó multitud de novedades y detalles únicos que han sido numerosas veces replicados en juegos posteriores, como su mecánica de puntos de control (en los que podíamos descansar para recuperar toda nuestra vida y nuestras cargas curativas, provocando también que todos los enemigos que hubiésemos eliminado reaparecieran) o el funcionamiento de los pactos para darle más vidilla y sentido al multijugador. Todo esto fue el caldo de cultivo perfecto para que se convirtiese en un éxito de ventas y de crítica, demostrando a la industria que también se podía triunfar con juegos orientados a los jugadores más dedicados y tenaces, y que a muchos nos gusta que nos suelten de la mano y nos dejen abrirnos camino por nosotros mismos.
Evidentemente, ni fue el único juego difícil de la época ni el más complicado, pero sí que fue el que consiguió llegar a una gran parte de la población y conectar con ella sin necesidad de facilitar las cosas, animándonos constantemente a que lo siguiésemos intentando y no nos rindiésemos ante la adversidad, algo de lo que muchos estudios tomaron nota a posteriori.
Tampoco vamos a decir que era un juego perfecto, ya que su rendimiento dejaba mucho que desear y había ciertas zonas y jefes (ese Lecho del Caos...) cuyo diseño era, como poco, cuestionable, pero estas eran tan solo unas pocas excepciones que no ensombrecieron lo más mínimo al que podríamos considerar como uno de los mejores juegos de la historia.
El juego más influyente de la década
Tras esto, la historia es bien conocida por todos: secuelas, expansiones, memes, clones y juegos que tomaban prestadas algunas de sus mecánicas empezaron a aparecer por todas partes, inundando el mercado y creando incluso un nuevo subgénero al que muchos nos referimos como "soulslike". Como dijimos al comienzo de este artículo, no ha habido otro título esta década que haya tenido un mayor impacto en la forma de hacer y entender los videojuegos, algo que nueve años después de su lanzamiento, está más claro que nunca.
Los juegos de la década
Durante todo el mes de diciembre, cada día, vamos a hablar de unos de los juegos que creemos que han marcado la última década. Por su calidad, por su influencia, porque han sido un enorme éxito de público o porque han iniciado modas o tendencias que han definido estos diez últimos años en el mundo de los videojuegos, así hasta un total de 31 títulos que hemos seleccionado:
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