Core Keeper, el nuevo videojuego independiente del estudio Pugstorm y del editor Fireshine Games, está siendo todo un fenómeno en Steam. Tras aterrizar en exclusiva para la plataforma de Valve el pasado 8 de marzo como un acceso anticipado, el título consiguió vender en apenas una semana más de 250.000 copias, una cifra que fue duplicada poco tiempo después. Esta nueva aventura de supervivencia, que puede ser disfrutada tanto en solitario como en cooperativo para hasta ocho jugadores, cuenta con todos los elementos que los fans más acérrimos de otros títulos como Terraria, Stardew Valley e incluso Minecraft podrían esperar. La exploración de entornos inhóspitos, así como la minería, la artesanía, la pesca, la agricultura, la cocina y los combates, se dan de la mano en una aventura que, en sus primeras horas, ha logrado cautivarnos.
Como os hemos indicado al principio, Core Keeper se encuentra aún en acceso anticipado y hay ciertas características como el soporte a diferentes idiomas (por el momento solo está en perfecto inglés) o varias mecánicas que se incluirán en futuras actualizaciones, aunque la versión que hemos podido probar (v0.3.2-3425) es lo suficientemente estable como para realizar unas primeras impresiones; los jugadores pueden reportar bugs y feedback a través de una opción del menú.
Eso sí, tened en cuenta que ciertos aspectos que os comentaremos a continuación podrían cambiar de cara a futuros parches y la propia versión final, además de que hemos disfrutado de la experiencia sin haber probado el modo cooperativo. Aclarado esto, centrémonos en todo lo que nos ofrece el juego en esta versión preliminar.
Un completo editor de personajes que nos permite personalizar a nuestro héroe y escoger la dificultad
En Core Keeper nos ponemos en la piel de un joven explorador que, en una de sus travesías por tierras desconocidas, es atraído por una misteriosa reliquia brillante que le transporta a unas cavernas subterráneas en las que tendrá que aprender diferentes habilidades para asegurar su propia supervivencia. Antes de pasar a desgranar todos los elementos que componen su jugabilidad, cabe destacar que el título nos permite personalizar nuestra experiencia al máximo con dos tipos de personaje: Standard y Hardcore. Si seleccionamos la opción Standard, nuestro personaje revivirá después de morir a costa de perder ciertos recursos, mientras que el personaje tipo Hardcore ofrece una aventura mucho más exigente y que no permite errores: la muerte es permanente y nuestro personaje no puede ser revivido de ninguna manera. En este sentido, los creadores del título señalan que este fue diseñado para jugarse en el modo Standard, aunque los jugadores pueden escoger el modo Hardcore si prefieren una experiencia más difícil.
El editor de personajes nos permite, además de personalizar el tipo de cuerpo, color de la piel, peinado, color de pelo, color de ojos y ropa, elegir una clase específica: explorador, minero, luchador, cocinero, jardinero, pescador o nómada. Como os podréis imaginar, cada clase aumenta unos atributos determinados dependiendo de la tarea que esté asociada a ella a excepción de nómada, que no cuenta con ninguna habilidad especial. Una vez que iniciamos la partida y nuestro personaje es transportado a las cavernas subterráneas generadas procedimentalmente, el título nos invita a trastear con los menús de inventario y algunas mecánicas básicas que nos serán de utilidad durante la partida.
Recolecta, investiga, crea, experimenta...
Al igual que ocurre en los referentes de los que toma inspiración, Core Keeper cuenta con un completo inventario en el que podemos crear objetos a partir de los materiales que vayamos recolectando por el mundo, además de personalizar el equipamiento del personaje (armaduras, armas, anillos u objetos secundarios) y gestionar ciertos objetos clave. Por si fuera poco, también contamos con un completo árbol de talentos que nos permite canjear los puntos de mejora que obtengamos realizando ciertas actividades, ya sea picar, luchar, pescar, o caminar, entre otras, para mejorar nuestro desempeño en varias tareas. La navegación por los menús del inventario es muy cómoda e intuitiva tanto para los jugadores que vienen de títulos similares, como para aquellos que quieran experimentar por primera vez un juego de este género.
Nada más comenzar nuestra aventura, lo más recomendable es conseguir la mayor cantidad de materiales posible para crear un banco de trabajo, indispensable para craftear herramientas que permitirán desenvolvernos mejor en los enfrentamientos contra los enemigos que nos vayamos encontrando, crear nuestro propio refugio, sembrar un huerto, fabricar puentes para crear atajos y sortear áreas peligrosas… En este sentido, el juego ofrece una gran cantidad de recursos por recolectar (madera, semillas, hortalizas, agua, trozos de pared y un largo etcétera) y, para que no nos sintamos abrumados por no saber qué elementos específicos necesitamos recoger para crear cierta cosa, en el menú de Crafting se nos indican los materiales requeridos para fabricar cierto objeto en concreto. Por otro lado, la mesa de trabajo inicial (posteriormente podemos construir una con más opciones) nos permite crear cofres para guardar ítems, forjas para fortalecer las armas y herramientas, calderos para cocinar o mesas adicionales para reparar el equipo dañado.
La exploración, el punto más fuerte de Core Keeper
La supervivencia es un factor clave en Core Keeper, y es que si queremos que nuestras expediciones sean un éxito, tenemos que ir bien provistos de suministros, como comida para alimentarnos con tal de restaurar nuestra salud y no morir de hambre. Ya que estamos con la comida, queremos destacar un par de puntos que nos han parecido de lo más interesantes. Cada receta proporciona un aumento temporal de ciertas características relacionadas con la velocidad y la fuerza de ataque del personaje, además de que el juego nos invita a experimentar con todo tipo de mezclas de ingredientes para crear nuevas recetas que pueden proporcionarnos (o no) ventajas durante el combate o la exploración. Por supuesto, es indispensable hacer un huerto cuanto antes para cultivar semillas y que nunca vayamos justos de provisiones.
Si nos centramos en la exploración, uno de los puntos clave de Core Keeper y probablemente lo más destacable de su propuesta, nos ha sorprendido la libertad con la que contamos desde el principio a la hora de investigar en profundidad las cavernas. Lo más satisfactorio de este punto es el hecho de que nosotros, como exploradores, vamos abriéndonos paso en un mundo hostil e inexplorado en el que nos aguardan peligros, sorpresas y jugosas recompensas tras cada esquina. De hecho, el juego incentiva a que nos dirijamos a ciertos lugares en concreto gracias al brillo de minerales y materiales especiales en la lejanía, algo que por otro lado también ayuda a orientarnos en caso de que vayamos algo perdidos. Cada viaje que realizamos fuera de la base conlleva ciertos riesgos, principalmente por el desgaste de las armas por su uso prolongado o la posible pérdida de los recursos, aunque la experiencia de volver al hogar habiendo descubierto todo tipo de novedades es muy gratificante. En resumidas cuentas, la obra realiza un excelente trabajo a la hora de incentivar y recompensar la curiosidad de los que van más allá de lo que se ve a simple vista, ya sea con materiales raros, nuevos tipos de enemigos o zonas nuevas.
Core Keeper cuenta con una sencilla estética pixel art que a día de hoy no resultará sorprendente para la mayoría de jugadores, aunque a su favor tenemos que decir que el rendimiento es impecable y que, durante el transcurso de nuestras partidas, no nos hemos topado con bugs de ninguna clase. Adicionalmente, la banda sonora es otro de sus puntos fuertes: el tema principal que podemos escuchar durante la pantalla de inicio, así como las sutiles melodías que acompañan nuestros viajes lejos del refugio, son una buena muestra de ello. Sin embargo, a pesar de que las composiciones rayan a un muy buen nivel, el título las intercala con algunos breves momentos de silencio que nos permiten prestar algo más de atención a los sonidos del entorno.
El sistema de combate, una asignatura pendiente
Si bien todo lo relacionado con la exploración, el sistema de creación y el apartado visual y sonoro nos ha sorprendido teniendo en cuenta que nos encontramos ante una versión aún en desarrollo, el combate nos ha parecido el punto más flojo de la experiencia en su conjunto. Pese a que los enfrentamientos no están del todo mal resueltos y contamos con armas a melee y a distancia, por norma general los combates no suelen ir más allá de golpear a nuestro enemigo, retroceder unos cuantos pasos para esquivar su único patrón de ataque, y volver a golpearlo hasta derrotarlo. Además, no son pocas las ocasiones en las que nos vemos en apuros debido a la gran cantidad de enemigos que podemos llegar a encontrar en una misma estancia, algo que puede derivar en algunas situaciones injustas y que generan un sentimiento de impotencia por no poder hacer frente a todos ellos con las posibilidades que nos ofrece el juego. Vamos, que en ciertas situaciones es más recomendable evitar los enfrentamientos directos para no arriesgarnos a perder los objetos conseguidos.
Respecto a esto último, cabe destacar que, cuando morimos en el modo Standard, tras revivir encontramos en el mismo sitio de nuestra muerte una lápida que podemos recoger y usar como elemento decorativo. Al morir, todos los recursos que hayamos recogido durante nuestra expedición se perderán por completo y la única manera de recuperarlos es conseguir la lápida justo cuando revivimos. Dicho esto, os recomendamos que toméis ciertas precauciones y vayáis con cautela a la hora de explorar zonas desconocidas que pueden contener enemigos más veloces y letales, además de que no os olvidéis de almacenar frecuentemente en los cofres de ítems todo aquello que llevéis junto a vosotros en el inventario.
Mucho potencial por explotar
Tras invertir varias horas en Core Keeper, sentimos que solo hemos rascado la superficie de todo lo que puede llegar a ofrecer. La sensación de progresión es constante y muy satisfactoria, la experiencia de descubrir nuevos lugares es extremadamente gratificante y su jugabilidad, aunque consiste en realizar una serie de tareas que se podrían considerar repetitivas, es francamente adictiva. Esperemos que las futuras actualizaciones, que incluirán desde más opciones para la creación, hasta nuevas mecánicas de juego, entornos, enemigos y elementos de historia adicionales, ayuden a enriquecer la experiencia y a exprimir el potencial de una propuesta que podría convertirse sin demasiados problemas en uno de los títulos independientes más populares del panorama actual.
Hemos escrito estas impresiones con un código que nos ha proporcionado Fireshine Games.