Análisis Core Keeper, un cóctel survival ¿'perfecto'? que mezcla Terraria, Minecraft y Stardew Valley (PC, PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One, Switch)

Mientras que el género sandbox survival tiene ya múltiples exponentes en tres dimensiones, copando distintas necesidades, en 2D ha habido un reinado casi exclusivo por parte de Terraria. Sí, existe Starbound y Don't Starve Together, pero parece que los gráficos pixelados se han reservado para farming sims y juegos más calmados como Stardew Valley, mientras que la potencia técnica se ha reservado para ofrecer alternativas más adultas en temática, o más centradas en el combate.

Es por esto que la llegada de Core Keeper es a la vez nada sorprendente y un soplo de aire fresco. Este título, que lleva más de 6 años en desarrollo y unos cuantos en Early Access, viene precisamente a ofrecer ese punto intermedio, un cruce de sensibilidades entre aquellos más orientados al combate, que disfrutan con la progresión de Terraria, junto con elementos de gestión y personalización traídos de Stardew Valley. Realmente este juego de Pugchamps es exactamente lo que parece. Difícilmente podemos decir que innove en ningún aspecto. Y, sin embargo, sigue siendo imprescindible para los amantes de cualquiera de los títulos anteriores.

De jefe a jefe y tiro porque me toca

Se nos da muy poco contexto de por qué este juego tiene lugar íntegramente en una mina, pero detrás de este concepto estético se esconde una decisión muy práctica. Core Keeper, en esencia, quiere ofrecer una versión comprimida, intensiva, de lo que uno espera de la experiencia survival. Como jugador, te encuentras en un mundo en el que a pocos metros de tu punto de inicio ya puedes construirte una base, enfrentarte a tus primeros enemigos, y recoger recursos para comenzar tu progresión por los distintos sistemas del juego. Aquí hay muy poca paja, pocos momentos en los que no sientas que estás avanzando. Esto es lo que parece, al menos, durante las primeras horas. Luego, la cosa cambia.
Siguiendo con los sistemas básicos, el "crafteo" y la progresión de tu personaje sigue pautas bastante predecibles: empiezas con una clase, que mejora tus estadísticas en un sentido u otro a nivel pasivo, pero la carnaza está en ir desbloqueando materiales, objetos y fábricas cada vez más potentes. De cobre a estaño, de estaño a hierro...

nada nuevo bajo el sol. Sorprende, eso sí, lo rápido que se accede a un nivel decente, y lo que más adelante cuesta seguir avanzando desde ahí. Esto significa que las primeras 4 o 5 horas se pasan volando, pero después el juego te para de bruces y cuesta bastante más seguir mejorando tu personaje y tu entorno.

El combate, sobre el que se centra bastante de esta progresión, no logra brillar demasiado, pero resulta entretenido y tiene sus matices. En lo básico, se echa de menos el "knockback" que ofrece el combate de Stardew, que añadiría aquí un componente dinámico e impredecible. Esto no quiere decir que los enemigos no tengan un comportamiento variado. Siempre te piden que mezcles agilidad con un buen timing. Ahora; si eliges armas a distancia, ya sea mágicas o no, por lo general te harán la vida más fácil. De hecho, en no pocas ocasiones parece que es un juego casi optimizado para el combate a distancia. Sobre todo contra los jefes.

Terraria tiene la ventaja de más de una década de desarrollo, y en Core Keeper han intentado ofrecer una alternativa que parezca fresca. Ya solo la perspectiva cenital cambia totalmente la dinámica. Los tres primeros jefes, que se encuentran relativamente cerca del punto central en el que apareces, sirven para establecer la dinámica que seguirás durante el resto de la partida. Una vez derrotados, dejarán caer una gema que te permitirá desbloquear tanto objetos más poderosos como formas de localizar al resto de jefes. Una vez tienes las tres gemas, una por jefe, se "desbloquea" la zona principal del juego, con muchos más biomas, objetos y posibilidades por descubrir. En total, en Core Keeper hay 11 jefes obligatorios para completarlo y unos cuantos más opcionales. Para aquellos que, de nuevo, han agotado las posibilidades de Terraria, Core Keeper sabe captar muy bien su esencia en estos encuentros para ofrecerte batallas dinámicas. Bien es cierto que a nivel de habilidad hay algunas que no están a la altura de otras, más épicas, y algunas pueden ser "explotadas" con trucos para hacerlas más asequibles de lo que deberían ser. Pero, por lo general, son la columna vertebral de la progresión.

Una vida en el inframundo

Aunque no solo tienes que mejorar tu equipo. Tu personaje, como decíamos, cuenta con stats más propias de un RPG, pasivas, y que conforme vayas utilizando los distintos sistemas puedes mejorar para obtener bonuses específicos. Ninguno de ellos parece marcar una diferencia fundamental en cómo juegas a Core Keeper. Son lo que son, formas de forzarte a escalar a tu personaje. Tampoco hay objetos, ni recompensas de los jefes finales, que alteren fundamentalmente la jugabilidad. En este sentido, Core Keeper necesita avanzar en direcciones más atrevidas a posteriori de este lanzamiento 1.0. Tiene mucho potencial y un público sediento de propuestas en esta línea, sobre todo una vez terminada la parte principal del juego.

¿Qué decir del resto de sistemas? La realidad es que existe un montón de contenido para entretenernos. Plantar cultivos y cocinarlos es tan sencillo como mezclar dos ingredientes y ver qué pasa. Es intuitivo, y hay componentes mágicos que permiten potenciar pasivos de ataque y defensa que se vuelven fundamentales a la hora de explorar. Lo mismo ocurre con la parte de minería e ir descubriendo biomas. Al principio, la dinámica de pico y pala hace que parezca una labor titánica desbloquear el resto del mapa; una vez obtienes objetos que mezclan ataque y minería, como el martillo, se vuelve muy gratificante encontrar hasta el último bloque disponible en la partida.

Core Keeper, durante su periodo Early Access, tenía un mapa infinito. Ahora se ha reducido de manera notable, volviéndose mucho más denso. De nuevo aparece esta sensación de una experiencia de survival clásica destilada, mucho más directa, y pensada para no hacerte perder más tiempo del necesario. Y esto es, definitivamente, una gran oportunidad para ir en esa línea. Con lo cual, visto lo anterior, surgen sensaciones contradictorias. Hay momentos de progresión algo pesados, lentos, y otros tremendamente disfrutables, que despiertan tu curiosidad por ver hasta dónde agotar las posibilidades del juego.

Obviamente, además de cultivos también puedes criar animales para obtener preciados recursos. Si estás familiarizado con Minecraft o Terraria, de nuevo, su funcionamiento es muy intuitivo: alimenta al animal, tenlo feliz y llévatelo a tu base para construirle un terreno a su medida. También, y esto parece sacado de Stardew Valley, puedes incubar huevos para tener babas y acompañantes que te ayuden en combate. Junto a esto, tienes libros de invocaciones que pueden, en algunos casos, hacer de una pelea un reto mucho más asequible.

Otros sistemas, como el de pesca, están prácticamente huérfanos y a la espera de un parche que les de vida. Durante el periodo de Early Access, la comunidad protestó por su minijuego y ahora se ha convertido en un sistema totalmente pasivo. Otros sistemas, como el de la automatización y el transporte, aparecen bastante pronto y te ayudan a recoger materiales y desplazarte por el mapa de forma mucho más ágil. Los carros de minas, en concreto, son una excelente forma de ir a una punta a otra del mapa, o mejor dicho, entre puntos de teletransporte. Porque afortunadamente, hay varios de ellos a lo largo del mundo que ayudan a desplazarte perdiendo el mínimo tiempo posible. Mezclado con estas opciones de automatización, como decíamos, tenemos formas de crear recursos prácticamente ilimitados, y una vez derrotemos a los jefes principales, nos centremos en construir nuestra base perfecta.

Este quizás sea el mayor "pero" de Core Keeper: la falta de variedad una vez te acercas a sus compases finales. Sumado a algunos momentos repetitivos hasta que descubres esos elementos clave para mejorar tu personaje o enfrentarte a ese jefe difícil, una vez todo se acaba, uno no tiene esa sensación, que sí dan el resto de referentes, de poder quedarte a vivir en este mundo de forma infinita. Pero esta pega es algo bastante subjetivo; por mucho que lleve tantos años en desarrollo y en Early Access, es difícil convencer a todo el mundo y hacer malabarismos con tantas facetas del juego para que todas resulten satisfactorias. Al final, disfrutas de él porque tiene tanto contenido y formas de jugarlo, como todo buen survival, que aprendes a aceptar sus problemas a la espera de que Pugchamps saque el siguiente parche.

Quizás a nivel estético esta mirada amable sufra un poco; por muchos biomas diferentes que quiera ofrecer, todo el juego ocurre por debajo de la tierra, con lo cual se echa en falta esa fascinación que puede generar una paleta de colores algo más viva gracias a la luz solar, y que siempre genera ganas por construir una ciudad propia que parezca casi un cuadro. Aún así, este título utiliza sus limitaciones autoimpuestas a su favor. La iluminación y el reflejo del agua, elementos omnipresentes, están muy bien logrados. Hay algo de su mitología y su "lore" que lo hacen interesante, aunque no hay nada especialmente explícito alrededor del mismo, como suele ser la norma. Definitivamente, se diferencia de sus contemporáneos.

Lo que sí es cierto es que Core Keeper es de esos juegos que se disfrutan mucho acompañados. Es una pena que el multijugador sea, hasta el momento, 100% online; juegos como Stardew Valley han demostrado ser una experiencia cooperativa local prácticamente perfecta para jugar en pareja o con amigos, y realmente Core Keeper cobraría mucha vida si optase por esta vía.

Conclusiones

Core Keeper es un cóctel perfecto de referencias que han funcionado y con comunidades fieles, deseosas de experiencias similares. Es casi como un survival versión expresso. Eso sí, sin negar la cantidad de contenido y sistemas por utilizar, que demuestran la cantidad de tiempo dedicados al desarrollo. Quizás se echa en falta una forma de mantener el interés una vez derrotas a los jefes principales del juego. Definitivamente se beneficia de ser jugado en compañía, y seguramente mejorará con el tiempo con parches y mods. Si te gustan los survivals, difícilmente saldrás descontento.

*Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por 71 Consulting.