Análisis de The Flame in the Flood (Xbox One, PC)

Si hay un >género que parece haber calado fuerte en los últimos años en el mundo de los videojuegos, ese es el relativo a la supervivencia. Lo que en principio parecía una moda pasajera, auspiciada por los dos o tres juegos de turno y el apoyo continuo de varios youtubers de incuestionable fama, se ha acabado convirtiendo en toda una tendencia que desparrama sus tentáculos a los más variados fueros y tipos de videojuego, brindándonos algunas experiencias únicas y muy celebradas, como el famoso ARK: Survival Evolved o Rust.
The Flame in The Flood nació como proyecto de micromecenazgo en la red de Kickstarter, siendo auspiciado por miles de usuarios y mecenas anónimos, y pasando a formar parte de uno de los innumerables videojuegos acunados dentro del programa de acceso anticipado en Steam. El título, en pocos meses, cosechó cierto éxito, evolucionando y cambiando con el paso del tiempo, y encandilando al mismo tiempo a ciertos jugadores de la comunidad del portal digital de Valve que no tardaron en tildarlo de "especial".
Ahora nos llega su versión definitiva, en Xbox One y PC, ofreciéndonos una de las aventuras de supervivencia más entretenidas y desafiantes de cuantas hemos visto.
That sends me down to the river…
The Flame in the Flood es una aventura en el concepto más puro y básico de la propia definición que podría englobar al género. Ambientado en un futuro indeterminado, en el que una inundación de escala bíblica parece haber arrasado gran parte de los Estados Unidos, llevándose con ella cualquier vestigio de civilización. Encarnando a una joven, cuyo único deseo es sobrevivir en la más peligrosa de las realidades, y acompañados por un aguerrido y entrañable perro, nos embarcaremos en un desafiante viaje río abajo, siempre dirección al mar.

The Molasses Flood, desarrolladores del juego, han basado toda la mecánica y la jugabilidad de este en base una premisa tan sencilla como difícil de cumplir: recorrer toda la distancia posible a través de la corriente del omnipresente río, parándonos en lugares concretos de cara a recolectar recursos y enseres para sobrevivir. De esta manera, visitaremos ciudades anegadas por el agua, pueblos olvidados podridos de herrumbre y domeñados por la vegetación, iglesias profanadas, bosques brumosos… Todo ello bajo la atenta y amenazadora mirada de cientos de anónimos depredadores que esperan que bajemos la guardia para devorarnos.
Al contrario que en otros títulos del mismo corte, The Flame in the Flood se muestra como un videojuego más sencillo y accesible que sus congéneres. Sí, estamos ante un videojuego de supervivencia, pero la recolección de objetos, su mezcla y su construcción, es más intuitiva y cómoda de lo que estamos acostumbrados. De hecho, creemos que comparte más con videojuegos que This War of Mine que con los otros títulos, sobre todo en esa constante sensación de inseguridad que transmite durante cada minuto de juego.

Ambientado en lo que podríamos definir como una suerte de mezcla indeterminada de los estados norteamericanos de Georgia, Alabama, Mississipi y Louisiana, el universo del juego que se presenta ante nosotros, es hostil, y sobre todo, traicionero. No debemos dar nunca nada por supuesto, y tenemos que permanecer atentos a cientos de variantes, que van desde el frío, el hambre o la enfermedad. Los primeros minutos de The Flame in the Flood son de una aclimatación forzosa, aunque en lugar de abrumarnos con un tutorial inocuo, lleno de textos y combinaciones obligatorias de objetos, prefiere insinuarnos ciertas mecánicas de auto-conservación.
Lo hace a través de carteles informativos, como si de un parque natural o de un otrora concurrido campamento de verano preocupado por la seguridad, mostrándonos unos pocos aunque necesarios, conceptos básicos. Nuestra protagonista debe comer, beber agua y descansar, además de controlar su temperatura corporal, protegiéndose de las inclemencias del tiempo. Sí, sabemos que se trata del abecé del género de supervivencia, pero The Molasses Flood lo reduce todo a una cuestión sustancial: si no cuidamos los niveles de cualquiera de estas necesidades básicas, moriremos.

Últimos análisis de Xbox One y PC





