Análisis de Mario Kart 8 (Wii U)
Mario Kart es una de las sagas más queridas por los aficionados de Nintendo, y la verdad, debería serlo para cualquier jugón que se precie, gracias a una jugabilidad impecable y una capacidad para divertir como pocos juegos han sido capaces de alcanzar a lo largo de los años. Algo que se ha mantenido desde la primera entrega para Super Nintendo en 1992, hasta este octavo capítulo para Wii U, un juego simplemente brillante, y que seguro se va a convertir en un buen motivo para aquellos que todavía no han dado el paso de comprarse la última consola de sobremesa de Nintendo.
Si a un jugador novato que nunca ha probado un juego de Nintendo tuviéramos que explicarle la grandeza de esta compañía, y por qué es un mito en el mundo de los videojuegos, bastaría simplemente con ponerle a jugar a Mario Kart 8 y entendería rápidamente muchas cosas. Un control tan preciso y satisfactorio que nos parece imposible mejorarlo, un diseño de los circuitos cuidado hasta el último milímetro, en el que cada curva, salto u objeto está colocado con un propósito y un fin. Todo funciona como un perfecto mecanismo de reloj, en el que ni sobra ni falta nada, y por más horas que juegues nunca ves el momento de aburrirte, porque cada carrera es una nueva e impredecible historia, siempre emocionante y divertida, en una experiencia increíblemente sólida.
Pero a este extraño jugador que nunca ha probado un juego de Nintendo, a la vez que le descubriríamos todo lo bueno de esta mítica compañía nipona, capaz de alcanzar unas cotas de diversión y jugabilidad que el resto de la industria envidia, también le haríamos ver con Mario Kart 8 la dificultad que están teniendo para adaptarse a los tiempos modernos, y no entendería ciertas ausencias, en cuanto a opciones, modos de juego, estadísticas y un modo online que parece más propio de un juego de hace una década. Como dijimos en las impresiones finales, Nintendo en estado puro, para lo bueno y para lo malo.
Estamos ante una saga relativamente conservadora, que con el paso de las entregas ha ido haciendo pequeños cambios e incorporando pocas novedades, algunas que se han mantenido en entregas posteriores, y otras que no han dudado en desechar si vieron que no terminaban de cuajar. Mario Kart 8 es, y aún es pronto para decirlo porque hay que comprobar en las próximas semanas qué tal se porta el modo online con miles de jugadores, posiblemente una de las mejores entregas de toda la saga, sino la mejor, y eso es decir mucho. Si nos juntáramos con unos colegas para jugar y tuviéramos que elegir entre uno de los ocho Mario Kart disponibles, no tendríamos ninguna duda de ponernos a viciarnos con esta entrega de Wii U. Eso no quita que quizá, en pleno 2014, a un juego tan importante haya que pedirle un poquito más en ciertos aspectos.
Como decíamos antes, es imposible pedirle más en aspectos como la jugabilidad, donde es simplemente perfecto, y nos han dado ganas puntuarle con once en ese apartado. La refinación de una fórmula hasta extremos insospechados, en la entrega con más ingredientes diferentes, que había que saber combinar sabiamente para que nada se saliera del guion o rechinara. Se recuperan las secciones por el aire con ala delta, la conducción bajo el agua y la importante personalización de los vehículos de Mario Kart 7, de la que ahora vista en perspectiva nos parece una entrega con bastantes novedades, al menos más que este octavo capítulo, que cuenta como mayor novedad con las secciones de antigravedad.
Al pasar por unas bandas azules nuestro vehículo se transforma y despega del suelo, y esto nos permite correr por paredes y techos, algo visualmente muy espectacular pero jugablemente un tanto anecdótico, si no fuera por los choques con acelerón, un pequeño impulso que recibimos al chocar con nuestros rivales cuando conducimos de esta manera. También hay ciertos objetos que nos impulsan al tocarlos, y debemos cambiar el chip cada vez que entramos en modo antigravedad, ya que las reglas cambian y los choques con los rivales no se penalizan. Esto combinado con los momentos aéreos, las secciones acuáticas y los numerosos saltos –hay más que nunca, con superficies muy irregulares que tenemos que aprovechar para saltar, hacer una acrobacia y recibir un impulso-, hacen que las carreras sean muy variadas y dinámicas, en cualquiera de los 32 circuitos, tanto en los nuevos como en los antiguos, totalmente adaptados a las circunstancias jugables de esta entrega.
La selección de circuitos es muy buena, bien equilibrada y variada, y no hay de esos que no te apetece jugarlos, todos son divertidos y desafiantes. Se desechan las enormes autopistas del Mario Kart de Wii, y en casi todos los casos exigen bastante pericia, cuentan con secciones estrechas y hay multitud de obstáculos y elementos que tenemos que esquivar, además de las tropelías de los doce corredores. Aunque en un principio puede parecer que no tengan muchas rutas y caminos alternativos, cuando te pones a jugar en 150 cc y ves las diabluras que hace la máquina, descubres bastantes trucos y atajos, que de otra manera no se te hubieran ocurrido. Aunque los nuevos son los más espectaculares gráficamente, los antiguos han recibido un excelente lavado de cara, tanto en lo jugable como en lo visual, y parecen totalmente nuevos.
En cuanto a los objetos, unos grandes protagonistas en las carreras de Mario Kart, a la enorme lista de anteriores entregas se le suman cuatro nuevos. La Flor boomerang, que te permite lanzar un bumerán hasta tres veces, y que puede impactar tanto en el camino de ida como en el de vuelta, lo que permite curiosas estrategias. La Planta piraña que se sitúa en la parte delantera del kart y que muerde todo lo que se encuentra a su paso, desde los corredores a las cáscaras de plátano, las monedas y otros obstáculos, lo que te proporciona un breve pero importante acelerón, y hace que todos los rivales se alejen de ti como de la peste.
El Ocho loco, ocho objetos diferentes que girar alrededor del vehículo, y que podemos lanzar sucesivamente, y la Superbocina una de las novedades más importantes de esta entrega, un bocinazo a todo volumen que lanza por los aires a los vehículos y objetos que se encuentran cerca, lo que incluye al caparazón azul de pinchos, ese que siempre nos fastidia alguna carrera cuando vamos primeros, que ahora podemos combatir de esta manera. Aunque en la enorme cantidad de horas que hemos jugados, pocas veces se ha dado la circunstancia de tener una Superbocina e ir en cabeza, por lo que no temáis, que el "querido" caparazón azul sigue siendo tan puñetero como siempre.
Los 30 personajes se siguen dividiendo entre ligeros, medios y pesados, y esto en combinación con el tipo de chasis –diferentes tipos de karts, motos y quad-, las ruedas y la clase de planeador, modifican la velocidad, la aceleración, el peso, el manejo y el agarre, en un sinfín de combinaciones que podremos ir probando hasta encontrar con la que nos encontremos más a gusto. Hay multitud de componentes para los vehículos que vamos desbloqueando obteniendo monedas durante las carreras, y el juego además te invita a utilizar todos los personajes, ya que es la manera de desbloquear los 90 sellos de Miiverse disponibles. Todo esto junto al objetivo de ganar todas las copas con tres estrellas –ganando las cuatro carreras- en las cuatro categorías -50 cc, 100 cc, 150 cc y Espejo-, hacen que tengamos juego para rato en la experiencia para un jugador.
Eso no quita que como hemos dicho tantas veces, seguimos echando de menos un modo historia o carrera como hemos visto en otros juegos de karts, tanto de hace muchos años como recientes, e incluso Mario Kart DS fue un poco más allá con el modo Misiones. Y no porque lo que ofrece Mario Kart 8 se nos quede corto y nos aburra, sino por tener algo fresco y distinto, y no volver a jugar a los mismos modos de siempre que nos llevan acompañando tantos años. Tampoco hay un sistema de desafíos o retos que nos obligara a jugar de una manera distinta para completarlos, algo que le vendría muy bien, o por ejemplo unas míseras estadísticas dentro del juego de cuánto tiempo llevamos jugando, cuántas carreras hemos ganado y qué personajes utilizamos más. Es simplemente un ejemplo, en un juego que por no tener, no tiene ni menú de opciones para cambiar algún parámetro.
En los modos de juego tenemos el Grand Prix con sus ocho copas y las cuatro categorías, el Contrarreloj, donde competimos para conseguir los mejores tiempos posibles en cada circuito, y donde podemos retar a fantasmas de otros jugadores que descargamos de internet, permitiéndonos descargar hasta 16 fantasmas en total, con un máximo de cuatro por carrera. En Carrera VS. podemos crear una partida personalizada, eligiendo jugar o no por equipos, los objetos, la categoría, el nivel de dificultad de la CPU, el tipo de vehículos –todos, karts, motos-, los circuitos y el número de carreras. Y por último el tradicional modo Batalla, aquí en su única modalidad "rompe globos", que aunque nunca fue del agrado de todos, sí ha dado muy bueno ratos, y se lo han terminado de cargar en esta entrega.
El clásico modo en el que tenemos que reventar los tres globos de nuestros rivales, que siempre se ha desarrollado en unas arenas especiales de combate, ahora transcurre en unos escenarios sacados directamente de los circuitos, tal cual, sin editar. Ocho escenarios para elegir que son versiones reducidas de algunos circuitos, y donde el planteamiento jugable de este modo pierde prácticamente su razón de ser, ya que estas clásicas y divertidas batallas se convierten en un cruzarte con los rivales en mitad de las carreteras sin demasiado sentido. No entendemos qué ha motivado esta decisión, pero han estropeado un modo que funcionaba muy bien.
Este, junto a otros detalles, dan la sensación a veces de que Mario Kart 8 ha sido terminado apresuradamente. No en la jugabilidad, que es perfecta, ni en el diseño de los circuitos, muy cuidado, pero sí en todo lo que rodea al núcleo jugable –opciones, modos-, que cumple con lo mínimo, y que es también muy importante en un videojuego, por mucho que algunos se empeñen en mirar para otro lado. Una muestra de ello es el modo online, del que esperábamos un poco más a estas alturas, y que exceptuando la completa creación de torneos, apenas ha evolucionado desde lo que vimos Mario Kart DS, hace ya nueve años.
Se puede jugar online con dos jugadores desde la misma consola, y lo primero que nos preguntan al comenzar a jugar es si queremos un partida Mundial, Regional, con Amigos y rivales o un Torneo. Luego podemos elegir Carrera, Batalla o Personalizada, eligiendo el modo -50, 100, 150, espejo-, los objetos, vehículos –todos, karts o motos-, y los controles –todos o solo con giroscopio-. Una vez entramos en un lobby nos ofrecen tres circuitos para que votemos por nuestro favorito o apostar por uno aleatorio, y mientras esperamos a que empiece la partida podemos seleccionar unos pequeños mensajes de texto predefinidos. Es en los grupos con amigos donde además podemos usar chat de voz, pero solo mientras esperas a que comience la carrera. No es demasiado intuitivo ni cómodo jugar junto a los amigos -algo más culpa del sistema operativo de Wii U que del propio juego-, y tenemos que andar mirando fuera del juego si alguno está conectado y jugando a Mario Kart 8 para después intentar entrar en su partida.
Es en Torneo donde la cosa está un poco mejor, y podemos crearlos, buscarlos por reglas, abiertos, o metiendo un código participar en torneo privados. Podemos elegir bastantes reglas y parámetros al crear un torneo: un icono, un nombre, el modo, con o sin equipos, los objetos, los vehículos, controles, sin o con CPU y la dificultad de esta, la fechas y los horarios para jugarlo, el número de carreras, e incluso restricción por puntos de jugador. Está bastante bien la verdad, y seguro que la comunidad no va a dejar de crear competiciones. Es en la clásica partida rápida online donde echamos en falta novedades, ya que tenemos que el tradicional sistema de puntuación desde el primer modo online de Mario Kart DS, y ni siquiera hay tablas de clasificación, divisiones, estadísticas o cualquier elemento ya habitual en otros juegos de online, dando la sensación de ser un online un tanto arcaico. Por lo que hemos probado hasta el momento funciona muy bien, con pocos tiempos de carga y ningún lag, pero claro somos pocos jugadores ahora mismo, y habrá que ver cómo se comporta cuando salga a la venta.
Por supuesto el multijugador local hasta para cuatro jugadores siguen siendo muy protagonista en un Mario Kart, y tenemos los mismos modos que para un jugador, con el Grand Prix –que se puede jugar a cuatro-, Carrera VS. y Batalla. La pantalla jugando a dos se divide obligatoriamente en vertical, no hay posibilidad de cambiarlo, y la tasa de imágenes por segundo se mantiene en 60. Es jugando a cuatro cuando los fps pasan a ser 30, algo que evidentemente se nota y mucho en la fluidez y la calidad de la experiencia, aunque no deja de ser muy divertido jugar junto a otros tres amigos.
Y no vamos a tener problemas para tener mandos suficientes, porque tenemos una gran cantidad de opciones: Wii U GamePad, Mando Pro de Wii U, Mando de Wii + mando clásico Pro, Mando de Wii y Mando de Wii + Nunchuk. Nuestro favorito y con mucha diferencia es el Mando Pro de Wii U, y respecto a los mandos de Wii, e incluso el botón deslizante de Nintendo 3DS, Mario Kart 8 ya se juega mucho mejor simplemente por eso, por la calidad de los sticks de sus nuevos mandos, aunque el GamePad nos resulte más incómodo por su tamaño que el Mando Pro. Un mando con pantalla que apenas se usa en Mario Kart 8, mostrándose la clasificación de la carrera y los objetos de cada piloto, en el centro un botón para tocar la bocina, ver el mapa, cambiar entre el control clásico o con giroscopios, y cambiar rápidamente al modo Off-TV. Muy decepcionante que en un título bandera de Wii se le dé un uso tan pobre al factor diferencial de la consola.
Por último tenemos que hablar de Mario Kart TV, el lugar donde se guardan nuestras últimas seis repeticiones de carrera. Cuando acabamos una carrera si estamos jugando solos podemos tranquilamente ver una repetición, editarla y subirla a Youtube, pero claro, esto no se puede hacer si estamos jugando online, por lo que tenemos que dirigirnos a Mario Kart TV, donde se quedan guardadas las últimas repeticiones. Las opciones de edición no son muy completas pero sí suficientes para dejar constancia de alguna proeza. Elegir hasta cuatro pilotos en los que queremos que se centre la acción, que las escenas que se muestren sean protagonizadas por objetos, acción, derrapes, jugarretas o sin preferencias, la duración -30,45, 60 segundos o incluso toda la carrera-, y el sonido, pudiendo dejarlo todo o solo los efectos o la música. Estas repeticiones son a veces muy espectaculares, y donde el juego luce a su máximo esplendor.
De los gráficos ya os hemos hablado largo y tendido desde que lo probamos hace un año en el E3, donde ya nos conquistó con su rotundo apartado visual. 720p nativos y 60fps totalmente estables para un apartado artístico muy cuidado, unas animaciones geniales, un colorido desbordante, unos modelados muy resultones y algunos efectos gráficos bastante curiosos, como por ejemplo de iluminación o mojado. Si vamos al detalle y nos ponemos quisquillosos, muchas texturas no son ninguna maravilla, la mayoría de la iluminación no es en tiempo real, y hay bastantes dientes de sierra ante la falta de antialiasing, pero la verdad, todo esto da igual ante un juego tan bonito. Solo lo mencionamos porque creemos que se ha exagerado un poco con su aspecto gráfico next-gen. Creemos que Wii U puede dar todavía un poco más de sí, pero no le pedimos mucho más a un Mario Kart que luce espectacular, mejor que nunca gracias a los gráficos en alta definición.
El sonido también está a la altura, con los simpáticos efectos y voces de cada personaje, y una banda sonora muy cuidada, elegante, variada y orquestal, como nos viene acostumbrando últimamente Nintendo, y que se adapta perfectamente en tiempo real a las circunstancias de las carreras. Aunque es una pena que en un juego tan "ruidoso" unas melodías tan buenas pasen un poco desapercibidas, y ni siquiera nos dejan cambiar el volumen de los efectos y música. Es un juego en el que hasta el sonido tiene su peso en la jugabilidad, ya que sirve para predecir ciertas amenazas, y entendemos que no hayan querido darle más volumen a la excelente música.
¿El mejor Mario Kart?
Pues posiblemente, serán los miles de jugadores alrededor del mundo dándolo todo dentro de una semanas los que dicten sentencia, pero tras la enorme cantidad de horas que hemos jugado, no le vemos ni un solo pero en lo jugable, donde es impecable, y una fuente inagotable de diversión. Sí nos molesta un poco su falta de ambición, el hecho de no incorporar modos de juego nuevos –encima de haber estropeado uno que ya había-, y lo austero que es en opciones, estadísticas y otro tipo de adornos que lo podían haber hecho mucho más completo, siendo demasiado conservador en este aspecto. En cualquier caso es un absoluto imprescindible de Wii U, y si te gusta mucho la saga, o este tipo de juegos, aunque suene un poco exagerado, justifica casi por si solo la adquisición de una Wii U. Nuevamente una lección de jugabilidad, diversión y diseño por parte de Nintendo, que vuelve a demostrar que en eso de hacer buenos juegos, son prácticamente imbatibles.