Análisis de Patapon 2 (PSP)
Hace aproximadamente un año, apareció un título que por jugabilidad, estilo y calidad técnica, se hizo un hueco en el corazón de todo poseedor de una PSP. Estamos hablando de Patapon, un juego basado en ritmos musicales y con grandes dosis de elementos de acción y rol.
El jugador tomaba el rol de Ser Supremo de la tribu patapon, y debía guiarlos a través de junglas, desiertos y ciudades fortificadas a golpe de tambor para encontrar "eso" y recuperar la gloria que antaño gozaba la tribu. Sin embargo, el final de la aventura dejó claramente la puerta abierta a una continuación gracias a una escena en la que se veía a los patapon muy entusiasmados en la construcción de un barco para surcar los mares, una segunda parte de la aventura que prometía nuevas tierras que explorar con nuestros queridísimos guerreros, y algo más…
Pata, pata, pata, pon
Sin embargo, su aventura por el desconocido océano se ve interrumpida por la aparición de un enorme monstruo que, tras una dura batalla, provoca el naufragio de la tripulación. Por suerte, la marea y las olas empujaron a los supervivientes hasta una playa, lugar donde casi derrotados toman contacto nuevamente con el Ser Supremo, el jugador, y el ritmo de los tambores empiezan a sonar otra vez, infundiéndoles el valor necesario para descubrir, conquistar, y reiniciar la búsqueda de "eso".
El mundo por el que se van a mover no sólo será más largo, sino que también aparecerán nuevas climatologías, como por ejemplo la nieve, que proporcionan nuevas situaciones embarazosas de las que habrá que tirar de ingenio para salir airoso de ellas.
La base del juego sigue siendo igual de sencilla: cada uno de los cuatro botones principales de acción de la consola tienen asignados el sonido de un tambor, y simplemente se debe combinar cuatro sonidos para dar una orden siguiendo el ritmo de la música, cuya velocidad o "tempo" siempre será constante a lo largo de toda la aventura. El jugador ejecuta una orden, y luego debe esperar mientras los patapon la realizan, después ejecuta otra orden, y vuelve a esperar a que obedezcan; este proceso tan simple es el que hay que realizar de principio a fin.
La dificultad radica en no romper el ritmo, pero a medida que encadenamos más y más órdenes, nuestros guerreros entran en estado fever, haciéndose más fuertes y atacando con mayor ferocidad al enemigo; sin embargo, ese estado de éxtasis también provoca que empiecen a canturrear, de tal forma que aunque llevan el compás a su manera y el conjunto en ningún momento resulta incongruente al oído, todo ese exceso de nuevas voces y sonidos sí puede provocar perfectamente que se pierda el ritmo, y aquí entra una de las novedades de Don Chaka, si lo hacemos mal aparecerá una calavera y un sonido estridente que nos avisa de que nuestro compás no es correcto, dándonos una oportunidad de corregirnos, ya que si volvemos a marcarlo mal, provocaremos la confusión entre las tropas y no sabrán qué hacer hasta nueva orden, quedando expuestas a cualquier peligro.
Además de aprender a llevar bien el ritmo, también deberemos tomar las decisiones correctas. Al principio sólo tendremos disponibles las órdenes de "avanzar" y "atacar", pero a medida que vamos progresando en la aventura aparecerán nuevas órdenes como defensa o retirada ante un ataque enemigo. Hay que observar bien las rutinas de los contrincantes para saber qué hacer en cualquier instante, ya que una orden mal dada en un momento crítico puede provocar la pérdida de parte (o incluso el 100%) nuestro obediente ejército, ¡y todo ello sin perder el compás! Parece complicado, pero la combinación de una curva de aprendizaje suave, junto con la novedad de tener disponibles tres niveles de dificultad según las habilidades que tengamos a la hora de seguir el ritmo, hacen que Patapon 2 se aprenda rápido y en seguida nos veremos dirigiendo a nuestros carismáticos guerreros con soltura y eficacia.
Nuevos guerreros y nuevas especies
El tercer pilar que sustenta la enorme diversión que proporciona este juego, es el tinte de estrategia que supone disponer de un ejército formado por tres divisiones y como novedad, la inclusión de un patapon especial: el héroe. A medida que vamos jugando y progresando en la incursión del nuevo mundo, iremos descubriendo y añadiendo nuevos tipos de patapon.
Se empieza con los "yaripon", expertos en el manejo de la lanza, y en poco tiempo podremos añadir por ejemplo soldados que manejan hachas y espadas u otros que van montados en caballo. Antes de salir a luchar, podemos decidir si queremos que vayan las tres divisiones, sólo dos, o una, y dentro de cada una de ellas podemos equipar a los patapon como nos plazca, obviamente dentro de sus posibilidades, y así elegir el ejército que mejor se adapte a las circunstancias, ya que cada tipo de guerrero tiene diferente equilibrio en características como fuerza, velocidad, resistencia, vida, ataque, etc.
Otra de las novedades es la forma de cambiar de especie. En Patapon podíamos crear nuevas especies a medida que descubríamos nuevos y mejores materiales con los que construirlos, pero dado que un ejército tiene un número limitado de unidades, hacer uno suponía el sacrificio de otro, lo cual no dejaba de dar cierta lástima por ese punto un tanto cruel. Sin embargo, ahora no hace falta ese sacrificio, sino que podemos evolucionar un patapon en otro, y además también podrá subir de nivel dentro de cada especie.
Además, Patapon: Don Chaka dará un paso más y nos encontraremos con una amplísima variedad de especies, como por ejemplo un tipo de Patapon con una hoja verde resistente a terremotos, o uno que se asemeja a un pingüino que le hace resistente a nevadas intensas; y también veremos como dentro de cada especie van variando su forma a medida que suben de nivel (hasta un máximo de 10), de tal forma que, por ejemplo en el caso del patapon de la hoja mencionado, irá cambiando su aspecto hasta parecerse más a un árbol.
Ha nacido un héroe
A las tres divisiones mencionadas hay que añadir la existencia de un patapon muy particular: el héroe. En muchas de las imágenes que Sony fue dando a conocer al público sobre esta segunda parte, aparecía un tipo de guerrero que no dejó indiferente a nadie: el héroe, del cual podremos contar con sus servicios casi desde el inicio de la aventura y que además tendremos que ponerle un nombre.
Es un patapon con una máscara y que tiene una serie de características únicas. No sólo es que podamos contar con los servicios de un patapon extra, sino que podemos cambiar su forma en cualquiera de las que hayamos descubierto, y así poder manejar tanto una lanza, como una maza, o un arco de flechas, de tal manera que podemos reforzar aquellas divisiones que más nos interesen, o añadir una extra, (el héroe).
Otra de sus cualidades es que cuando ejecutamos un compás de forma perfecta, potencia su espíritu y empieza a lanzar ataques especiales, que según su forma en ese momento (lancero, tipo hacha, etc) tendrá diferentes efectos en el combate, y si somos capaces de mantener un compás perfecto durante mucho tiempo (reconocible por un efecto sonoro en el cuarto paso), los ataques especiales se sucederán una y otra y otra vez, facilitando en gran manera la batalla.
La máscara que lleva tampoco es un mero adorno; es un elemento más que podremos cambiar a voluntad con otras que hayamos descubierto para equilibrar sus características según nos convenga (más resistencia al fuego, a la congelación, etc). Señalar que también podemos modificar su especie en función de la evolución que hayamos alcanzado dentro del tipo de soldado. En definitiva se trata de proporcionar un plus de variabilidad lo suficientemente amplio para que el jugador no se encasille en la utilización de un mismo tipo de ejército para cualquier batalla, tal y como sucedía con el anterior juego de Patapon.
Algo más que una segunda parte
No sólo se han aumentado las posibilidades de los ejércitos o el número de fases, sino que han dado una remodelación tanto en cantidad como en calidad absolutamente en todos los aspectos imaginables. Los minijuegos que se pueden disfrutar han visto crecido su número y además tienen niveles que iremos desbloqueando con nuestra pericia; por supuesto, a mayor nivel, más caro será y mayor complejidad tendrá su realización, pero también mayor será la recompensa.
Los enemigos han crecido en número y podremos ver nuevas especies con ataques realmente impresionantes que nos dejarán boquiabiertos en más de una ocasión. La historia ha sido muy cuidada, y aparte de los pequeños giros argumentales y sorpresas, también hay que añadir la presencia de viejos conocidos (si has disfrutado la primera parte). Otro punto novedoso es la posibilidad de partidas ad-hoc con hasta tres amigos más, donde cada uno manejará a su héroe contra el monstruo que se haya elegido previamente.
Una vez muerto, aparecerá un minijuego musical en el que habrá que realizar las combinaciones pertinentes de forma correcta y así conseguir nuevos objetos que nos faciliten nuestro progreso en la aventura. Incluso los programadores ofrecen la posibilidad de jugar este tipo de partidas en solitario, por si uno no tiene amigos cerca con una PSP y el juego a mano; todo un detalle.
Conclusiones
Sin embargo, este juego tiene un pequeño gran defecto, y es precisamente el lastre de ser una segunda parte. Si Patapon sorprendió por frescura y carisma de los personajes, Patapon: Don Chaka carece totalmente de ese elemento, lo cual puede llevar a pensar que simplemente es el mismo juego al que han retocado algunas cosas para cumplir y cubrir catálogo. Nada más lejos de la realidad. A poco que uno juegue se dará cuenta del enorme mimo y cuidado que se ha puesto no sólo en el sobresaliente apartado técnico y jugable, sino incluso en pequeños detalles de animación, escenarios, enemigos, música, y en definitiva en todo el apartado artístico, gestándose así un título capaz de tratarse de tú a tú con otros con mayor renombre aparecidos para PSP.