Análisis Desvelado: Un plataformas de puzles que va al grano y con un adorable vampiro como protagonista (Switch, PC)

Tras llegar el pasado verano a Steam, el plataformas de puzles Desvelado se estrena este 20 de febrero en Nintendo Switch, una plataforma ideal para este tipo de propuesta. La ópera prima del pequeño estudio argentino Vampi Team recuerda a los tipos de juegos que se hacían al principio de la revolución indie, como aquellos Thomas Was Alone y Teslagrad, del que nos hemos acordado mucho durante nuestra partida. No porque sean realmente parecidos, sino por cómo este último mezclaba los rompecabezas y la habilidad.
Desvelado es un juego muy sencillito y que no se anda con florituras. Para los estándares actuales se percibe incluso demasiado pequeñito y conciso, pero esto puede ser un valor para muchos jugadores.
A lo largo de sus tres horas de partida (una duración que puede acortarse o alargarse un poco más por el tiempo que tardemos en solucionar los puzles que por la dificultad de los saltos) se nos presenta una única mecánica principal que se va desarrollando y complejizando mediante el diseño de niveles. Sin duda, es un título bien diseñado, aunque falto de ambición.
La odisea de llegar a la cama (bueno, al ataud)
Es tan sencillito como la excusa que comienza la aventura: el adorable vampiro protagonista tiene que irse a dormir antes de que comience el día. Para llegar a su ataúd debe superar una serie de salas de su castillo, un lugar separado en varios mundos y que está atestado de trampas, de desniveles, de fantasmas y de luces que apagar.

En esto último se basa la partida. Para pasar de una sala a la siguiente, tenemos que apagar todas las velas del nivel, y al final de cada mundo nos espera un trozo de mapa con el que acceder al siguiente entorno. Pero no es tan sencillo: además de las llamas estándar, hay otras rojas que nos permiten impulsarnos una sola vez en la dirección que quedamos. Es elogiable que solo con esta mecánica inalterable desarrollen un juego completo que requiere sobre todo ingenio, pero también un poquito de habilidad (nos parece adecuado para que sea el primer puzzle-platformer de alguien, sobre todo de los más pequeños).
Como decíamos, la idea se desarrolla mediante el diseño de niveles. Por un lado, Se van introduciendo nuevos peligros como pinchos, pozos de venenos y zonas de lava que reinician la sala si los tocamos, algo que podemos hacer cuando queramos pulsando un botón, algo imprescindible cuando hemos hecho algo mal que impide la resolución del nivel, aunque nos parece poco elegante que el diseño permita llegar a ese punto.

Por otro lado, aparecen algunos enemigos nuevos. Al principio hay fantasmitas que siguen un patrón de movimiento concreto y que vuelven a encender las velas por las que pasan. A esos se suma otro tipo de espectro que cumplen la misma función, pero que nos matan si los tocamos; y después se añaden versiones más grandes de estos mismos adversarios. No hay que acabar con ninguno de ellos, sino plantearse como esquivar y adelantarlos antes de que vuelvan a prender los candelabros.
A la vez, como si hubieran cogido el librillo de diseño de Nintendo, se añaden variables interactivas en los escenarios: plataformas que desaparecen tras posarse en ellas, interruptores que activan o desactivan bloques, corrientes eléctricas que bloquean el paso de los fantasmas, zonas que solo podemos atravesar con el dash…
Una mezcla de ingenio y pericia que daba para más
Con la mezcla de todos estos elementos se construye un videojuego que requiere de dos habilidades. Por un lado, ingenio. Hay que estudiar la fase, el movimiento de los fantasmas y la posible utilización de los elementos interactivos para dar con el orden correcto para apagar las velas. Por otro lado, pericia en el plataformeo: se requiere cierta prisa en los saltos y en los impulsos para llegar a los candelabros antes de que un enemigo los prenda o que nos quedemos sin punto de apoyo.

Aunque hay algún nivel un poco más complicado y capaz de dejar satisfechos a los experimentados en el género, en general es un videojuego fácil. Ningún puzle se nos va a atascar más de unos minutos y las plataformas son poco exigentes. Además, hay algún momento que nos dejó la sensación de que habíamos resuelto el nivel de manera incorrecta, de que el juego no había tenido en cuenta que con ciertas acciones de plataformeo algún puzle podía ser más sencillo de lo pretendido.
Incluso los jefes son facilotes. Son fases de persecución en las que debemos apagar todas las velas que encontramos por el camino mientras saltamos y nos impulsamos a toda velocidad. Un mal salto o uno tardío se castiga, pero los puntos de control son benévolos: hay varios en cada uno de estos niveles. Esto apuntilla la sensación que queda cada vez que terminamos un mundo y cuando vemos los títulos de crédito: que tanto la mecánica principal como las ideas introducidas poco a poco se podrían haber explotado más.

La sencillez se transforma en simpleza en lo artístico. Ninguna queja del adorable vampiro protagonista (cuando bosteza al estar parado unos segundos te arranca una sonrisa), pero el diseño de los pocos enemigos que hay está poco inspirado. Aunque es un título colorido, también es plano en lo visual y los fondos carecen de detalle e interés. Los mismos adjetivos se pueden aplicar a la música, que se hace un poco repetitiva, aunque el jazz juguetón de la zona volcánica nos ha gustado mucho.
Conclusión
Desvelado es uno de esos títulos capaz de desarrollar una única mecánica durante todo un videojuego. Sus niveles proponen apagar todas las velas para pasar al siguiente, y algunas llamas otorgan un impulso de un solo uso. Las fases, mezcla de puzle y de plataformas, se basan en esta idea que se complejiza paulatinamente con nuevos peligros, algunos enemigos, y sobre todo, elementos interactivos.

Aunque está bien diseñado, al terminarlo queda la sensación de que tanto su mecánica principal como las ideas que suma a ella se podrían haber desarrollado más. Le falta empaque, y junto a la poca ambición del apartado artístico, lo que queda es un título entretenido pero poco memorable. Un videojuego que hace una década, cuando las tiendas digitales no estaban tan abarrotadas de títulos geniales, podría haber destacado. Aun así, si estáis hartos de metroidvanias y roguelikes, es una buena opción para echar una tarde.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
Últimos análisis de Switch y PC





