Análisis de The Crew (PS4, Xbox 360, Xbox One, PC)
Ubisoft pasa por un momento agridulce. Por una parte, juegos como Far Cry 4 nos recuerdan los grandes títulos que todavía pueden hacer, mientras que el maltratado Assassin's Creed Unity ahoga sus virtudes en un mar de problemas técnicos causados por las prisas que les llevaron a lanzar un juego claramente sin terminar. Ahora, la compañía francesa vuelve a la conducción, un género con el que ya sobresalió en la época de los 32 bits con juegos como Driver, pero que ahora adapta a la "fórmula Ubisoft".
Éste es el nombre que hemos decidido darle al patrón sobre el que Ubisoft lanza todos sus últimos grandes títulos, y en el que profundizaremos más adelante, pero si no estáis familiarizados con él sí que os podemos decir que es el concepto de Burnout Paradise llevado al extremo, y tras un filtro de mayor seriedad. Coches, mundo abierto y el que probablemente sea uno de los mapas más ambiciosos jamás creado: los Estados Unidos de América.
Bienvenidos a Estados Unidos
The Crew es un juego de conducción de mundo abierto, en el cual se nos anima a formar un equipo con otros jugadores para progresar como tal, aunque también podemos disfrutarlo en solitario. La principal novedad es su toque rolero, gracias al cual encontraremos diferentes clases, niveles y equipamiento para nuestros vehículos. Como ya sabéis, también promete un componente de multijugador masivo online, que honestamente parece limitarse a encuentros puntuales con otros jugadores, más "masivo" por el concepto que por la cantidad de jugadores presentes en pantalla –que no en el mapa–.
"Masivo" sí que es su mapa. Obviamente no es una reproducción 1:1 de Estados Unidos, pero creemos que nunca hemos visto un mapa tan extenso en un juego de esta índole. Es un mapa "creíble", completo, con muchos detalles y sitios que explorar.
Además, aunque no hemos hecho la prueba ya que hemos ido avanzando poco a poco, creemos que cruzar el mapa de punta a punta tiene que llevarnos algo menos de una hora, suponiendo que cojamos la ruta más sencilla y no nos entretengamos en pruebas. Imaginad lo que puede ser explorarlo al completo.
La fórmula Ubisoft
Cualquiera que haya jugado a varios de los grandes juegos de Ubisoft en los últimos años habrá notado que éstos tienen una serie de pautas a seguir, y The Crew no es una excepción. Tenemos un título de mundo abierto con diferentes zonas por descubrir, cada una plagada de diferentes misiones y desafíos. Para detallarlas en el mapa tendremos que encontrar unas zonas concretas –estaciones de datos– comparables a las atalayas de Assassin’s Creed o las torres de Watch Dogs o Far Cry. Una vez descubiertas obtendremos también la posibilidad de hacer viajes rápidos, los cuales, creednos, serán más imprescindibles que nunca, y no sólo nos habilitarán un punto al que "teletransportarnos", sino que también nos llevarán a misiones. Si no queremos conducir, con dinero virtual podemos comprarnos billetes de tren y avión que nos llevarán cómodamente de un punto a otro.
Aunque os parezca extraño, en The Crew también será necesario explorar, y cuando decimos explorar no nos referimos a dar paseos por la ciudad. Guiados por nuestro radar, tendremos que estar pendientes de cuando un parpadeo verde nos guía hacia una zona en particular, ya que ésta albergará o bien una de las mencionadas zonas u otros objetos de interés, como piezas de coches que nos permitirán desbloquear modelos exclusivos.
Los también mencionados desafíos son pruebas pensadas para ser completadas rápidamente mientras nos movemos por el mapa. Nos ofrecen diferentes tipos de retos, tales como "velocidad", que nos invita a mantener una velocidad determinada durante el mayor tiempo posible; "precisión", en el que tenemos que cruzar una serie de "puertas" tan rápido como podamos; "salto", que no hace falta que lo expliquemos; "precisión", donde tenemos que completar un circuito sin salirnos de la línea marcada; o "slalom", en el que hacer lo propio zigzagueando esta vez. Aunque opcionales, estas pruebas son muy socorridas para subir de nivel, lo que nos lleva a otro aspecto del juego.
El toque rolero
Muy, muy importante en The Crew es el componente de rol. Lo primero que nos puede sorprender es que los coches tienen clases, las cuales tendremos que utilizar en diferentes terrenos y pruebas. Cada clase, identificada con un kit de modificación, sirve para la conducción por calle, para todoterreno, de rendimiento, para circuitos y rally, además de su versión de serie. Cada clase tiene que subirse de nivel por separado para poder competir en sus diferentes pruebas, y cada coche puede adaptarse a ellas con kits de tuneo. Aparte tendremos un nivel "general" como jugador, que servirá de filtro para las pruebas. Además podremos personalizar los vehículos de manera individual, con modificaciones que afectan al rendimiento y a la estética, incluyendo carrocería e incluso tapicería.
La personalización o "tuning" es muy completa. La carrocería podemos alterarla casi en su totalidad, tanto con su pintura como con multitud de piezas para cada zona. Lo mismo sucede con las llantas y el interior, aunque en éste "sólo" podemos cambiar el color, con varios esquemas con diferentes tonalidades combinadas. Los kits mencionados también modifican la apariencia externa, y una vez comprados e instalados podemos cambiarnos en cualquier momento, siempre y cuando no estemos en una prueba. Según progresamos iremos desbloqueando más posibilidades de modificación, así como nuevos kits y vehículos.
Subir de nivel –tanto el del coche como el del jugador– está básicamente relacionado con lo bien que hagamos las misiones principales y desafío. Cada una de éstas puede ganarse con una medalla de bronce, plata u oro, y consecuentemente, a mejor puntuación, más nivel y mejores piezas para nuestro coche. Si pensáis en simplemente completar misiones e "ir tirando", tenemos malas noticias. Habrá pruebas que directamente nos señalarán como "imposible" si no tenemos el nivel necesario. Podemos intentarlo, pero "imposible" significa "imposible". Normalmente podríamos compararlas con los "jefes" de determinadas zonas, y nos incitarán a mejorar nuestros anteriores tiempos o completar algunos desafíos más para ponernos a su altura, o, en caso de que los hayamos desbloqueado, comprarle nuevos kits a los vehículos.
Este aspecto del juego nos ha parecido muy interesante, y se destapa como elemento diferenciador con respecto a la competencia. La sensación de progreso es notable, y además nos anima a apurar siempre cada carrera para conseguir la medalla de oro y evitar tener que repetirlas luego cuando no tengamos el nivel necesario. Todo ello, además, consiguiendo dotar de profundidad al desarrollo de la aventura y con muchas opciones para que quieran personalizar sus vehículos.
Descubriendo la inmensidad
The Crew es un juego tan completo que no puede comprenderse con apenas unas carreras. Es necesario sumergirse muy en profundidad en su propuesta para poder entender cómo funciona. Aunque cuenta con gran cantidad de tutoriales y hasta una "wiki" en la que se nos explica prácticamente todo, muchas veces tendremos que probar y trastear para asentar esos conocimientos. Hay mil y un aspectos que pueden pasar desapercibidos, como por ejemplo, que tenemos puntos para mejorar a nuestros compañeros –algo que impactará positivamente en nosotros–, las metapruebas que Ubisoft nos propone para completar en un tiempo determinado, o los clubes a los que todos los usuarios del mundo se pueden para intentar imponerse al resto realizando pruebas determinadas.
Hay muchas, muchísimas cosas que hacer en The Crew. Obviamente, es un juego que depende de la habilidad de los usuarios, pero no creemos que de media la campaña se supere en menos de 20 horas, y yendo con prisas. Si sois de los que disfrutan con los juegos de mundo abierto, multiplicadlo, mínimo, por dos, ya que estaréis constantemente entreteniéndoos explorando y realizando casi cada prueba que os encontréis. Hacerlo al cien por cien implica conseguir el oro en cada carrera y desafío, descubrir cada una de las bases de datos, las piezas de coches y de los puntos turísticos repartidos por el escenario. Dado lo vasto del juego, creemos que quienes quieran exprimirlo al máximo pueden invertir en él unas 100 horas sin demasiados problemas.
Si os quedáis con ganas de más, aparte del multijugador cooperativo tenemos el multijugador competitivo. La verdad es que este modo lo notamos un poco metido con calzador, ya que no aprovecha la ambición de The Crew. A diferencia de Burnout Paradise –referente en esto de los juegos de conducción de mundo abierto– u otros juegos similares, si queremos competir contra otros jugadores tendremos que entrar en un "club" que nos propone pruebas concretas a través de menús, sin la libertad de explorar el escenario. Al menos se disfruta mucho jugando en equipo, ya que todo puntúa y si a lo mejor nuestras habilidades de conducción no son las mejores, podemos sacar nuestras habilidades de incordio.
Podremos jugar en público o en privado, por equipos o todos contra todos, con los mencionados clubes repartidos por cada ciudad del mapa. No podemos dejar de mencionar que a la hora de buscar partidas hemos tenido que esperar mucho, mucho tiempo, con tiempos que han oscilado entre tres y veinticinco minutos. La parte positiva es que podemos jugar al modo historia mientras busca partida, así que podemos dejarlo buscando mientras nosotros progresamos.
The Crew
The Crew es un juego que necesita estar conectado a internet. De hecho, si se nos va la conexión el juego nos "escupe" al menú de inicio. Dicho esto, hay que señalar que es un título que podemos jugar perfectísimamente en solitario, pero su concepto se disfruta mucho más en compañía, aunque sólo sea por las charlas durante largos trayectos. Nosotros hemos podido disfrutarlo con varios compañeros, y la experiencia es mucho más satisfactoria. Prácticamente todas las misiones pueden realizarse en cooperativo, e incluso nos ofrecen pequeñas modificaciones si las jugamos en compañía. Por poner un ejemplo, en una misión de huida tendremos que escapar jugando en solitario, mientras que si lo hacemos con "La Crew", los demás pasarán a defender a uno de sus compañeros.
Algo que nos ha gustado mucho también es que, aunque podemos unirnos a otros jugadores en cualquier momento, si formamos equipo con nuestros amigos de Xbox Live éstos se quedarán "guardados". En cuanto se conecten a The Crew se meterán en nuestro equipo, en nuestra partida, con el chat de voz activado por defecto. Nada de menús engorrosos, todo rápido y directo. Sobre las ventajas de jugar con otros jugadores, la más clara –además de la bonificación de puntos– es que no necesitamos ganar una prueba siempre y cuando lo consiga otro de nuestros compañeros, además de que, en muchas ocasiones, nos vendrá genial algo de ayuda. También sirven como puntos de teletransporte, y pueden invitarnos a misiones aunque nosotros estemos a kilómetros de éstas.
La jugabilidad
A mucha gente, el control de The Crew le ha repugnado en un primer momento. En cierta parte, podemos comprenderlo, ya que los coches pesan poco y la respuesta es, cuanto menos extraña. El primer paso para la "solución" es configurar el mando. Este título nos ofrece multitud de opciones para ajustar la respuesta del vehículo durante la conducción, más de las que muchos esperaríais de un juego de este tipo. Aparte de eso, creemos que los primeros compases que damos con nuestros coches están pensados para que sean "feos" de controlar, y así notemos el progreso según vamos avanzando. Eso es una apreciación, pero lo de las opciones es una realidad, y os aseguramos que ofrece mejoras notables.
Eso no quita que las físicas no sean las mejores, y que el sistema de colisión sea cuanto menos discutible. El resultado de un choque es prácticamente una lotería, y nunca sabes si vas a salir mal parado o si continuarás corriendo habiendo reduciendo ligeramente tu velocidad. Aun así, cuando nos hemos hecho al vehículo y éste va mejorando, la conducción es perfectamente disfrutable.
Con sus aspectos mejorables, la conducción de The Crew está trabajada, con estilos muy bien diferenciado, no sólo entre los distintos modelos de vehículo y sus respectivas variantes, sino también sobre los diferentes tipos de terreno. No es comparable con el mejor de los simuladores, pero sí que consigue transmitir buenas sensaciones dentro de su propuesta arcade. Dicho sea de paso, también tiene una curva de dificultad muy bien ajustada, y si ya acabaremos sudando para completar alguna prueba, para conseguir todos los oros necesitaremos ser de lo más hábiles.
Los micropagos
Creemos que un aspecto tan polémico se merece su propio apartado. Con dinero real podemos comprar puntos que nos permiten comprar las mismas cosas que con dinero virtual. Si administramos bien el dinero virtual podemos completar el juego sin ningún tipo de problemas, ya que éste te ofrece todo lo que necesites para que progreses sólo con tu habilidad. Ahora, sí que es cierto que si queremos comprar varios coches, es muy probable que tengamos que ahorrar bastante.
A efectos prácticos, el dinero real sólo nos permitirá comprar más o más rápido, pero no es nada que tenga un impacto real en la jugabilidad. El jugador medio no los necesitará en absoluto, y sólo podrían suponer alguna desventaja en el multijugador competitivo, si bien es cierto que, en lo que hemos podido probar hasta el momento, todo está razonablemente nivelado.
Aspectos audiovisuales
Lo comentamos en las impresiones, y lo volvemos a repetir. The Crew no se ve mal, pero nos venden el juego de una manera en las pantallas promocionales que al verlo en acción es normal que nos decepcione. Eso no quita que sea un título muy nítido y sólido, que en Xbox One y en PlayStation 4 funciona a 1080p y a 30 imágenes por segundo muy, muy estables, sin problemas de tearing o similares.
Tiene dos aspectos que son los más destacables en lo gráfico: los coches y los escenarios "preparados". Os explicamos. Los coches tienen unos modelos muy detallados, tanto por dentro como por fuera, y cuando decimos "dentro" no sólo nos referimos a la cabina. Cuando realizamos modificaciones es posible ver el vehículo desmontado, viendo las principales piezas que lo componen. Algo que, segurísimo, encantará a muchos aficionados del motor. Además, los daños están bien conseguidos, sobre todo en lo que respecta a las deformaciones de la chapa. Los vehículos son todos reales, desde clásicos a Muscle Cars, pasando por supercoches y otros modelos más cotidianos.
Los escenarios "preparados" son aquellos de las misiones, los cuales están, valga la redundancia, preparados por el estudio para que se corran bajo las condiciones ideales, creando así algunas estampas muy resultonas que se ven mejoradas por el uso de scripts, así como la variedad de entornos que es mucho, mucho mayor de la que muchos se imaginan. Las ciudades son muy fieles a los rasgos más icónicos de cada una, y pasar de una a otra siempre es una sensación muy agradable.
Entrando en detalles más técnicos, vemos cómo, a excepción de los coches, The Crew no es un derroche de polígonos, pero sí que cumple con texturas más resultonas, en especial las de la carretera, y efectos de iluminación que cuando se manifiestan se hacen notar. La densidad del tráfico y los peatones es bastante baja, siendo la primera digna de comprender teniendo en cuenta que su presencia entorpece bastante la carrera.
En la parte negativa, tenemos, para empezar, la falta de efectos climáticos, y aparte más popping del que nos gustaría. En los escenarios más abiertos es fácil ver cómo se genera o se "regeneran" –cambiando de modelo poligonal en favor de uno más detallado– diferentes elementos, coches incluidos, por lo que más de una vez hemos tenido una aparición repentina de un vehículo del tráfico frente a nosotros. También hace uso de un antialiasing un tanto extraño, que no funciona siempre muy bien y nos deja con los bordes algunos elementos un tanto serrados.
Sinceramente, creemos que muchos de estos problemas se podrían haber solucionado con algo que además habría mejorado mucho el resultado final, y que además ya está integrado. Con una distorsión de movimiento más marcada y con un desenfoque de profundidad bien medido –ambos efectos visibles en las secuencias generadas por el motor de juego– el resultado gana enteros. De hecho, creemos que el primer vídeo de The Crew hace gala de estos efectos, junto a una iluminación que parece diferente de la final.
En lo sonoro, The Crew mezcla una banda sonora licenciada correcta con una banda sonora original muy destacable. No es que ésta sea una maravilla, pero muchas de las misiones llevan temas compuestos exclusivamente para ellas, y la acción tiene mucha más presencia. Esta BSO ha corrido a cargo de Joe Trapanese, que es el compositor de Tron Legacy, Oblivion y ha trabajado con Daft Punk. Los temas licenciados abarcan muchos géneros, desde la electrónica o el pop hasta la música clásica, y se dividen en emisoras que podemos cambiar en cualquier momento, con la posibilidad de fusionarlas, saltarnos canciones e incluso hacernos nuestra lista con nuestras favoritas del juego.
Como suele ser habitual en Ubisoft, el juego nos llega doblado al castellano, con una serie de voces más acertadas que otras, pero muy correcto. No podemos negar que se pierde la diversidad que vemos en la versión original, pero para seguir una historia muy sencilla y seguir indicaciones está más que bien.
Un viaje sin precedentes
The Crew es un juego que no entra bien. Un sistema de control que viene desajustado por defecto y unas físicas un tanto extrañas echarán para atrás a los menos pacientes, pero a quienes ajusten los controles y le den el tiempo suficiente a su coche para mejorar, pronto descubrirán cuánto tiene este juego que ofrecer. En The Crew puede fallar el primer contacto, pero no creemos que falle la fórmula, al menos de esa manera tan estrepitosa que algunos señalan.
Si disfrutaste con juegos como Burnout Paradise, y si disfrutas jugando con amigos, creemos que The Crew puede ser uno de esos juegos que se beberá tu tiempo mientras te pierdes por la inmensidad de su mapa, intentando superarte en cada una de sus más de 900 pruebas. Éste no es, desde luego, un juego para todo el mundo, pero si encajas en su perfil, se merece una buena oportunidad.