Análisis de Battlefield: Bad Company 2 (PS3, Xbox 360, PC)
Vuelve la Bad Company
Si debemos destacar un género por encima de los demás, debemos hablar de la acción en primera persona –shooters para los que conocemos este mundillo-. Ello se debe al grandísimo y desproporcionado éxito que sagas como Call of Duty están cosechando año tras año, tanto entre la crítica y jugadores, como en las listas de ventas, donde se mantienen durante muchísimas semanas como líderes de ventas. Sin embargo, no menos importante para las desarrolladoras es que sus juegos se mantengan durante el mismo tiempo como los más jugados a nivel mundial, tal y como ocurre con la saga citada.
El fenómeno de la saga de Activision obliga al resto de desarrolladoras a intentar hacerse con una parte del pastel –o del mercado, mejor-, pero este pastel se vende muy caro. Electronic Arts pretende intentarlo una vez más, y parece ser que esta va a ser la definitiva, pues su apuesta definitiva es Battlefield: Bad Company 2, una secuela del "spin-off" de uno de los títulos multijugador más exitosos de todos los tiempos.
Las premisas del título desarrollado por DICE están claras: brindar a los jugadores la posibilidad de disfrutar de uno de los sistemas multijugador mejor elaborados y más divertidos del momento, al tiempo que pretende demostrar que también son capaces de realizar un modo campaña a la altura de las circunstancias, con un apartado técnico explosivo.
Variedad e indisciplina
Que consiga el objetivo depende de muchos factores, pero lo que sí está claro es que este Battlefield: Bad Company 2 mejora todo lo visto y experimentado en la entrega anterior, aunque con algunos cambios. Como secuela que es, volveremos a formar parte de la Bad Company, un grupo de soldados que pese a que pudieran estar condenados al ostracismo por su aparente falta de disciplina, consiguieron salir airosos de misiones de gran calibre y complejidad. En esta ocasión, se nos pondrá en el papel de Preston Marlowe, quien acompañado por el resto del grupo, es decir, el coronel Anderson, Haggard y Sweetwater, deberá cumplir con éxito una de las misiones más complejas que pudiera imaginar: deberán encontrar antes que los rusos un arma de destrucción masiva.
Durante esta misión haremos frente a todo tipo de soldados y vehículos –de los que hablaremos más adelante- y viajaremos de la fría frontera de Sibera a las calurosas y coloridas selvas de Sudamérica. La variedad está asegurada, pero la libertad con la que contaba el modo campaña de la anterior entrega ha disminuido –casi hasta desaparecer- a favor de un modo campaña más intenso –aunque corto, pues su duración se sitúa alrededor de las siete horas-. De tal forma, nos moveremos por un camino prefijado, sin la posibilidad de contar con amplios niveles para realizar las rutinas y estrategias que deseásemos. Ahora esto no ocurre, pero aún así podemos seguir afrontando las situaciones como deseemos, ya que podemos movernos libremente por los escenarios para flanquear a los enemigos, recoger sus armas, etcétera.
Cabe destacar que, cuando flanqueemos a nuestros enemigos, el resto de nuestros compañeros harán gala de una gran inteligencia artificial, pues será entonces cuando más notaremos su apoyo directo, avanzando para atacar con mayor fiereza a los soldados enemigos. En otras situaciones tendremos la sensación de que seremos nosotros quienes debamos realizar toda la faena, pues nuestros compañeros se mantendrán alejados, pero es un detalle que no tiene mayor importancia.
Hemos hablado de que una menor libertad que el título anterior no significa que no podamos actuar libremente, pues el único hecho que merma esa libertad es la existencia de caminos prefijados –además de los eventos prefijados que darán lugar a secuencias y a desplazamientos a nuevos campos de batalla-. Dispondremos de un amplio arsenal de armas con los que afrontar a los duros enemigos, pudiendo escoger entre ametralladoras, ametralladoras ligeras, escopetas, fusiles de asalto, rifles de francotirador, lanzagranadas, granadas y explosivos C4, entre otras armas. Pero lo más importante e interesante, es que existen armas coleccionables que podremos encontrar a medida que avancemos por los niveles, buscando entre las armas dejadas por los soldados enemigos, o en las casas e instalaciones que vayamos encontrando a nuestro paso. Cada arma tendrá algo que la diferenciará del resto y de sus semejantes, con sus pros y sus contras, por lo que tendremos plena libertad para escoger entre las armas que hayamos desbloqueado, ya que cada cierto tiempo nos encontraremos un banco de armas al que podremos acceder de forma sencilla para escoger las dos armas que deseemos llevar –primaria y secundaria-.
Del mismo modo, también podremos encontrar vehículos –como motos de nieve, camiones, tanques, barcas, etcétera- a los que nos podremos montar libremente para movernos por la zona, o a los que deberemos acceder de forma obligatoria para que tenga lugar el evento prefijado y su correspondiente secuencia de vídeo para que la trama siga avanzando. Cabe destacar que la posibilidad de llevar vehículos a nuestro antojo, y con gran facilidad –gracias al excelente control-, es un gran aliciente de cara al jugador, pues aumenta exponencialmente la variedad jugable, así como la diversión. Diversión que también tendrá lugar gracias a los graciosos y chistosos comentarios de nuestros compañeros de pelotón, que en más de una ocasión servirán para liberar tensiones, pues como bien dijimos, la campaña es verdaderamente intensa. En más de una ocasión nos veremos obligados a llevar a cabo tareas tan impactantes como acabar con ciertos soldados armados de nuestro rifle de francotirador, como derribar un helicóptero enemigo que nos sigue a toda velocidad, como escapar a toda velocidad de nuestros enemigos montados en un camión.
Sin duda, un elemento que ayuda a mantener esa tensión y la sensación de batalla es la destrucción de todo elemento del escenario –aunque en más de una ocasión nos podemos topar con algún elemento que para nuestro asombro no lograremos destruir-. Ver como derrumbamos un edificio, destrozamos una torre de vigilancia con la respectiva muerte del francotirador, o hacemos estallar todo tipo de vehículos, hará estremecer de placer a más de un aficionado a la acción. El título de DICE es una obra maestra en este sentido, pues no se ha visto nada igual en ningún otro juego del género. Ninguna cobertura nos hará salvar la vida –aunque en esta entrega es mucho más fácil sobrevivir, pues no necesitamos kits de salud, sino que la regeneración es automática con el transcurso de varios segundos- pues cualquier granada, misil o explosión hará que estemos al descubierto y seamos blanco fácil de nuestros enemigos.
Debemos recalcar que los fans de la anterior entrega no deben asustarse por la ya tan comentada disminución de la libertad, pues gracias a ello el modo campaña ya no es un mero añadido más para un título cuya esencia se encuentra en el multijugador, sino que ahora este modo campaña goza de un excelente nivel si lo analizamos individualmente, sin nada que envidiar a la competencia –en la que muchas veces influye más el nombre que las virtudes con las que cuenta-, y con muchos detalles que lo hacen incluso superior.
La primera potencia multijugador
Como en el resto de títulos de la saga de DICE, este Battlefield: Bad Company 2 destaca por su modo multijugador. Este modo multijugador permitirá a los jugadores disfrutar de una de las mejores experiencias online a través de los servicios de juego en línea Xbox Live y PlayStation Network. El título nos permite adentrarnos en cuatro modos de juego en los que la acción, las explosiones y la destrucción estarán a la orden del día, pero lo más importante, la diversión estará asegurada.
Un detalle importante es que pese al gran número de jugadores que participarán en las partidas –pues en los modos multitudinarios será posible que participen hasta 24 jugadores-, la experiencia será realmente satisfactoria gracias a la existencia de servidores dedicados, por lo que prácticamente no existirá retraso en todo aquello que llevemos a cabo durante las partidas. Es por ello que podremos disfrutar de la mejor de las maneras de cuatro modos de juego que nos proponen distintos objetivos y aportan gran variedad jugable al título.
En el modo de juego Conquista formaremos parte de un equipo y deberemos luchar con firmeza para controlar las banderas. Cabe destacar sobre los campos de batalla, que serán espectaculares en todos los aspectos, pues el tamaño de los mapas será considerable, así como la gran variedad de estrategias que podremos llevar a cabo gracias a la existencia de vehículos –tanques, helicópteros, camiones, etcétera- y la posibilidad de destruir edificios –si conseguimos derruir una casa con algún enemigo en su interior obtendremos la consecuente muerte por demolición-. También contaremos con el modo Asalto, en el que un equipo debe defender las estaciones de comunicaciones del ataque del equipo contrario. Hemos de destacar que los modos de juego no quedan ahí, sino que desde la desarrolladora se ha tenido la brillante idea de incluir dos modos más en los que la experiencia jugable sea diferente, limitando el número de jugadores y la posibilidad de llevar vehículos. Estos serán Patrulla: contra todos –un modo en el que cuatro patrullas se enfrentarán entre ellas para conseguir un objetivo tan sencillo como el de alcanzar el número máximo de puntos para ganar la partida, es decir, cincuenta muertes- y Patrulla: Asalto -una versión reducida de Asalto en el que el objetivo será el mismo que en el modo Asalto, pero reduciéndose el número de personas a dos equipos de cuatro jugadores-. Del mismo modo se ha reducido el tamaño de los mapas para estos dos modos de juego.
Una vez hayamos decidido en qué modo de juego deseamos comenzar una partida, deberemos escoger una clase de personaje de entre las cuatro que hay. Este hecho aumenta las posibilidades y la variedad jugable del título, pues cada clase de personaje cuenta con sus propias armas y características, por lo que deberemos escoger aquel personaje que mejor se adapte a nuestra forma de juego, así como decidir en qué momento cambiaremos de clase de personaje para mejorar nuestro rendimiento o para adaptarnos a las necesidades de nuestro equipo durante la partida. El médico podrá curar a sus compañeros, el asaltante será un soldado con todas las de la ley, la patrulla de reconocimiento contará con un rifle francotirador con el que acabar con los enemigos a larga distancia, y el ingeniero podrá reparar y suministrar a los compañeros.
Los puntos de experiencia y los rangos estarán presentes una vez más, como es costumbre en el género, y ello significa que a medida que vayamos obteniendo experiencia gracias a nuestras actuaciones durante las partidas multijugador, podremos desbloquear nuevas armas para las diferentes clases. Cada una presenta sus requisitos de experiencia, así como distintos tipos de armas, por lo que una vez más deberemos decidir cuál es la clase que deseamos mejorar para obtener de ella todo el rendimiento posible. Lo que está claro es que si deseamos sacar todo el provecho a este gran modo multijugador, deberemos permanecer durante mucho tiempo enganchados al título, ya que este sistema multijugador es casi infinito, gracias en parte a las actualizaciones que desde la desarrolladora se llevarán a cabo cada cierto tiempo, con la inclusión de nuevos mapas, armas, etcétera –siempre y cuando contemos con un código VIP que nos permitirá acceder a determinados contenidos exclusivos-.
Sinfonía de destrucción
El apartado técnico de Battlefield: Bad Company 2 es simplemente excelente. Los mapas cuentan con un altísimo nivel de detalle, tanto en el modo campaña como en el multijugador, y la destrucción de todos los elementos de los escenarios no se ha visto en ningún otro título hasta la fecha. Esto hace que cada partida que juguemos sea distinta a la anterior, pero lo más importante es que todas serán épicas. Las explosiones, las partículas, la demolición de edificios, y el tamaño y calidad de detalle de los escenarios y paisajes quitarán el hipo a más de uno. Todo ello acompañado por un gran nivel de detalle en el modelado de unos personajes que cuentan con una grandísima expresividad.
Las explosiones y la destrucción de edificios no sería lo mismo si el juego no contase con un apartado sonoro tan realista y de tanta calidad. Ello permite que el jugador se vea inmerso en la acción con gran facilidad, pudiendo ser partícipe de la intensidad comentada casi al principio del artículo. Si a ello le sumamos que la banda sonora se adapta a la perfección a la historia y que podemos escuchar en nuestro idioma todo aquello que estos indisciplinados soldados quieran decir se nos viene una pregunta a la mente…¿qué más podemos pedir?
No lo dejes pasar
En conclusión, Battlefield: Bad Company 2 es la mejor apuesta del género en la actualidad y va a convertirse en uno de los juegos del año. Mejora muchísimo la experiencia jugable que brindaba su antecesor, dejando claro que la desarrolladora va a la carga para hacerse un hueco entre los grandes del género. La intensa campaña ya no es un mero añadido, y la disminución de la libertad no es para nada un punto negativo, pues lo que más nos importa es la diversión, y esta aumentará con creces, sobre todo en el modo multijugador online, que se define como uno de los más completos y variados de la actualidad, pues cada partida será distinta gracias a las infinitas posibilidades relacionadas con el tamaño de los campos de batalla, los vehículos y las clases de personajes. Sin duda, el juego de DICE ha puesto toda la carne en el asador y es un título que ningún poseedor de Xbox 360 o PlayStation 3 debería dejar pasar a poco que le guste el género, pues le va a quitar el hipo en más de una ocasión.