Análisis de Manhunt 2 (PS2, PC, PSP)
Llega a nuestros hogares uno de los juegos que más polémicas ha levantado en los últimos meses, debido a la elevada dosis de violencia explícita que ofrece y a la temática descarnada que da vida a su argumento: Manhunt 2.
Damián Riera ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7
SONIDO
8
NOTA
7.3
DIVERSIÓN
7
JUGABILIDAD
7.5
Análisis de versiones PS2, PC y PSP.
Otros análisis: Wii
Rockstar Games es una compañía que, desde siempre, ha suscitado cierta polémica por la temática y desarrollo de sus títulos. Sin ir más lejos, la saga GTA (sobretodo sus últimas entregas, desde la aparición del genial GTA 3) ha sido recibida con suspicacia en según qué zonas, llegando a recibir censura por las autoridades de determinados países. El caso de la saga Manhunt es aún más descarado: directamente, ha sido desde siempre una de las sagas malditas de Rockstar, cuyo primer título recibió duras críticas, censuras e incluso prohibiciones en algunos países por la crueldad de sus escenas y la violencia que destilaba todo el juego.
Manhunt 2, el título que nos ocupa, ha sido otro título de Rockstar Games marcado desde sus inicios por la maldición de la censura, llegando a ser prohibido en algunos países incluso antes de su salida al mercado, hecho que ha provocado que la compañía haya tomado cartas sobre el asunto, censurando las escenas más violentas del juego. Así, la versión que hoy podemos disfrutar en nuestros hogares es, fundamentalmente, una versión ‘castrada’ respecto al juego original. Sin entrar en juicios morales sobre si ésta ha sido la elección más acertada, y sin poner en tela de juicio la supuesta ‘libertad de expresión’ de la que gozamos en la sociedad actual, analizaremos el juego de acuerdo con lo que ahora es, pero teniendo en cuenta lo que inicialmente pretendía ser, esto es, un juego sin ningún tipo de censura en el que el morbo y lo macabro acaban por convertirse en piedras angulares de su desarrollo, y en el que, sin duda alguna, la violencia explícita de sus imágenes y la singular polémica que éstas han suscitado han sido uno de sus principales ganchos de cara a su éxito frente al público.
Por fin, un argumento en condiciones…
Si podía achacársele un fallo realmente importante a la primera entrega de la serie Manhunt, era la falta de un argumento que diera un poco de coherencia a la acción del juego. Nos movíamos dentro de la ciudad que daba vida a los escenarios del juego, Carcer City, sin más motivación que la de sobrevivir. Si bien es cierto que la sensación de terror psicológico creada debido a este hecho - el hecho de que fuéramos más víctima que cazador, en entornos repletos de asesinos que buscaban nuestra cabeza - era grande, y nos ponía en un estado de tensión como pocos juegos de sigilo han conseguido, la verdad es que, en el fondo, echábamos de menos una línea argumental que nos explicara algo más del personaje protagonista, o de aquéllos que lo encerraron en esa maldita ciudad…
Esta vez contamos con un guión, directamente extraído de la pluma de los desarrolladores de Rockstar, como no podía ser de otra manera. Así, podemos esperar que no se tratará precisamente de vidas ejemplares y familias felices… En la introducción del juego, las imágenes nos muestran los exteriores de lo que parece un sanatorio mental, el Dixmor Insane Asylum, donde ha ocurrido un desastre que nadie podía prever: en medio de una tormenta, la instalación eléctrica del sanatorio se ha ido al traste, dejando libres a todos los internados. Y ahí entra en juego nuestro protagonista. O quizás debiera de decir ‘nuestros protagonistas’, ya que ambos irán siempre de la mano durante toda la acción del juego y, de hecho, en ocasiones controlaremos a uno y en otras, al otro. Nuestros protagonistas son Daniel Lamb y Leo Kasper, y comenzaremos la historia sin apenas saber nada de ambos. Y, por supuesto, nuestro objetivo fundamental en el juego será recuperar la memoria perdida de Daniel, quien no recuerda absolutamente nada acerca de su pasado.
Así, Leo ayudará a Daniel a huir del sanatorio mental, que, por otra parte, funcionará a modo de introducción a los personajes de la historia y tutorial del juego, ofreciéndonos las instrucciones básicas para el manejo de nuestro personaje en un juego que, fundamentalmente, se basa en el sigilo. Desde el principio veremos que el juego cuenta con gran cantidad de rincones ocultos por las sombras, los cuales utilizaremos para ocultarnos de la visión de nuestros enemigos. Veremos como la barra de vida de nuestro personaje, de color blanco en la esquina inferior derecha de nuestra pantalla, pasa a tomar un color azulado cuando nos ocultamos entre las sombras. Contaremos con otros movimientos propios de los juegos de este tipo, como la habilidad de pegarnos a las paredes, asomarnos en las esquinas o caminar sigilosamente, sin hacer ningún tipo de ruido incluso en los terrenos repletos de grava, en los que si caminamos con normalidad delataremos nuestra presencia al resto de personajes debido a los ruidos de nuestros pasos sobre las piedras.
Descubriremos en una fase temprana del juego que una organización llamada El Proyecto anda tras nuestros pasos, y, por lo visto, ellos tienen mucho que ver con nuestra pérdida de memoria. Así que, ni cortos ni perezosos, nos dirigimos a los lugares que vamos recordando como parte de nuestra vida pasada, a veces en secuencias extraídas de la memoria de Daniel, en ocasiones gracias a los recuerdos de Leo, para recuperar poco a poco todos nuestros recuerdos. Y aquí, de nuevo, entra en juego las ‘ejecuciones’ que tanta fama dieron a la primera parte de la saga. Si bien es cierto que, en esta ocasión, no deberemos matar únicamente para sobrevivir, sino para recuperar nuestra salud mental, lo que puede ser una motivación más para llegar al final del juego.
Una vez nos hemos ocultado de los enemigos, hemos de, cuidadosamente, seguir sus pasos para poder ejecutarlos sin ser vistos. Para ello, contaremos con un radar en la parte inferior izquierda de nuestra pantalla, el cual nos indicará los movimientos de nuestros enemigos y la dirección en la que éstos estén mirando. Eso sí, deberemos, no obstante, de andar con cuidado, porque si éstos deciden quedarse quietos y no hacen ningún ruido que nos permita localizarlos, no podremos detectarlos en el radar. Así, en ocasiones saldremos confiados de no encontrarnos a nadie por el camino para descubrir, penosamente, que teníamos a un personaje quieto a nuestras espaldas. Y una vez detectados sólo nos quedan dos opciones: enfrentarnos cuerpo a cuerpo con nuestros enemigos, cosa que no recomendamos a nos ser que debamos de lidiar con sólo un enemigo cada vez (enfrentarse con varios enemigos a la vez tiene como resultado una muerte casi segura), o huir hasta perderlos de vista y poder ocultarnos de nuevo tras las sombras.
Si hemos conseguido pasar desapercibidos de nuestros enemigos, el próximo paso será atraer a uno de ellos (o esperar pacientemente a que venga solo) mediante unos golpecitos en la pared, o lanzando algún objeto en las proximidades que llame su atención. Y, una vez lo tengamos cerca, aproximarnos por su espalda sin ser vistos para dar rienda suelta a nuestros instintos asesinos. Al pulsar el botón cuadrado al encontrarnos cerca de las espaldas de un enemigo, veremos cómo parpadea una mira sobre su cabeza, la cual va cambiando de color mientras escuchamos los latidos cada vez más rápido de lo que se supone que es nuestro corazón. Una vez liberemos el botón, comenzará el ataque. Existen tres tipos de ataque, dependiendo del tiempo que hayamos tenido mantenido el botón, yendo desde un ataque rápido hasta un ataque en el que, realmente, nos recrearemos en la ejecución del pobre diablo que haya caído en nuestras garras.
Y éste es el preciso momento en el que entra la censura sobre la que tanta tinta ha corrido. Las escenas más violentas del juego, las referentes a las ejecuciones más sangrientas, en las que veíamos decapitaciones, amputaciones de miembros, vísceras y hasta castraciones, han sido veladas por una serie de efectos, deformaciones de la imagen y filtros que no nos dejan ver la escena con claridad. Alguno podría pensar que las escenas en las que no se ven las imágenes con claridad son las que más terror provocan, como hemos podido ver en algunas obras maestras del cine de género, pero en este caso hay que tener en cuenta que las escenas difuminadas no estaban inicialmente programadas en el juego, y el hecho de que el ambiente del juego sea tan oscuro, lleno de tonalidades grisáceas que, en ocasiones, confunden a los personajes con su entorno, hace que, al deformar y filtrar la imagen, acabemos por no saber qué narices está pasando en la escena. Vamos, que no podremos ni imaginárnoslo. Oiremos los aullidos de nuestra víctima, sí, pero poco más podremos discernir. Una lástima, ya que después de todo el trabajo que representa dar con una presa y llevarla hasta nuestro lado sin ser descubiertos, el hecho de que las escenas de ejecución no se vean en absoluto claras hace que todo el asunto pierda gran parte de la gracia.
Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que el hecho de estar ocultos entre las sombras no asegura que no seamos vistos. En ocasiones, nuestros enemigos podrán acercarse demasiado, y si entrar en contacto físico con nosotros, estaremos perdidos. Por otro lado, a veces los personajes del juego buscan intencionadamente entre las sombras, en cuyo caso deberemos de presionar rápidamente una secuencia de cotones que nos indicará el juego para contener la respiración para no ser descubiertos y poder salir bien parados del momento. Y un detalle más: algunas armas harán más ruido que otras, aún al realizar las ejecuciones a espaldas de todo el mundo. Si ejecutamos a un enemigo con una pistola, el disparo alertará a los guardianes de las proximidades, y en pocos instantes los tendremos a todos encima.
En algunos niveles del juego manejaremos armas de fuego, como ametralladoras, revólveres, rifles de francotirador o escopetas. La verdad es que el control del personaje en estos casos deja bastante que desear, sobretodo en la versión de PSP, ya que, al no poseer un segundo mando analógico para controlar la cámara, apuntar a un objetivo concreto se convertirá en toda una odisea en la que deberemos de pulsar varios botones para conseguirlo, hecho que no ayuda para nada en los momentos en los que el tiempo juega en nuestra contra. En este aspecto, el manejo en la PlayStation 2 es mucho más cómodo, en general, aunque se nota especialmente en las escenas en las que deberemos de apuntar con algún arma. Aún así, volarle la tapa de los sesos a un enemigo siempre es un espectáculo digno de ver, aunque queda patente que nuestro personaje no es, precisamente, un especialista en armas de fuego, como descubriremos durante la acción del juego.
Apartado técnico
El apartado gráfico de Manhunt 2 es una delicia visual. La verdad es que entre las versiones de PS2 y PSP no existen apenas diferencias, aunque la versión del juego para consola doméstica ofrece un mayor nivel de detalle en las texturas. Aún así, no es nada especialmente notorio, y tanto una como la otra lucen ampliamente en este aspecto. Detalles como los filtros con los que veremos la imagen, con líneas centelleantes sobre la imagen del juego como si de una grabación en vídeo se tratase, algunos filtros de color en los estados alterados de la mente de Daniel, los movimientos de cámara que veremos al acechar desde las sombras, imitando la respiración de nuestro personaje, o los bamboleos de la pantalla al asomarnos en las esquinas, son aspectos que, ciertamente, dan un toque de calidad muy notable al conjunto. Además, sirven a la perfección a su propósito: ponernos un poco más nerviosos durante los momentos más comprometidos del juego.
El modelado de los personajes es lo suficientemente variado para no aburrirnos, y los movimientos de los mismos, así como los de nuestros protagonistas, están muy bien realizados. Los escenarios, parte muy importante del conjunto, están perfectamente realizados, yendo desde antros en los que podremos ver espectáculos pornográficos (acompañados de una ‘banda sonora’ adecuada a las circunstancias), hasta almacenes abandonados, las alcantarillas de la ciudad o complejos residenciales donde la convivencia es, a vista de todos, pacífica… La verdad es que los escenarios dan una sensación general de agobio y claustrofobia que nos ayudará aún más a sumergirnos en la historia, con localizaciones que, sinceramente, en ocasiones dan bastante repelús.
El único defecto de todo el aspecto gráfico del juego es la inclusión de la censura en las escenas más truculentas. Si bien podría haber dado mucho juego el hecho de añadir filtros a las escenas de violencia, si éstos hubieran estado bien implementados, realzando incluso el estado de ansiedad y rabia del personaje, al haberse aplicado las deformaciones ‘por encima’ de un juego para el inicialmente no habían sido pensadas, el resultado no ha sido lo mejor que cabía esperar. Una lástima, ciertamente, porque, por lo demás, el aspecto gráfico del juego es muy notable.
El apartado sonoro del juego está, a su vez, a la altura de las circunstancias. Si bien la banda sonora del título pasa bastante desapercibida, debido a su carácter minimalista y a una instrumentación que, en ocasiones, se confunde con el entorno sonoro, acompaña perfectamente a la acción, sobretodo en los momentos de mayor tensión. Cuando la música acelere, observaremos cómo nuestro propio corazón se pondrá a cien, ya que dicha aceleración significará que, o bien hemos sido descubiertos, o bien algo importante (y seguramente desagradable) está a punto de suceder. Por otro lado, el catálogo de efectos sonoros es amplio y, todo hay que decirlo, espeluznante. Los sonidos de huesos quebrados y sangre derramada durante las ejecuciones, junto a los aullidos ahogados de nuestras víctimas, harán que palidezcamos de horror en más de una ocasión.
Además, las voces con las que cuenta el juego son muchas y variadas, tanto en los momentos de la narración como durante la propia acción del juego, en la que escucharemos exclamaciones de todo tipo por parte de nuestros enemigos. Eso sí, es una lástima que los desarrolladores del juego no hayan tenido en cuenta la opción de traducir el título: todas las voces estarán en perfecto inglés, y los subtítulos del juego, además de ser un tanto pequeños, no cubrirán todas las voces del juego, con lo que si no entendemos el inglés nos perderemos parte de la gracia de las mismas.
La jugabilidad, como ya hemos dicho, está mucho mejor lograda en la PlayStation 2 que en la PSP, debido a la utilización del segundo mando analógico, aunque esto, realmente, sólo será notorio en algunas escenas del juego. Por lo demás, el juego cuenta con un control bastante intuitivo que nos permitirá, a partir de los primeros minutos de la aventura, ejecutar sin problemas a diestro y siniestro, ocultándonos y acechando a nuestras víctimas desde las sombras. Por otra parte, los giros argumentales con los que cuenta la historia nos engancharán de principio a fin durante las quince horas que, aproximadamente, dura el título, debido a la coherencia y buena realización del guión, que, si bien no es lo más original del mundo, si es digno de una buena producción cinematográfica. Una vez nos enfrasquemos con él, estaremos en todo momento deseando llegar al final de la historia, donde nos esperan las mayores sorpresas de toda la aventura…
Conclusiones
Manhunt 2 es un buen juego que, en muchos aspectos, supera a su predecesor. La inclusión esta vez de un guión en condiciones, la genial ambientación gráfica y sonora del juego, y el aspecto macabro y morboso del mismo - dado, sobretodo, por sus violentas ejecuciones – hacen de él un juego de acción y sigilo que vale la pena tener en cuenta. Desgraciadamente, un juego que podría tener una nota más elevada se queda con un resultado menor de lo esperado debido a la lamentable implementación de la censura en las escenas más violentas. No juzgamos la censura en sí, pero sí la realización de la misma, la cual no ha conseguido más que bajar mucho el nivel gráfico del título. Aún así, es un título notable que gustará a los seguidores de los títulos de Rockstar Games, a los amantes del cine gore y de terror, y a los jugadores que gusten de los juegos de acción y sigilo, por supuesto.
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