Análisis de Lemma (PC)
No creemos que nadie dude que Mirror’s Edge marcó un antes y un después en el mundo de los videojuegos. Un título original y único, reconocible de manera inmediata con apenas unos segundos de sus dos pilares básicos: su jugabilidad y estética. Mirror’s Edge también se ha convertido en un gran ejemplo de "postureo gamer", con una gran cantidad de, en teoría, fans, que no coincide con las cifras de ventas que registró el título original. En cualquier caso, DICE está preparando su secuela, y aquellos que de verdad busquen amenizar la espera –y no por salirse de la corriente mainstream de la industria– hasta el retorno de Faith Connors, tienen aquí un título que nos ha parecido, cuando menos, interesante.
El juego que nos ocupa hoy, Lemma, es un juego que ha sido desarrollado casi en solitario durante más de cuatro años y medio por Evan Todd. Se trata de un título de aspecto independiente, pero que, como muchos proyectos de esta índole, consigue sorprendernos por su particular mezcla.
Parkour, exploración y puzles
Lemma nos lleva hasta un extraño mundo realizado a base de cubos –a lo Minecraft, pero salvando las diferencias, como veis en las pantallas–, a donde, para empezar, no sabemos cómo hemos llegado. Al parecer, la idea es salir de allí, y para ello tiraremos de nuestras habilidades de parkour, esa especie de deporte de riesgo que consiste en llegar del punto A al punto B de la manera más creativa posible.
Así, prácticamente sin más, comenzaremos nuestra saltarina aventura. Poco a poco iremos descubriendo la historia desde dos fuentes. La primera, nos llega a través de una serie de cartas repartidas por el escenario, más o menos ocultas, y que parecen llegar de las manos de alguien que sabe qué está pasando. La segunda, nos llega a través de un amigo. Cuando nos acercamos a puntos de "cobertura", nuestro móvil tendrá señal suficiente para comunicarse con él. Este contacto parece saber qué está pasando y estar dispuesto a ayudarnos, e incluso normalmente podemos elegir entre varias preguntas para hacerle, algo que le da un interesante valor narrativo que se expande con sus cuatro finales.
Esta ambientación es tan importante para el desarrollo de juego como su jugabilidad (en la que profundizaremos en un momento), pero es lo que más atrae en un primer momento. Una visión tan onírica y extraña, esa apuesta por lo cúbico sin recurrir al pixel-art, y momentos en los que vemos el escenario generarse ante nosotros, señalando el camino. Quizás, si no os atrae lo propuesta visual el resto del juego os parezca mucho menos atractivo, pero si, como ha sido nuestro caso, os gusta lo que veis, es un gran añadido para la aventura.
Lo que es la jugabilidad pura y dura, nos mezcla puzles y plataformas en primera persona con el parkour como elemento diferenciador. Así, este título nos ofrece, por una parte, algo ya conocido, como es el correr, saltar, agarrarnos a los bordes y correr por las paredes, con unos puzles bastante interesantes. Generalmente, estos exprimen la exploración del escenario, llevándonos a buscar "interruptores" que activen las puertas que nos permitan progresar. Así, muchas veces el primer problema será encontrar la ubicación, y luego averiguar cómo llegar hasta allí. Puede parecer una mecánica algo simplista, pero el diseño de los escenarios hace mucho bien a su ejecución.
No es perfecto, pero generalmente satisfactorio
Como veis, la experiencia de Lemma nos ha gustado, pero tiene una serie de aspectos que evitan que sea un título superior. Lo más chocante son las animaciones de la protagonista, algo torpes para un plataformas en primera persona. Es cierto que es más molesto al principio, porque parece que lo que vemos no coincide con el personaje, ya que su desplazamiento por el escenario es bastante bueno. Poco a poco nos acostumbraremos a ignorar sus animaciones y a confiar en nuestro instinto, ya que, como decimos, la interacción del personaje con el entorno es correcta, pero no sabe plasmarlo bien.
Un arma de doble filo es el argumento, que estamos seguros de que conseguirá atrapar a más de uno, pero que también cansará a otros tantos por su naturaleza metafísica y un tanto surrealista. Lo mismo sucede con los escenarios; cambiamos de ambiente –iluminación, texturas, fotografía...– pero en el fondo su estética cúbica lo encasilla y limita su evolución. Por último, su interfaz es tremendamente simple, casi propia de una beta, aunque efectiva a más no poder.
Si le perdonamos estos altibajos, Lemma consigue sorprender por su naturaleza imprevisible, sus entornos en constante cambio, sus peligros inesperados y las sensación prácticamente constante de descubrimiento. A pesar de lo sencillo que es en lo jugable –apenas necesitamos tres botones–, tiene esa profundidad de sincronizar los movimientos, y además con el añadido de que nunca sabes dónde puede aparecer una pared o cuál puede ser el próximo "movimiento" del escenario.
Aspectos audiovisuales
Lemma es bastante sencillo en lo visual, y funcionará perfectamente bien en cualquier ordenador medianamente moderno. Es cierto que tiene personalidad, aunque a la vez transmite la sensación de ser algo que ya hemos visto algo; como muy "independiente" que no es la primera vez que se hace, si nos entendéis así. Pero bueno, pensamos que encaja con ese ambiente misterioso al que quiere llevarnos. También, comentar lo que acabamos de decir de las animaciones. Con escenarios angulares parece más fácil poder hacer que las animaciones "encajen" con el entorno, pero el personaje flota prácticamente ante cualquier contacto. Por suerte, no es algo que afecte a lo jugable. Una pequeña mención a lo sonoro, con unos efectos correctos y una banda sonora con destellos de calidad, aunque no sabe hacerse notar mucho.
Un interesante giro al parkour
A pesar de que tiene algunos detalles que no terminan de convencer, Lemma nos parece un juego recomendable, una apuesta original que a nosotros nos ha gustado, y que si te atrapa, puede convertirse en una experiencia de lo más satisfactoria. Además, su editor de escenarios e integración con Steam Workshop, sus desafíos contrarreloj y su compatibilidad con Oculus Rift le dan valor añadido. Eso sí, aunque a nosotros nos ha gustado, por lo particular de su concepto os recomendamos probarlo antes de comprarlo.