Análisis Grapple Force Rena, de los creadores de Freedom Planet (PC)
Es posible que os suene Freedom Planet, un juego inspirado en Sonic realizado en Multimedia Fusion que apareció de manera comercial en julio de 2014. Cuando realizamos el análisis en Vandal hablamos del poco caso que se le había hecho a nivel de crítica, y el tiempo nos dio la razón, porque al aparecer en dispositivos Nintendo (con sus Nintendo Direct por medio), los medios le han acabado haciendo algo más de caso, y con el tiempo su popularidad ha crecido hasta una cantidad razonable, acorde a la calidad de su desarrollo.
En el momento de analizar este Grapple Force Rena el equipo de Galaxy Trail se vuelve a encontrar en un momento similar, ya que, por razones igualmente oscuras, casi nadie ha hablado de este este juego hasta ahora, y eso que ya lleva un par de semanas en el mercado.
Y eso que la génesis de este juego es bastante distinta de la de Freedom Planet. Conocido originalmente por una campaña de financiación en Kickstarter, que precisamente terminó al poco de publicar la primera versión de Freedom Planet. El juego originalmente no es de Galaxy Trail, sino de Tim Jenkins, que anteriormente había realizado el sencillo juego Spectrum Spelunker. Tras el relativo éxito de su campaña (no pedía mucho y consiguió algo más de lo necesario), se acabó convirtiendo de un juego gratuito para navegador web (podéis probar la demo aquí) en todo un juego comercial, por ahora para PC (sería raro que no apareciese en consolas Nintendo tras el éxito de Freedom Planet).
Y lo cierto es que Grapple Force Rena es, dentro de su humildad, un desarrollo bastante redondo. La historia tiene un inicio sencillísimo, con alguna brizna de temas interesantes, pero al principio es tratada como una excusa para poder poner sobre la mesa un montón de mecánicas jugables. Nos ponemos en la piel de Rena, una heroína (es curioso que durante el juego se diga hero constantemente, pero es heroine) que siempre ha querido serlo, y que por fin encuentra su oportunidad: su villa, su mundo, son atacados por un ejército de robots, y es el momento de poner en práctica todo lo aprendido del uso de un extraño brazalete que le permite lanzar rayos de los que colgarse y coger cosas, así como su capacidad para rebotar en las paredes.
Con este inicio nos encontramos con un juego que tiene, de nuevo, unas influencias claras en videojuegos del pasado. Podemos hablar de Mischief Makers, el juego de Nintendo 64 de Treasure, pero también podemos hablar del juego de culto Umihara Kawase, que ha tenido una segunda vida gracias a la distribución digital (o la limitada física), o incluso del clásico de Capcom para recreativa, Nintendo Entertainment System y que posteriormente tuvo sus nuevas entregas, Bionic Commando.
Si juntamos estas piezas, y añadimos un estilo muy seguero de 16 bits de hacer las cosas que ya vimos en su momento en Freedom Planet, nos hacemos una idea de cómo es el juego.
A diferencia de otros títulos de plataformas en los que cada fase es igual que la anterior, podemos decir que aquí vemos una exuberancia de ideas y de mecánicas propia de juegos de Treasure o de la SEGA de Ristar, Tempo u otras obras muy interesantes. Por ejemplo, la primera fase sí que es de encontrar la salida, pero la segunda ya vemos que tenemos que encontrar y destruir a los enemigos, y para ello contamos con una guía que nos indicará el camino más fácil. Hay fases de acción, fases de carreras, fases de puzles, fases de plataformas, y fases con vehículos. Y a pesar de toda esta exuberancia, el juego se puede completar en una cantidad de tiempo de menos de diez horas, lo que indica la intensidad de la partida.
No queremos dejar de lado el hecho de tener que derrotar enemigos, cuando Rena, por sí misma, no tiene ningún arma, aunque tiene una capacidad de aguante de golpes notable (seis cuadrados que se recuperan cuando encontramos cuatro piezas rosas). Así, el rayo de su brazalete le permite coger enemigos, y una vez atrapados podemos hacer dos cosas con ellos: la primera es lanzarlos contra diferentes lugares de la pantalla, en cuyo caso tendremos que tirar a muchos enemigos varias veces para poder derrotarlos, pero también podemos lanzar un enemigo contra otro, de manera que acabaremos, y nunca mejor dicho, con dos pájaros de un tiro.
La variedad de los enemigos es muy notable, aunque principalmente encontraremos robots, pero dentro de esos robots hay una variedad a tener en cuenta, porque el mismo modelo lo podemos encontrar con escudo (lo que requiere de otra estrategia), con espada, con pistola, sin nada extra, etc… Además, encontraremos otros personajes con los que interactuar, lo que puede incluir llevarlos con nosotros para que nos ayuden o incluso a manejarlos, y también hay algún enemigo carismático que nos planteará algún reto muy interesante.
Los controles de este juego están pensados para ratón (por el hecho de apuntar hacia donde lanzamos nuestro rayo) y teclado, pero lo cierto es que se controla sin ningún problema también con el mando. Plantea los retos de manera relativamente relajada, de manera que aunque hay algunos momentos de dificultad alta, normalmente no nos pillan demasiado por sorpresa o nuestro protagonista tiene suficiente capacidad de aguante como para poder intentarlo otra vez.
Visualmente estamos ante un juego que está un punto por debajo de Freedom Planet. No es que esté mal, ni mucho menos, e incluso tiene algunos detalles realmente interesantes, pero en general hablamos de un juego humilde, lo cual es lógico si tenemos en cuenta que casi todo está hecho por una persona. La animación tiene en cuenta el ángulo de disparo de nuestro rayo, y hay que decir que Rena (que tiene cierto parecido a Alex Kidd) no tiene una cantidad de animaciones especialmente grande. Pero tanto los decorados, como los enemigos, son muy variados, todo tiene un gran colorido, y en bastantes ocasiones nos encontraremos con efectos especiales o detalles interesantes.
El sonido, de nuevo, nos recuerda notablemente al chip Yamaha YM2612, el que opera en la Mega Drive, además de otros dispositivos no tan conocidos como el FM Towns, lo que lo pone por encima a nivel de trabajo del clásico sonido chiptune que podemos encontrar en otros juegos neo retro. Suelen ser composiciones con cierto nervio, con varios canales funcionando a la vez, y a pesar de que este juego no es especialmente nervioso, no acaba de quedar mal en ningún caso, y aporta cierta épica en algunos momentos. Por desgracia este juego está sólo en inglés, y como pasó con Freedom Planet, dudamos mucho que se traduzca a otros idiomas.
Conclusiones
Grapple Force Rena es un divertidísimo juego de plataformas, lleno de personajes simpáticos, mundos interesantes, y sobre todo mucha imaginación en el desarrollo. Su historia empieza muy floja, pero poco a poco se va cogiendo hasta ofrecer un final relativamente épico y sorprendente. Esperamos que en el futuro Tim Jenkins quiera seguir haciendo videojuegos, y que veamos a Rena y sus amigos en otros dispositivos y otros títulos. Por ahora no podemos más que recomendaros este juego, y esperar a que otros se hagan eco de sus posibilidades.
Hemos podido analizar el juego gracias a un código proporcionado por Galaxy Trail.