Análisis Double Cross, plataformas con un toque detectivesco (PC, Xbox One, Switch)
Según la industria madura, es normal que se vuelva más experimental, y que cada vez queden menos géneros por mezclar. Ahora, el equipo detrás de
Plataformas, diálogos y acción
Double Cross es un juego de acción y plataformas con un notable componente de narrativa, que combina fases tradicionales de desarrollo lateral con otras más propias de un juego de rol, en las que tenemos que hablar con diferentes personajes para resolver un misterio e ir consiguiendo los preparativos para desbloquear la siguiente misión. Pero vayamos por partes.
Lo primero, las fases de acción y plataformas. Zahra, nuestra protagonista, es capaz de saltar y luchar con la habilidad de una especie de gancho de protones, que nos permite agarrarnos a ciertas superficies o agarrar ciertos objetos. Esto, unido a un muy buen diseño de escenarios, ofrece niveles muy interesantes y divertidos, con el nivel de desafío justo para ser emocionantes sin llegar a ser frustrantes.
Esta parte es, con diferencia, donde más brilla Double Cross. Movernos con este gancho es muy, muy divertido, y si a esto le añadimos peculiaridades de cada nivel, como elementos gelatinosos por los que podemos nadar (al estilo Super Mario 3D World, plataformas con temporizadores o puntos de agarres "negativos" (que nos lanzan en la dirección equivocada), nos queda una aventura muy entretenida… hasta que llega el combate.
El combate no tiene apenas profundidad ninguna, y aunque vamos desbloqueando diferentes habilidades y el juego nos ofrece diferentes herramientas para luchar, acaba convirtiéndose en una serie de peleas rutinarias que ofrece poca diversión. Es una pena, porque es obvio que 13AM Games ha puesto esfuerzo crear situaciones diversas, pero el núcleo del sistema de combate falla, y lejos de aportar variedad a los niveles, interrumpe el flujo del plataformeo.
La mayoría de los combates, al menos, son opcionales, y sólo tenemos que luchar si queremos recolectar la energía que nos permite recuperar salud, algo que, al fin y al cabo, es bastante útil. Pero hay otros tramos en los que tenemos que derrotar a varios grupos de enemigos para poder progresar, y ahí el combate es inevitable. En el combate se salvan algunos jefes, pero en general nos habría gustado mucho que saliese mejor, ya que tiene buenas ideas al respecto, como el desbloqueo de habilidades y poder personalizar a tu personaje en cada punto de control.
El elemento diferenciador de Double Cross, esa especie de narrativa combinada con juego de detectives, tampoco acaba de cuajar. Al progresar, nos vamos encontrando diferentes objetos por los escenarios que tenemos que llevar a la base y presentárselo al compañero adecuado para que nos ayude a presentar el caso a la directora, y desbloquear la siguiente fase o el siguiente jefe.
El problema es que esto no tiene ningún interés real. Es cuestión de seguir hablando con todos los personajes hasta acertar; no hay ninguna penalización por fallar. Así, esta mecánica de detective a priori prometedora se convierte en un trámite que se reduce a unos paseos por las oficinas, y que nos aleja, una vez más, de lo mejor del juego: las plataformas.
Una puesta en escena con altibajos
Double Cross apuesta por una estética que el propio estudio clasifica como "tradicional de videojuegos y anime". El diseño de los personajes nos gusta y nos parece acertado, al menos en las ilustraciones que vemos en los diálogos. A la hora de jugar, nos gusta bastante menos. Los escenarios están muy vacíos, los personajes son muy simples y todo tiene un aire a juego Flash que no nos termina de convencer.
Hay algunos escenarios y personajes más inspirados que otros a nivel artístico, pero en general nos parece que se queda bastante corto para el estilo que busca. Eso sí, tiene detalles muy buenos, como que se han traducido elementos del escenario. Por ejemplo, en la base central, las salas tienen escrito su nombre en español. El resto del juego, por supuesto, está también traducido.
En lo que respecta a la música, tenemos efectos de sonidos correctos y música muy sencillita que acompaña bien, sin ser memorable en ninguno de los casos.
Decisiones equivocadas
Double Cross es un juego que hace algunas cosas muy bien, y otras bastante peor. Nos habría gustado que se centrase en las plataformas, que son muy divertidas gracias al gancho de protones, así como darle una mayor profundidad al combate. Al final, las peleas y las secuencias de narrativa y detective van en detrimento de la experiencia, rompiendo ese ritmo tan bueno que consigue con las plataformas.
Al final, nos queda un juego que quizás se lo podríamos recomendar a jugadores jóvenes, que puedan disfrutar de ese componente de la historia y de ese combate tan simple, aunque tiene algunos picos de dificultad un tanto altos para niños. Si alguna vez recibe una secuela que mejore esos problemas (y, de camino, cambie el apartado artístico), podría salir un auténtico juegazo.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código proporcionado por VIM Global.