Análisis de Yoshi's New Island (Nintendo 3DS)
Cuando Super Mario World 2: Yoshi's Island se lanzó en Super Nintendo en 1995, definitivamente no era la secuela de Super Mario World que muchos esperábamos ver. Se trataba de un juego completamente nuevo cuyo único parecido con su predecesor radicaba en que se trataba de un título de plataformas en 2D. ¿El resultado? Uno de los exponentes del género más brillantes que hemos tenido el placer de jugar jamás, y que todavía a día de hoy, casi 20 años después, sigue manteniéndose tan fresco y divertido como el primer día.
Por eso, el lanzamiento de este Yoshi's New Island ha conseguido tenernos a muchos expectantes, ya que tras una segunda parte para Nintendo DS algo decepcionante (Yoshi's Island DS), Nintendo nos había prometido recuperar la jugabilidad de aquella obra maestra y todo lo que la hizo grande. Lo cierto es que algo así no es para nada fácil, tanto por las inevitables comparaciones a las que se verá sometido con el original como por lo alto que está actualmente el listón del género, con ejemplos tan recientes como ese titán que Retro Studios se ha sacado de la chistera con Donkey Kong Country: Tropical Freeze, cuyo diseño de niveles dudamos que llegue a superarse algún día.
Por desgracia, ya sea comparando o no, Yoshi's New Island nos ha dejado algo fríos. No solo se queda muy lejos de la genialidad de Yoshi's Island, sino que como plataformas en sí no aporta realmente nada. Sí, es divertido, entretiene y tiene algunos momentos destacables, pero no consigue sorprender, es demasiado sencillo, imita torpemente algunas ideas del juego original, adolece de una preocupante falta de inspiración, deja sin explotar mecánicas que podrían haber dado mucho de sí y su diseño de niveles resulta tremendamente simplón. Pero vayamos por partes y veamos lo que realmente tiene que ofrecer.
Una ¿nueva? isla que explorar
Al igual que en casi cualquier juego del género, la historia es un mero pretexto para ponernos a pegar saltos por multitud de niveles. De hecho, esta vez ni siquiera se han propuesto recurrir a un nuevo punto de partida y volveremos a encontrarnos con una situación muy similar a la que vivimos hace 19 años. Tras haber derrotado a Bebé Bowser en el título original, la cigüeña pudo entregar por fin a Bebé Mario y Bebé Luigi a sus padres, aunque esta es tan despistada que se equivocó de dirección y tuvo que emprender un nuevo viaje para entregarlos a sus verdaderos progenitores.
Tal y como era de esperar, el malvado brujo Kamek ve esto como una nueva oportunidad de raptar a los retoños que en un futuro pondrán en peligro los ambiciosos planes de su señor, por lo que aprovecha la ocasión para atacar a la cigüeña. En mitad de la batalla, Bebé Luigi es secuestrado (otra vez) y Bebé Mario cae en una isla con forma de huevo habitada por los Yoshis, la cual, casualmente, está siendo asolada por la tiranía de Bebé Boswer. Así pues, nuestros carismáticos dinosaurios deciden irse turnando para transportar al futuro fontanero y ayudarle en su misión de rescate.
Tras esta introducción, pasamos a lo que realmente importa: su jugabilidad. A primera vista, todo parece igual que siempre: Yoshi puede usar su lengua para tragarse enemigos y convertirlos en huevos o escupirlos, saltar e impulsarse en el aire, y como no, lanzar huevos. Por otro lado, si nos golpean, Bebé Mario empezará a flotar en una burbuja mientras llora desesperadamente, y si no somos capaces de rescatar al infante antes de que se agote el tiempo que nos dan, perderemos una vida. Por norma general, el temporizador será de 10 segundos, aunque podremos ampliarlo hasta 30 recogiendo estrellas.
Como podéis ver, hasta aquí no hay nada nuevo bajo el sol. Las novedades las ponen los huevos gigantes y el enfoque se le ha dado a las transformaciones de Yoshi. En cuanto a los huevos de tamaño extragrande, existen de dos tipos: los normales y los metálicos. Los primeros nos permitirán destruir todo tipo de estructuras cuando los lancemos, permitiéndonos incluso conseguir de una a tres vidas según el número de objetos que rompamos con un solo lanzamiento. Los segundos funcionan de forma similar, aunque solo los podremos lanzar de frente y nos harán tan pesados que apenas podremos saltar, lo que también nos permitirá sumergirnos en zonas acuáticas.
Por desgracia, el uso que se le da a ambos tipos es tan anecdótico que difícilmente podemos llegar a considerarlo una novedad de peso. Salen muy pocas veces y no se los explota como debería. Por ejemplo, con los metálicos se podrían haber conseguido niveles acuáticos muy interesantes, aunque en todo lo que nos ha durado la aventura apenas habremos buceado más de dos minutos y solo en un par de secciones muy breves y poco inspiradas.
En lo que respecta a las transformaciones, como muchos recordaréis, en el Yoshi's Island original, nuestro dinosaurio tenía la capacidad de transformarse en diversos vehículos para superar ciertas zonas. Estas estaban muy bien integradas dentro de cada pantalla, aportaban variedad y abrían más todavía las posibilidades del juego. En cambio, en Yoshi's New Island son todo lo contrario. Ahora más que partes de los niveles, parecen unos extraños bonus (aunque algunos serán obligatorios para avanzar) en los que movemos a Yoshi inclinando la consola hacia los lados. Por suerte, los controles no dan problemas en estas secciones, aunque son tan sosas, parecidas entre sí, simples y poco divertidas que se nos antojan completamente innecesarias.
Todo esto no dejarían de ser meras anécdotas si el juego pusiera sobre la mesa un diseño de niveles ejemplar, que hiciera de cada pantalla una aventura única y diferente con la que sorprendernos constantemente, con secretos ingeniosamente escondidos, con un plataformeo bien estudiado y en definitiva, que nos animara a seguir jugando. Por desgracia, nos toca volver a ser portadores de malas noticias y confirmaros que este no es el caso. Su base jugable es muy buena, algo que ya quedó demostrado hace años, y su continuismo no nos habría importado demasiado si a cambio nos hubieran dado unos niveles a la altura, pero visto lo visto, nos tocará seguir esperando.
En general, las pantallas son bastante simples y no terminan de convencer, ya que no consiguen ofrecer algo realmente interesante, y cuando parece que por fin aparece una mecánica de nivel llamativa, esta se queda en un mero boceto de la idea que han tenido, por lo que nunca se les llega a sacar partido, como un momento en el que tenemos que guiar a un clon de Yoshi que imita nuestros movimientos hacia unos pinchos o la lamentable aparición de Poochy, el curioso perro que ya nos ayudó en los juegos anteriores de la serie.
Eso sí, no todo es malo. Pese a todo esto, el juego busca ofrecer algo de variedad, por lo que cada nivel consigue ofrecer retos diferentes, evitando así que caigamos en el aburrimiento y manteniéndonos entretenidos durante toda la aventura. Además, tras pasar el castillo intermedio del quinto mundo (hay seis mundos con 8 niveles cada uno) la cosa mejora bastante, con unas pantallas más elaboradas y desafiantes en las que encontraremos los mejores momentos del juego.
Otro punto positivo a destacar es el ritmo que tienen, bastante mejor medido que en Yoshi's Island DS, permitiéndonos así explorar tranquilamente a nuestro aire niveles que son tan cortos que no nos llegarán a cansar (duran una media de cinco minutos cada uno aproximadamente).
Lo que sí que no nos ha gustado nada han sido los jefes finales, que se miren por dónde se miren son un auténtico despropósito, tanto en mecánicas como en diseño y dificultad. Son facilísimos, duran un suspiro, resultan totalmente olvidables, no sorprenden lo más mínimo y sus mecánicas demuestran una alarmante falta de ideas (apenas hacen dos o tres ataques distintos cada uno y siempre siguiendo el mismo patrón). Justo al final del juego se ha intentado mejorar esto con una batalla final algo larga y con muchas fases, pero cada una de ellas es más simple y pobre que la anterior (una de ellas se repite incluso), por lo que no consigue mejorar nuestra valoración final.
Al igual que en la entrega de SNES, tenemos dos formas de jugar a Yoshi's New Island: buscando simplemente llegar al final del juego o consiguiendo el 100% de cada nivel. Si optamos por lo primero, nos daremos cuenta de que la dificultad es prácticamente inexistente y que no sabremos qué hacer con el ingente número de vidas que conseguiremos (acabamos la aventura con más de 150 vidas y con apenas 10 muertes), y en apenas seis o siete horas estaremos viendo los títulos de créditos.
Por otro lado, si lo que queremos es completar el juego en su totalidad, tendremos bastante más trabajo por delante, duplicando fácilmente el número de horas que nos ofrece la aventura. Para ello tendremos que conseguir 20 monedas rojas, 30 segundos en el temporizador cuando lleguemos a la meta y cinco flores ocultas en cada nivel. Para hacerlo un poco más permisivo que antes, ahora lo realmente importante de cara a desbloquear sorpresas será encontrar las cinco flores de cada pantalla, ya que el sistema de puntuación se ha cambiado y cada uno de los tres tipos de coleccionables se contabilizará por separado.
Si esta es vuestra meta, ya os avisamos que algunos de ellos están escondidos conciencia, por lo que tendréis que explorar cada palmo del escenario para dar con todos, lo que probablemente os acabe obligando a repetir un mismo nivel más de una vez. Esta es sin duda la mejor forma de disfrutar del juego, ya que a veces no solo están muy bien escondidos los coleccionables, sino que también nos encontraremos con situaciones en las que tendremos que ser muy hábiles para conseguirlos o que no nos peguen ningún golpe al final y perdamos los codiciados 30 segundos que tanto nos han costado conseguir.
Finalmente, comentar que se ha añadido un prescindible modo multijugador que nos permitirá participar en una serie de minijuegos competitivos de forma local. Estos se irán desbloqueando a medida que avancemos en el juego principal y lo bueno es que solo necesitaremos un cartucho para jugarlos, por lo que si tenemos un amigo con una Nintendo 3DS sin el juego y tenemos curiosidad por probarlos, podremos hacerlo sin problemas. Realmente no aportan nada y son pruebas tremendamente sencillas, como una que nos invita a llegar lo más lejos posible antes de caer a un abismo, por lo que al final no dejan de ser más que un extra de cara a la galería.
Un bonito mundo de lápices de colores
Probablemente no hayamos sido los únicos que al ver las primeras imágenes y vídeos de Yoshi's New Island nos echáramos las manos a la cabeza pensando en lo "raro" y "feo" que se veía todo respecto a lo que la saga nos tenía habituados. Por suerte, como casi siempre ocurre con los juegos de Nintendo 3DS, una vez lo vemos en directo y en nuestra portátil, la cosa cambia muchísimo.
El juego ofrece unos escenarios muy bonitos que vuelven a imitar el estilo de una ilustración infantil dibujada con lápices de colores, aunque esta vez se han eliminado los contornos negros tanto de los elementos del decorado como de los personajes. El diseño de Yoshi ha sufrido cambios importantes respecto a sus sprites habituales, en nuestra opinión a peor, ya que los notamos algo más genéricos y menos expresivos. Además, sus animaciones, aunque bien realizadas, resultan un tanto extrañas, al igual que sus físicas.
Por otra parte, elogiar lo suave y fluido que se mueve todo, al igual que el efecto 3D, que si bien no aporta nada y solo cuenta con un par de planos de profundidad, no se desdobla en ningún momento, algo que resulta muy de agradecer en un juego de este tipo. Como curiosidad, mencionar que cuando toca manejar un vehículo, este se desactiva automáticamente, por lo que Nintendo parece tener ya bien aprendida la lección de que 3D y controles por movimiento no se llevan bien.
Por último, el sonido ha salido bastante mal parado, con una banda sonora repetitiva y machacona hasta la saciedad. El mayor problema es que en todas las pantallas del juego, a excepción de los castillos y los jefes finales, siempre escucharemos la misma melodía, aunque instrumentada de formas distintas para que nos parezca diferente. Esta ya de por sí no es precisamente una genialidad y se hace bastante cansina con facilidad, por lo que imaginaros cuando llevéis 30 o 40 niveles escuchándola. El resto de temas no mejoran demasiado este apartado, lo que es una pena y le quita mucho encanto al plataformeo por los niveles. Al menos, los efectos de sonido son muy fieles al original (llanto de Bebé Mario incluido...) y los gritos y ruidos que emite Yoshi son simplemente geniales.
Conclusiones
Yoshi's New Island sigue paso por paso las enseñanzas de Yoshi's Island, pero dejándose por el camino todo lo que hizo de él una obra maestra atemporal. Gran parte de la culpa de esto la tiene su anodino diseño de niveles, así como su bajísima dificultad. Además, las pocas novedades que incluye están muy mal implementadas y explotadas, por lo que no llegan a aportar nada. Sin embargo, y a pesar de todos sus defectos, no es un mal juego, consigue entretener y hacernos pasar un rato agradable sin demasiadas complicaciones frente a nuestra Nintendo 3DS, por lo que si echáis de menos a vuestro dinosaurio favorito y os apetece volver a ayudar a Bebé Mario a rescatar a su hermano, aquí será lo que encontraréis. Eso sí, no esperéis un reencuentro a la altura de lo que estos dos personajes se merecen.