Análisis de Rune Factory 4 eShop (Nintendo 3DS)

Los más versados reconocerán lo complicado que era disfrutar de algunos juegos en consolas -sobre todo, aquellos de corte japonés y de los géneros más extraños o de menor éxito-. Estos deseados juegos ocultos e inéditos, no traspasaban fronteras, quedando su distribución cercenada a países muy concretos, y en la mayoría de los casos, no llegaban a salir de Japón. ¡Bendita importación! En muchas ocasiones, nos veíamos obligados a tirar de tiendas de importación, de contactos y otros hilos, a fin de poder deleitarnos con un juego inédito en nuestras tierras. El mercado de los videojuegos y la consolas de importación antes era mucho más restringido y hermético, y por consiguiente, bastante más caro para el bolsillo, pero también me reconoceréis la enorme satisfacción -y el morbo que acarreaba- jugar a títulos que de otra manera habrían caído en el olvido y la completa ignorancia para el jugador occidental.

La era digital y el consumo masivo de los videojuegos gracias a plataformas de gran calado y repercusión -como PlayStation 2, Wii o Nintendo DS- permitió a más de una editorial y alguna que otra distribuidora, arriesgarse con videojuegos distintos en varios países y continentes. Uno de estos juegos, que parecían quedarse en las fronteras de nuestro país sin llegar a tocar el suelo patrio, era Harvest Moon. Este juego basa su jugabilidad en crear, cosechar, gestionar y cuidar nuestra propia granja y cultivos -así como a nuestros animales-, mientras veíamos pasar las estaciones.
Con el paso de los años, la saga acumuló distintas entregas en las consolas de Nintendo, contando con una propia división en la franquicia, que la adentró sobre terrenos más fantásticos, y añadió ciertos elementos de rol en la jugabilidad. De esta manera, Rune Factory gozó de cierto éxito y apoyo en consolas portátiles -como la citada Nintendo DS- y en algunas consolas de sobremesa, como Wii y PS3 gracias a conversiones y spin-of más o menos aceptables.

Pese a encontrarnos en un mercado de videojuegos cada vez más global, lo cierto es que seguimos encontrándonos con restricciones y decisiones comerciales discutibles. Ahora, tras un considerable retraso -y un buen lío de cancelaciones, retrasos y problemáticos giros de distribución y producción, con una desarrolladora casi en quiebra- llega la cuarta entrega oficial de Rune Factory, exclusivamente digital y en completo inglés, pero conservando la esencia de los anteriores y añadiendo pocas -aunque interesantes- novedades.
Un granjero para gobernarlos a todos
Rune Factory 4 es un juego de gestión, simulación y rol, en el que las conocidas mecánicas de la saga volverán a hacer acto de aparición, casi de manera impertérrita e inmutable. Es decir, todas las características vistas en anteriores títulos -desde la historia a la forma en la que el juego nos presenta las tareas y misiones- volverán a estar presentes en la fórmula jugable de esta cuarta entrega, sin demasiados cambios perceptibles.

Tras un accidentado viaje en dirigible en Rune Factory 4, encarnaremos a un héroe -o a una heroína, si así lo queremos en el editor- amnésico, y que siguiendo las bases de anteriores aventuras, casi sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en la recuperación del reino de Selphia como el príncipe que fue prometido. Apadrinados por VentusWill, un dragón con ciertos complejos sociales -impagables los momentos en los que modula su voz para parecer más importante en público-, y por los diferentes gestores del reino, emprenderemos nuestros primeros pasos y comenzaremos a desvelar partes de una historia bastante interesante para los cánones del género.

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