Análisis de Pokémon Mundo Misterioso: Portales al Infinito (Nintendo 3DS)
Seguro que muchos ya os estáis frotando las manos ante la llegada este mes de octubre de Pokémon X/Y, el debut de la saga principal en Nintendo 3DS. Con más de dos años de vida, la última portátil de Nintendo ya ha recibido algunos títulos de Pokémon, una serie muy dada a realizar experimentos y tocar todo tipo de géneros, desde juegos de carreras, de hacer fotos, que se tienen que jugar con un micrófono, con un teclado, aventuras de acción y rol, y un largo etcétera. Todos juegos bien distintos pero con algo en común, nunca son tan brillantes como la sobresaliente serie principal desarrollada por Game Freak.
Entre todos estos spin-off se han creado incluso sagas con varias entregas, y ese es el caso de Pokémon Mystery Dungeon, conocida en nuestro país como Pokémon Mundo Misterioso, una serie que ha pasado por Game Boy Advance, Nintendo DS y que debuta ahora en 3DS. Juegos de rol en mazmorras considerados por unos como dungeon crawl y por otros como roguelike, que nos llevan a un mundo habitado únicamente por Pokémon, contándonos unas historias un tanto peculiares y metiéndonos durante horas en laberínticas mazmorras. Una serie que nunca ha convencido a la prensa ni al gran público, pero que cuenta con unos cuantos seguidores fieles, que consiguen conectar por su particular propuesta.
Al comenzar Portales al Infinito tenemos que elegir qué Pokémon vamos a encarnar, ya sea Pikachu, Snivy, Tepig, Oshawott o Axew, y una vez hayamos llegado a este misterioso mundo, elegiremos un compañero entre los cuatro restantes, que nos acompañará durante toda la aventura. Si por algo se caracteriza este Pokémon Mundo Misterioso es por tener un ritmo errático, desesperantemente lento en el inicio de la aventura. Eternas, insulsas y por momentos insoportables conversaciones entre los Pokémon –que no se pueden saltar o acelerar-, constantes tutoriales y explicaciones para cada nueva mecánica que se introduce, y una historia bastante ridícula desde el punto de vista de un adulto o adolescente, con un tono orientado a un público muy joven.
Las mecánicas se van introduciendo y explicando con una lentitud exagerada, y tendremos que haber jugado 3 o 4 horas para tener casi todas las características del juego disponibles, momento en el que la aventura mejora, con un mayor ritmo y más posibilidades. Por ejemplo en estas primeras horas solo lucharemos con dos personajes, no podemos mejorar nuestro campamento base, y el desarrollo es lineal, sin misiones secundarias. Una vez pasado este pesado tramo inicial, luchamos con un grupo de cuatro Pokémon, lo que hace que avanzar por las mazmorras sea algo más dinámico, la carga argumental y el número de conversaciones disminuye, dando un mayor protagonismo a la acción, y tenemos un amplio abanico de misiones para elegir, otorgando al jugador mucha más libertad.
Básicamente el juego consiste en superar mazmorras laberínticas que se generan aleatoriamente, 20 tipos de territorios que se diferencian por el número de plantas, la ambientación y características únicas como el tipo de enemigos o tesoros que te encuentras en ellas, aunque la sensación que tienes es que son prácticamente clónicas, no hay casi nada que las diferencie más allá del color de las texturas, y algunos exteriores. Algo que se podría haber solucionado con puzles u otro tipo de desafíos, algo que te sacara de la rutina de derrotar constantemente enemigos mientras avanzas por estrechos pasillos hasta encontrar las escaleras que te llevan a la siguiente planta.
Aunque de un primer y superficial vistazo no lo pueda parecer, toda la acción se desarrolla por turnos, y en escenarios divididos en cuadrículas, invisibles a no ser que pulses un botón. Los combates no son ninguna maravilla, se suelen finiquitar tras un intercambio de tres o cuatro golpes, y cuando tenemos cuatro personajes en el grupo los escenarios son tan pequeños que no suele haber espacio para que todos los miembros del grupo participen activamente en la batalla. Nosotros manejamos solo a un Pokémon, y al resto los controla una inteligencia artificial bastante deficiente, que nos jugará alguna que otra mala pasada, y que nunca toma las decisiones más apropiadas.
Cada Pokémon puede llevar cuatro golpes o habilidades equipadas, y estas mejoran cuanto más las usamos. La verdad es que la mayor parte del tiempo nos limitaremos a usar el golpe que más daño cause, aunque hay que tener cuidado, ya que cada habilidad gasta unos puntos, que podemos recuperar usando algún objeto. Uno de sus mayores defectos, independientemente de que el sistema de combate te pueda parecer más o menos repetitivo, tedioso o limitado, algo muy subjetivo, es que la dificultad está bastante mal ajustada, sufre altibajos, en un género que hay que dejarlo claro se suele caracterizar por un nivel de desafío elevado.
En las primeras horas, con solo dos personajes, pasaremos de mazmorras que son un paseo, a momentos en los que de repente la dificultad sube muchos enteros, y nos tocará repetir más de una mazmorra desde el inicio, algo que ocurre si matan a un miembro del grupo y no tenemos en el inventario un objeto para resucitarlo. Cuando ya tengamos cuatro Pokémon en el grupo, de repente el juego se convierte en un paseo, mucho más fácil, nos sobrarán objetos en el inventario y resolveremos los combates con un par de golpes, aunque siguen apareciendo picos esporádicos de dificultad, que nos avisarán de que nuestro grupo no era tan bueno como creíamos. En cualquier caso, es más fácil que anteriores entregas de la saga.
Una vez hayamos avanzado lo suficiente en la aventura, descubriremos que estamos ante un juego muy completo, hay muchas cosas por hacer y conseguir, aunque es una pena que el resto de apartados no acompañe, con un sistema de combate tan limitado y un "mazmorreo" tan tedioso y pesado. Al principio podemos visitar Villa Reposo, un pueblecito donde encontraremos a muchos Pokémon con los que hablar y comerciar de distintas maneras, pero la cosa se pone mucho más interesante cuando conseguimos el Paraíso Pokémon.
Este lugar es una especie de base de operaciones o cuartel general que iremos mejorando poco a poco, construyendo instalaciones como comercios, dojos para mejorar los movimientos, huertos en los que cultivar semillas y bayas, y hasta algún que otro minijuego. Para construir todo esto necesitamos objetos y dinero, que conseguimos en las misiones que se desarrollan en las mazmorras. En el Tablón de misiones podemos ver todas las misiones disponibles, ordenarlas por su dificultad, o por los objetos que vamos a recibir como recompensa, lo que es muy útil.
Por tanto iremos ampliando y mejorando el Paraíso Pokémon superando todo tipo de misiones secundarias, mientras reclutamos nuevos Pokémon en las mazmorras, los subimos de nivel y mejoramos sus habilidades a base de combatir o entrenándolos en los dojos. Esporádicamente y conforme hagamos avances en el Paraíso, aparecen las misiones principales que hacen avanzar la historia, que para superar podremos tardar más de 20 horas.
Mediante conexión local pueden participar hasta cuatro jugadores, cada uno tiene que contar con su propia tarjeta, y como extra contamos con la curiosa búsqueda de los Magnoportales. Mediante las cámaras de 3DS tendremos que buscar en nuestro entorno algún objeto redondo, por ejemplo un DVD, enfocarlo y esperar a que un portal cobre vida, lo que nos desbloqueará un territorio exclusivo, en el que encontraremos objetos especiales e incluso Pokémon legendarios.
El apartado técnico sin ser ninguna maravilla cumple con corrección, estamos ante un juego que no aprovecha demasiado el hardware de 3DS, pero que muestra unos gráficos simpáticos, coloridos y agradables, sin molestas deficiencias técnicas. Las animaciones podrían ser mucho mejores, y las mazmorras más variadas, pero los gráficos no nos parecen lo peor del producto ni mucho menos. Los efectos de sonido no pasarán a la historia, pero la música sí nos parece mucho más acertada, con melodías bastante bonitas, pero que como el resto del juego, se acaban haciendo repetitivas.
Sin pena ni gloria
No queremos ser demasiado injustos con Pokémon Mundo Misterioso: Portales al Infinito, está claro que va dirigido a un tipo de público muy concreto, al que seguro entretiene y le ve la gracia, y de hecho no es un mal juego, pero no podemos ocultar que no nos ha gustado demasiado. El sistema de combate es demasiado simple y además no se aprovechan convenientemente todas sus posibilidades, las mazmorras se terminan haciendo irremediablemente repetitivas, y tiene problemas de ritmo alarmantes, con una historia ridícula, constantes tutoriales, explicaciones innecesarias y una ingente cantidad de diálogos en momentos puntuales, que encima no podemos pasar más rápidamente u omitir.
Además para los aficionados a esta saga de rol en mazmorras tampoco hay demasiadas noticias buenas, ya que se han simplificado algunos aspectos respecto a entregas anteriores, con una aventura más guiada y limitada, que cuenta con unas cuantas novedades sí, pero que no llegan a cuajar del todo o compensar lo que se ha eliminado. Ni como Pokémon ni como dungeon crawl destaca en ninguno de sus apartados, y si tienes ganas de un juego de rol ya hay mejores propuestas en esta portátil, y si tienes ganas de Pokémon, mejor esperar a octubre con el debut de la saga por todo lo alto en 3DS.