Los Battle Royale están triunfando en los últimos años gracias a juegos como PUBG, Fortnite o Apex Legends que cuentan con millones de jugadores cada día intentando lograr la victoria en su juego preferido.
En el mundo de los videojuegos y, sobre todo, en los títulos de acción en los que apuntar y disparar es muy importante, siempre se ha sabido que contar con una alta tasa de fps y monitores con una gran tasa de refresco benefician al jugador.
NVIDIA ha publicado un estudio en el que ha recopilado información de los jugadores de forma anónima gracias a NVIDIA Highlights (su tecnología para capturar los mejores momentos de nuestras partidas) en PUBG y Fortnite para demostrar lo expuesto en el párrafo anterior, que los jugadores con más cuadros por segundo y mejores monitores tienen más facilidad para obtener mejores resultados.
El dato recopilado no es otro que el índice K/D, es decir, el número de jugadores enemigos que matamos antes de morir y que es una de las formas más comunes de medir nuestro impacto durante las partidas.
En el informe, NVIDIA toma de base sus gráficas GTX 1050/Ti y recoge el impacto que tiene en el K/D jugar a 60 fps y 60 Hz, a 144 fps y 144 Hz y, por último, a 240 fps y 240 Hz.
Como veis en el gráfico, el mayor salto lo encontramos de los 60 a los 144 fps/Hz, con mejoras de hasta un 52% en el K/D de los jugadores, mientras que el salto de los 144 fps/Hz a los 240 es menor, con una diferencia de entre el 8% y el 34%.
La importancia de los FPS es crucial en los juegos de este tipo ya que, a más cuadros por segundo, antes podremos ver el siguiente "frame" del videojuego y antes podremos reaccionar a él.
Además, si combinamos esto con un monitor con una gran tasa de refresco, nos encontraremos con una imagen más suave y nos será más fácil apuntar y acertar al objetivo, entre otras cosas porque tendremos menos píxeles perdidos en la acción.
Pese a que el estudio de NVIDIA es, en el fondo promocional y apunta a que a mejor gráfica tengas, mejor será tu rendimiento en el juego, lo cierto es que una buena tasa de frames y un monitor de 144 Hz o 240 Hz (siempre que podamos alcanzar estos fps) nos permiten dar un salto en nuestro rendimiento más allá de todo lo que nos pueden prometer teclados o ratones para jugar.
Eso sí, que estos dos elementos nos hagan la vida más fácil al jugar no quiere decir que la habilidad y las horas de juego no sean un componente fundamental y, evidentemente, de nada servirán estos fps y alta tasa de refresco si tienes delante a un jugador que sea mejor… aunque te facilitará un poco las cosas.