En un mundo cada vez más globalizado es muy fácil caer en las redes de las más variadas enfermedades exóticas. Ya sea una simple diarrea o un dolor de cabeza inesperado, viajar a los lugares más recónditos o alejados de la civilización puede tener consecuencias. En Hawái, uno de los destinos más deseados del mundo, se está produciendo una alerta sanitaria que tiene en jaque a todas las autoridades: un gusano parasitario devorador de cerebros ha conseguido infectar a cinco turistas.
Un gusano que se alimenta de los cerebros y que reside en las babosas
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del estado y todas sus filiales, confirmaron tres casos nuevos en adultos, sin relación entre ellos, durante 2019. No es la primera vez que se registra esta enfermedad en el estado norteamericano de Hawái, pus en la isla se han visto hasta diez casos en los últimos años. Este parásito, silencioso y más extendido de lo que creemos en todo el mundo, consiguió infectar a varias familias hace unos años, demostrando su permanencia en el ecosistema.
Las autoridades han estado advirtiendo a la población durante años de este peligro, alertando de que jamás se toquen caracoles o babosas con las manos, pues este tipo de molusco actúa como huésped para el parásito, conocido como gusano pulmonar de la rata. Esta infección ha estado presente desde hace años en otros continentes y regiones, pero la fecha de su llegada a Hawái se desconoce. Se cree que los propios turistas y el cambio climático podrían haber tenido algo que ver en su expansión. Y dados los síntomas y la enfermedad que trae consigo, hablamos de una alerta sanitaria muy grave.
Este gusano, que inspiró a Naughty Dog en The Last of Us, es un nematodo parásito conocido como Angiostrongylus cantonensis, comienza su desarrollo en el cuerpo del paciente como una infección leve en las vías respiratorias, la sangre y el propio cerebro de los roedores, como las ratas. Una vez allí, se propaga a través de las ratas, que defecan las larvas en sus excrementos y que pasan a los caracoles, las babosas y otros animales acuáticos. Los seres humanos actúan como meros anfitriones. En los humanos, los gusanos atacan al cerebro, causando malestar general, fiebre, mareos repentinos, vómitos y fuertes dolores que se confunden con migrañas o jaquecas. Dado que los anticuerpos humanos son más efectivos, y el entorno es hostil para este organismo, es muy difícil que lleguen a causar la muerte en el paciente, aunque no imposible. Los médicos destacan que este parásito, en situaciones extremas, puede llegar a causar meningitis o parálisis en el paciente.
"Es importante que nos aseguremos de que nuestros visitantes conozcan las precauciones que deben tomarse para prevenir la enfermedad del gusano pulmonar de rata, que puede tener graves efectos a largo plazo. Obtener información sobre la enfermedad es tan importante como crear conciencia entre nuestros residentes" explica el director de salud de Hawaii, Bruce Anderson. El problema, destacan desde Hawái, es que no se puede detectar. La enfermedad puede confundirse en el diagnóstico, y no existe un tratamiento claro. Por norma general, los gusanos acaban muriendo e interrumpiendo su ciclo de vida en el paciente a las pocas horas o días, sin necesitar pastillas o medicinas que aceleren dicho proceso.
