Hoy día echar la vista atrás al legado cinematográfico que ha construido Marvel Studios entorno a su UCM en las últimas décadas puede hacernos pensar que la compañía lo tuvo todo siempre de su lado para triunfar, pero nada más lejos de la realidad. En 2008, cuando Kevin Feige y los suyos comenzaron su periplo, debían sortear una serie de obstáculos e ir preparando el terreno de cara a la primera película de 'Los Vengadores' que reuniría en pantalla a sus principales protagonistas.
Como tal, uno de los retos centrales de esta trayectoria que los mandamases de la compañía tuvieron que abordar con antelación fue el de qué superhéroes formarían el equipo original de Vengadores. Aunque desde fuera nos pueda parecer que esto era algo que tenían bien atado, realmente el grupo se formó casi por pura coincidencia, y fue una suerte que la jugada funcionase como lo hizo.
Para Marvel Studios fue una suerte y una casualidad disponer de los derechos cinematográficos para formar su equipo de Vengadores
En el libro titulado 'Avengers: The Art of Marvel's The Avengers' del año 2012, escrito por Jason Surrell, se desvelan muchos detalles acerca de los entresijos en Marvel Studios para desarrollar la primera película de 'Los Vengadores' de Joss Whedon. Uno de estos detalles resulta en la actualidad sorprendente, puesto que Kevin Feige revela en ese libro cómo decidió el estudio cuáles serían los integrantes de los Vengadores.
El jefazo de la compañía admite que el grupo de superhéroes no fue algo totalmente intencional desde el primer minuto, sino más una afortunada coincidencia. Es decir, el plan original en Marvel no era exactamente el de estrenar en 2008 la primera cinta de 'Iron Man' para luego seguir con las películas de Hulk, Capitán América y Thor y unir finalmente a estos personajes en 'Los Vengadores'. Ese se podría decir que era el plan ideal a posteriori, pero solo tendría sentido si todo salía bien en los primeros años y las películas independientes de cada héroe eran un éxito en primera instancia.
De hecho, según Feige: "Era cuestión de todo o nada. Si las películas no hubieran funcionado, habría sucedido algo y no habría sido bueno", reconocía el presidente de Marvel en una entrevista para Variety hace años. "La parte más difícil fue sentar las bases, y la parte más importante de esa base fue el reparto". Un reparto que comenzó con salarios más reducidos, pero con la promesa de que cada uno podría llegar a protagonizar su propia franquicia (por eso la mayoría firmó contratos de hasta para seis películas).
Por fortuna, cada una de esas cintas fueron rentables en mayor o menor medida. "La idea principal es hacer una película que atraiga tanto a los fanáticos que conocen a estos personajes desde hace años como a aquellos que escuchan hablar de ellos por primera vez en el tráiler", explicaba Feige.
Con todo, hay que señalar que quiso el destino que otro elemento jugase aquí un factor importante para seleccionar a cada héroe y decidir cuáles tendrían sus propias películas. Y es que sencillamente Feige y los suyos tuvieron suerte de poder utilizar en la gran pantalla a los personajes que conformaban el equipo de los Vengadores en los cómics.
Cabe recordar que en el momento en que dieron luz verde al UCM, la compañía no disponía de todos los derechos cinematográficos de sus personajes, por extraño que esto pueda parecer. Esto se debía a que la Casa de las Ideas había vendido décadas atrás muchos de sus derechos para poder continuar a flote; todo un chanchullo legal que incluso a día de hoy sigue afectando a los parques temáticos de Disney World, como ya contamos en otra ocasión.
Por ejemplo, como muchos sabrán, Spider-Man era un caso muy conocido en este asunto, ya que los derechos del trepamuros en el cine pertenecían a Sony, y lo mismo ocurría con los X-Men o la familia de Los 4 Fantásticos, que por su parte estaban triunfando en la Fox. Superhéroes de mucho potencial, sin duda, a los que Marvel no podía acceder en aquel momento para comenzar el UCM con buen pie.
Sin embargo, fue pura suerte que Marvel Studios sí pudiese manejar con libertad los derechos de otros personajes como Iron Man. Aunque en los cómics el equipo original de Vengadores de 1963 está formado por Tony Stark, Ant-Man, Hulk, Thor y la Avispa, decidieron omitir a Ant-Man y la Avispa porque todavía no tenían películas para ellos en el horizonte y preferían no incluir en su universo interconectado demasiados elementos de ciencia ficción tan pronto.
En su lugar, optaron por añadir al elenco a Capitán América, Ojo de Halcón y Viuda Negra, otros héroes de los cuales también poseían los derechos cinematográficos en su totalidad, pese a que algunos de ellos, evidentemente, no gozaban de la popularidad de Spider-Man para el gran público, por lo que no eran una garantía de éxito. No obstante, tomar el riesgo valió la pena.
La jugada les salió muy bien probablemente porque fue todo un acierto dedicar películas independientes a cada héroe principal antes de saltar a la película central de 'Los Vengadores' (algo que años después la propia DC Studios trataría de imitar con menos éxito). De esta forma, en definitiva, Marvel se aseguró de que la audiencia pudiese conocer a cada personaje y sentir que todos juntos formaban un equipo realmente equilibrado y con personalidades muy bien definidas. Pero, como decimos, en parte la casualidad quiso que las cosas saliesen sobre ruedas. Si no hubiesen tenido los derechos de ciertos personajes, tal vez hoy no estaríamos aquí repasando una de las historias de triunfo más notables del siglo XXI.















