Los hermanos Russo revolucionaron el cine de superhéroes con Vengadores: Infinity War y Endgame, pero su carrera después de Marvel no ha sido precisamente gloriosa. Su última película, Estado Eléctrico, ha sido recibida con una frialdad gélida por la crítica, que prácticamente la ha destrozado, obteniendo una puntuación desastrosa en Rotten Tomatoes. Y para Netflix, que ha invertido más de 320 millones de dólares en ella, es un auténtico problema.
Los Russo tocan fondo: ‘Estado Eléctrico’ es destrozada por la crítica tras una inversión millonaria de Netflix
Basada en la novela ilustrada de Simon Stålenhag, Estado Eléctrico prometía ser una aventura de ciencia ficción con el encanto de Stranger Things y el sentido visual de Blade Runner, apostando por el retrofuturismo. Sin embargo, la película ha sido vapuleada por los críticos, con escueto 23% en Rotten Tomatoes, una cifra que la coloca como la peor valorada en la filmografía de los Russo.
Las críticas coinciden en que la película carece de la profundidad y el peso emocional de la obra original y que, básicamente, se han olvidado de sacarle partido al estilo visual del autor. Según Courtney Howard de Variety, los Russo "subestiman sorprendentemente su material de base", convirtiendo un thriller sombrío en una historia descafeinada y sin alma. No son los únicos que dicen que la cinta, con Millie Bobby Brown y Chris Prat es un espectáculo vacío carente de sentido.
Esta no es la primera vez que los Russo reciben críticas tibias tras su salida del MCU. En 2021, Cherry, su drama criminal protagonizado por Tom Holland, dividió a la crítica por su tono excesivamente dramático y su estilo visual recargado. The Gray Man (2022), con Ryan Gosling y Chris Evans, también para Netflix, tampoco convenció a la crítica: su 45% en Rotten Tomatoes reflejó una clarísima decepción generalizada ante su guion flojo -en teoría el inicio de una gran saga- y su abuso de los efectos especiales. La cinta no fue mal en audiencias, Netflix estuvo contenta, pero no consiguieron el hit que esperaban.
Incluso su incursión en la televisión en Prime Video con Citadel (2024) no logró impresionar, con un 51% en Rotten Tomatoes y comentarios sobre su falta de identidad propia. Parece que, lejos de Marvel, los Russo han tenido dificultades para encontrar una calidad decente en sus películas.
No obstante, Estado eléctrico, ha costado la asombrosa cifra de 320 millones de dólares, convirtiéndose en una de las producciones más caras de Netflix. Con un presupuesto digno de un taquillazo de Marvel, la plataforma se juega su modelo de negocio: necesita que el filme atraiga a millones de espectadores para justificar su inversión. Si fracasa, podría marcar un punto de inflexión en la estrategia de Netflix con el cine de gran presupuesto. Veremos en qué queda todo.
Por ahora, su última película parece confirmar un patrón preocupante. La cuestión es si los Russo podrán reinventarse o si terminarán siendo otro caso de directores atrapados en la sombra de su propio éxito.
