España ha dado un paso firme en su ambición de convertirse en un referente en la producción y distribución de hidrógeno renovable. Con la reciente aprobación de una inversión de 1.214 millones de euros provenientes de los fondos europeos NextGenEU, el país se prepara para la construcción de siete valles de hidrógeno, que estarán repartidos en comunidades clave como Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia.
Este impulso, enmarcado dentro del programa H2 Valles, busca acelerar la transición energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha subrayado la relevancia estratégica de esta iniciativa, destacando su impacto positivo en términos de creación de empleo, con la estimación de 9.000 puestos de trabajo directos y 11.000 indirectos.
Infraestructura y empleo: pilares del proyecto
Además, uno de los requisitos clave de estos proyectos es que al menos el 60% de la producción de hidrógeno verde debe estar respaldada por compromisos de compra de consumidores industriales, lo que garantiza su viabilidad a largo plazo.
Los valles de hidrógeno seleccionados sumarán 2.278 megavatios (MW) de capacidad de electrólisis, distribuidos en 11 instalaciones que operarán con energías renovables como la solar y la eólica.
Además, se ha priorizado el uso de electrolizadores fabricados en Europa, con un 90% de los equipos producidos dentro del continente y utilizando tecnología de electrólisis alcalina, considerada eficiente y escalable. Algunas de estas plantas estarán vinculadas a la producción de fertilizantes y amoníaco, lo que permitirá descarbonizar sectores industriales clave.
El reparto de los fondos se ha realizado en función del impacto de cada proyecto, con Aragón como la comunidad con mayor inversión, recibiendo 384 millones de euros para dos valles de hidrógeno. Le siguen Andalucía con 304 millones, Castilla y León con 259 millones, Galicia con 170 millones y Cataluña con 98 millones. A
demás, tres de estos proyectos estarán ubicados en municipios con desafíos demográficos, como Andorra (Teruel), Cubillos del Sil y La Robla (León), impulsando el desarrollo económico en regiones de menor actividad industrial. El horizonte de estos proyectos apunta a 2030, con la intención de consolidar una infraestructura avanzada de hidrógeno verde que pueda integrarse en sectores estratégicos como la industria, la aviación y el transporte marítimo.
En los últimos dos años, España ha destinado más de 3.100 millones de euros a este sector, reforzando su papel en la transición energética europea. Con el corredor H2Med en marcha y un mercado del hidrógeno cada vez más estructurado, el país se encuentra en una posición privilegiada para convertirse en un actor clave en la economía del hidrógeno renovable.
