Los aviones, por lo general, tienen una vida útil tras la cual la mayoría terminan siendo reciclados. La mayoría, repetimos. A veces sucede que hay aviones que se transforman en lujosas mansiones y, otras veces, personas como Bruce Campbell, el protagonista estadounidense de esta singular historia, deciden adquirir un avión Boeing 727 retirado para convertirlo en su propia casa particular. Una historia que gracias a las redes sociales e Internet hemos podido conocer.
Así es la vida de Bruce Campbell en un avión Boeing 727 desde hace más de 20 años
La peculiar vida de Bruce Campbell, anteriormente ingeniero eléctrico, fue recogida hace un tiempo por el portal CNBC Make It para su serie "Home Tour" y desde entonces ha dado la vuelta al mundo, ya que no se ve todos los días a un hombre viviendo en un Boeing 727 en medio del bosque. En concreto, este estadounidense afincado en Hillsborough, un suburbio de Portland (Oregón), vive dentro de un avión que en su día tuvo capacidad para unos 200 pasajeros.
Según explicó el propio Campbell al medio en un reportaje, en el año 1999 compró el avión por 100.000 dólares y a día de hoy gasta unos 370 dólares en impuestos a la propiedad y en electricidad. Campbell, que para el momento de grabación del programa en 2023 tenía ya 73 años, asegura: "No me arrepiento de haber perseguido esta visión".
Vivir en un avión de esta manera era un sueño para Campbell desde que tenía 15 años. Él, un declarado "nerd clásico", poco después de graduarse compró en los años 70 la propiedad inmobiliaria en la que ahora está instalado el avión (unos diez acres de tierra más o menos).
Desde que adquirió este avión de pasajeros al final de su vida útil, a lo largo de los años ha invertido aproximadamente 15.000 dólares en reparaciones. Si bien por fuera el avión todavía se asemeja bastante a su diseño original, por dentro ha sido completamente modificado para adaptarse a las necesidades del día a día. Aunque eso sí, dejando la cabina del piloto intacta.
Así, por ejemplo, Campbell se ha desecho de casi todos los asientos de pasajeros y ha instalado un sofá futón a modo de cama que se puede plegar para ahorrar espacio, el cual está acompañado de una manta eléctrica que le ha servido para no pasar frío durante las noches.
En cuanto a las necesidades de aseo, el ingeniero también ha creado una "ducha primitiva", como él la llama, para poder asearse de forma óptima. Durante un tiempo tenía una ducha exterior, pero admite que era muy crudo usarla.
El propio baño original del avión se ha mantenido sin variaciones, y también ha añadido al "hogar" una lavadora para la ropa y un área de cocina con nevera, microondas y cajas que sirven como despensa para distintos alimentos.
"Si eres ingeniero, científico o cualquier persona que aprecia la elegancia y la belleza de la tecnología aeroespacial, es simplemente un lugar feliz para vivir", afirma Campbell que, no obstante, lleva una vida ciertamente dividida, ya que sus mejores amigos y seres queridos residen en Japón, país en el que también pasa largas temporadas cuando no está disfrutando de la vida en su avión.
