Se encuentra unas gafas en una bolsa de patatas fritas

Imaginad la situación. Vais a comprar una bolsa de patatas fritas y os encontráis que vuestro paquete trae sorpresa. Y no, no son unos tazos ni una pegatina o un cromo especial. Hablamos de unas gafas. La afectada se quedó de piedra al encontrar un par de lentes en sus patatas fritas, y como no puede ser de otra manera, decidió compartirlo en redes sociales. La imagen lleva varias horas siendo viral en países como España, y diversos medios se han hecho eco de la misma. En estos momentos, hay usuarios que defienden su veracidad y otros tantos que creen que es un montaje muy elaborado.

Fue a comprar patatas y se encontró con unas gafas: Twitter en estado puro

"Mi madre fue a comprar esta mañana a un supermercado y, como de costumbre, mete esas patatas en el carrito de la compra", explicaba la joven, natural de Cádiz, en sus redes sociales. Sin embargo, cuando su madre fue a sacar la bolsa de patatas para ponerla en la mesa y cenar, se encontró con la sorpresa. "Esta noche, antes de cenar, viene y me pregunta: 'Paula, me iba a comer estas patatas, ¿pero esto no son unas gafas?'. Y me enseña el paquete donde no se ven siquiera las gafas como tal, solo se veían las patillas", continúa. Las fotos dejan poco espacio para las dudas.

En el paquete de patatas fritas aparecen unas gafas negras, con cristales y monturas de pasta, en mitad del contenido de la bolsa. Para evitar los típicos comentarios que dudan de la veracidad de la historia, la chica ha compartido varias imágenes, desde varias perspectivas y ángulos, intentando desmentir las voces que aseguran que es un fake o montaje muy elaborado. Otros tantos creen que la bolsa se ha abierto y se han incluido unas gafas cualesquiera gracias a las envasadoras al vacío, cada vez más populares. Otros piensan que la anécdota, que se ha hecho viral, es real. Sin ir más lejos, han aparecido varios dueños de las gafas, que supuestamente se cayeron en la línea de producción de la fábrica de patatas fritas. Desconocemos si el fabricante se ha puesto en contacto con la afectada, algo que sería lo lógico en este tipo de asuntos y el mecanismo correcto para detectar problemas o fallas en la línea de producción, envase y distribución de productos alimentarios.

La bolsa sigue sin abrirse, y Paula, por lo que ha relatado desde su perfil, no piensa hacerlo. "Llegamos a la conclusión de que son de un trabajador al que se le habrán caído en la fábrica. No tenemos ni idea de cómo habrán llegado. El caso es que tenemos las gafas de un señor/una señora en nuestra casa y pensamos guardar el paquete como si de oro se tratase. Fin de la historia", finalizaba. No es la primera vez que se cuelan objetos en una producción. Son muy conocidas las historias en las que se cuelan animales en latas de refresco o caen anillos en botes de tomate frito. Dado que las cadenas de producción están supervisadas por humanos, los fallos se pueden dar, y no siempre se cumplen las estrictas medidas de seguridad. En cualquier caso, Twitter vuelve a sorprendernos.