Aunque PlayerUnknown's Battlegrounds y Fortnite no hayan inventado los Battle Royale (si queréis descubrir el origen del género, os recomendamos echarle un vistazo al artículo que le dedicamos a esta cuestión), sí que son los principales responsables de haberlo popularizado hasta límites insospechados, convirtiéndolos automáticamente en el nuevo género de moda del que todo el mundo quiere un pedazo del pastel.
Como suele ocurrir en estos casos, ha desatado y en 2018 hemos visto cómo el mercado se ha saturado con propuestas de este estilo. De hecho, la popularidad del género ha sido tan grande que no son pocos los títulos de sagas consagradas que han decidido crear spin-offs dedicados a este tipo de batallas o incluir modos de este corte en sus entregas principales. Sea de una forma u otra, todos quieren tener su propio Battle Royale.
Evidentemente, esta gran cantidad de lanzamientos ha provocado que la mayoría de ellos se hayan estrellado estrepitosamente, ya que el grueso de jugadores suele seguir prefiriendo los dos grandes referentes actuales.
Los primeros fracasos
Eso sí, la mayoría siguen todavía en fase de Acceso Anticipado, por lo que son muy pocos los que han llegado a tiempo para lanzar su versión final. Entre estos, algunos de los ejemplos más famosos los tenemos en títulos como H1Z1, un juego que nació como una aventura de supervivencia al estilo DayZ para finalmente acabar convirtiéndose en un Battle Royale de temática postapocalíptica y decadente en el que 150 jugadores tienen que luchar por ser el último en pie mientras un dañino gas va invadiéndolo todo y reduciendo el terreno seguro.
Sin embargo, y a pesar de sus actualizaciones, se trata de un producto que no ha terminado de convencer debido a sus problemas de optimización y su forma de gestionar su modelo de negocio gratuito con micropagos. Un caso similar sería el de Horizon Source, un título chino con una optimización deplorable que intenta ofrecer una especie de mezcla entre Fortnite y Overwatch al incluir personajes con habilidades propias, pero que tampoco ha sabido mantener una comunidad activa.
Los Battle Royale en Acceso Anticipado
Estos fracasos continúan incluso en juegos que todavía están en desarrollo, como Islands of Nyne: Battle Royale, un título de acción en primera persona cuyos servidores están ya totalmente desiertos y que ha sufrido tantos problemas que mucho tienen que cambiar las cosas para que termine de salir adelante.
A Realm Royale tampoco le está yendo muy bien, el spin-off Battle Royale de Paladins, ya que los cambios realizados con sus últimas actualizaciones no han sentado muy bien a la comunidad y, a día de hoy, resulta muy complicado encontrar partida, obligándonos a esperar largas colas entre una y otra. Sí, está en alfa, pero mucho tienen que cambiar las cosas para que "reviva".
Siguiendo esta línea tenemos Rules of Survival, un Battle Royale para hasta 300 jugadores con muchísimos problemas técnicos y que no ha evolucionado ni mejorado demasiado en todo el tiempo que ha estado en el Acceso Anticipado de Steam, lo que ha derivado en una comunidad demasiado escasa como para mantener vivo el juego.
Los juegos que están convenciendo
Eso sí, no todos están fracasando, ya que podemos encontrar proyectos como Darwin Project que están calando entre los usuarios gracias a su original propuesta, con ideas que lo diferencian lo suficiente de sus competidores como para hacerse un hueco.
Por ejemplo, aquí solo compiten 10 jugadores, pero al mismo tiempo puede haber otro usuario que haga de director y tenga el poder hacer más emocionantes las partidas, introduciendo elementos en el mapa y dando ventajas a los jugadores que desee, lo que hace de cada enfrentamiento algo totalmente nuevo e impredecible. No le perdáis la pista si os gusta el género, ya que apunta bastante alto.
Otro título que poco a poco está convenciendo a los usuarios es Dying Light: Bad Blood, un peculiar Battle Royale para 12 jugadores a modo de spin-off de Dying Light y que propone una visión del género muy peculiar y divertida al tomar como base la jugabilidad de las entregas principales de la saga, lo que garantiza muchos zombis, parkour y acción frenética.
Tampoco podemos olvidarnos de Cuisine Royale, uno de los mayores éxitos de Steam de este año. No en vano, estamos hablando de un producto gratuito que estando en Acceso Anticipado consiguió acumular el millón de descargas en cuestión de un mes. ¿Las claves de su éxito? Su sentido del humor con el que se parodia constantemente a PUBG, propiciando batallas con personajes en ropa interior que usan los artilugios propios de una cocina como armas y armaduras.
Los que están por llegar
Entre los juegos que no hemos podido probar todavía pero que más expectación han conseguido generar, tenemos Valhall, un Battle Royale de temática vikinga en la que tendremos que luchar contra otros jugadores para evitar el Ragnarok. Al centrarse únicamente en los combates cuerpo a cuerpo y tener una ambientación tan llamativa, es actualmente una de las grandes promesas del género, ya que dista de ser un clon más de Fortnite o PUBG.
Otro juego que ha levantado cierta expectación es Rapture Rejects, la versión Battle Royale de la popular webcomic Cyanide & Happiness, ofreciéndonos mucho humor negro y una jugabilidad con perspectiva isométrica para que demos caza a nuestros rivales con todo tipo de armas y artilugios.
Los Battle Royale en las grandes sagas
No podemos terminar este repaso sin destacar que títulos tan importantes como Call of Duty: Black Ops IIII y Battlefield V también cuentan con su propio modo Battle Royale (aunque el juego de EA tardará un poco en recibirlo), lo que deja bien clara la relevancia que tiene el género a día de hoy.
Está claro que Fortnite y PUBG seguirán dando guerra durante una buena temporada, pero viendo la trayectoria de casi todos los Battle Royale que intentan hacerse un hueco solo cabe preguntarse: ¿durará mucho más la moda o el resto de desarrolladores darán por perdida la guerra contra los grandes referentes e intentarán hacer algo diferente?
