La esperada película sobre la Fórmula 1 protagonizada por Brad Pitt, uno de los proyectos más deseados de Hollywood, se perfila como una de las producciones cinematográficas más caras y colosales de la historia del cine. Desde su anuncio en 2021, esta obra aún sin título, dirigida por Joseph Kosinski, reconocido por su trabajo en Top Gun: Maverick, y coescrita por Ehren Kruger, ha generado grandes expectativas y rumores dentro y fuera de la industria. Pitt desveló algunos detalles hace un año, y ahora, con el actor contemplando su retirada del Séptimo Arte, parece que tiene entre sus manos un proyecto tan deseado como peligroso: ¿y si no logra triunfar en la taquilla?
Con un presupuesto colosal, la próxima película de Brad Pitt está destinada a figurar entre las cintas más caras de toda la historia de Hollywood
La trama de este proyecto, que sigue sin tener nombre oficial, nos cuenta la historia de Sonny Hayes, un piloto ficticio de Fórmula Uno que emerge de su retiro para convertirse en mentor de un joven talento llamado Joshua Pearce, con quien forma equipo en Apex Grand Prix.
Además de Pitt, el reparto incluye a destacados nombres como Damson Idris, Kerry Condon, Tobias Menzies, Lewis Hamilton, Javier Bardem y Sarah Niles. Sí, habéis leído bien: Hamilton. Según los rumores y filtraciones, el presupuesto de esta película ha escalado a más de 300 millones de dólares, lo que la sitúa entre las producciones más caras jamás realizadas en el Séptimo Arte.
Esta cifra colosal, y como ya hemos visto en el pasado, plantea desafíos de igual escala para su lanzamiento y distribución en cines, ya que aún carece de fecha de estreno y distribuidor confirmado. Hollywood sabe que puede ser un éxito potencial pero nadie lo puede asegurar y no son pocos los estudios que se han echado para atrás. Hay varias razones que explican por qué esta película se ha vuelto tan costosa, y entre ellas, está la huelga de SAG-AFTRA, que arrancó justo cuando se comenzó a producir el filme.
Este sobrecoste ya ha sido experimentado por otras producciones similares durante la pandemia de COVID-19, como Fast X (con un presupuesto de 379 millones de dólares) e Indiana Jones and the Dial of Destiny (con un presupuesto de 326 millones de dólares) y, por norma general, no suele salir bien. Ambas películas sufrieron para sacar dinero en cines, y en el caso de la aventura de Harrison Ford no se puedo remontar el vuelo. Otro factor que influye en el elevado costo de la película es la decisión de utilizar actores reales en coches de carreras reales, una estrategia que ya se empleó el director en Top Gun: Maverick.
Brad Pitt, por ejemplo, tuvo la oportunidad de conducir un bólido de Fórmula 2 modificado con componentes aerodinámicos de Fórmula 1 durante el Gran Premio de Gran Bretaña, y el coste de las medidas de seguridad no fue barato. En estos momentos, la película se posiciona justo por debajo del top 10 de las producciones más costosas de la historia, compartiendo lugar con éxitos taquilleros como Piratas del Caribe: En el fin del mundo, La Liga de la Justicia y Star Wars: Los últimos Jedi.
La nueva cinta de Brad Pitt debe ser un éxito descomunal para ser rentable
Pese a que estos números varían mucho, y dependen de las propias expectativas del estudio y del coste de la promoción, este filme, para alcanzar la rentabilidad, debería recaudar entre 750 y 900 millones de dólares en taquilla. Una auténtica salvajada al alcance de muy pocas películas. En estos momentos se rumorea que Warner Bros. y Sony podrían encargarse de su distribución, pero no hay nada confirmado todavía. Sea como sea, Pitt podría tener el volante de una producción que deje huella en Hollywood. Esperemos que no se estrelle.