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Bienvenidos a nuestra guía de Pillars of Eternity II: Deadfire, donde os enseñaremos a sacarle todo el partido posible a esta nueva y gigantesca aventura de rol clásico creada por Obsidian para que vuestra caza del dios Eothas llegue a buen puerto.
Consejos para empezar a jugar
- Procura crear un grupo bien equilibrado capaz de cubrir todos los roles posibles. Esto no solo os dará mucha versatilidad durante los combates y os permitirá diseñar todo tipo de estrategias, sino que también os abrirá muchas más posibilidades a la hora de explorar e interactuar tanto con el entorno como con otros personajes.
- Aunque tu primer impulso al conseguir el barco será ponerte a explorar islas desconocidas, te recomendamos que, al menos durante unas horas más, te centres en la historia principal y en las misiones secundarias. Deadfire está llena de peligros, por lo que conviene prepararse primero subiendo niveles y mejorando nuestro navío, algo que haremos fácilmente y de forma natural con tan solo seguir la trama.
- Las multiclases son una de las mayores novedades de esta entrega, permitiéndonos disfrutar de habilidades de dos clases diferentes. Esto ofrece muchas ventajas y hace que nuestros personajes sean considerablemente más versátiles, aunque son mucho más difíciles de dominar y su progresión es bastante más lenta que la de un héroe especializado. Por ello, si sois muy nuevos en el género os recomendamos que dejéis esta función para una segunda partida, ya que las multiclases están pensadas para los jugadores avanzados.
- A lo largo de la aventura nos encontraremos con una ingente cantidad de situaciones distintas que podremos resolver de multitud de maneras. Ya sea usando la fuerza, nuestras dotes diplomáticas o nuestras habilidades de sigilo, siempre recibiremos experiencia, por lo que no os obsesionéis con el combate. Aquí subiréis de nivel independientemente de vuestro estilo de juego y siempre se os recompensará.
- Puede sonar obvio, pero os recomendamos jugar a Pillars of Eternity antes de dar el salto a esta secuela, ya que así podréis importar vuestra partida y ver reflejadas todas las decisiones que toméis en la primera aventura.
- Nunca ataquéis a lo loco. Los combates en este juego son sumamente tácticos, por lo que lanzar a vuestros personajes a la ofensiva sin más estrategia suele acabar bastante mal. Procura posicionarlos adecuadamente y usar sus habilidades para controlar el terreno de combate y castigar a vuestros rivales con daños devastadores combinando hechizos y técnicas con buenas sinergias.
- Los combates navales son lo menos divertido de toda la aventura, aunque conviene que no huyáis de ellos cuando os veáis con posibilidades de victoria, ya que suelen recompensarnos con valiosos recursos, mejoras para el barco e incluso nuevos miembros para nuestra tripulación.
- Abordar barcos es mejor que hundirlos, ya que las recompensas suelen ser mayores, aunque esto solo os lo recomendamos si tenéis un grupo poderoso y una tripulación muy numerosa. Si hacemos esto, no podremos huir y las batallas que tienen lugar son realmente masivas e incluso caóticas, por lo que suele ser una maniobra muy arriesgada que deberíais dejar para los compases más avanzados.
- Una de las reglas de oro no escritas del juego sería "si no lo ves claro, no te arriesgues". Los enemigos son muy duros y un paso en falso podría llevarnos de cabeza a combates en los que no tenemos casi nada que hacer. Lo mismo se puede decir de las decisiones a tomar durante los eventos narrativos de aventura conversacional.