Un buen puñado de los casi 35 millones de aldeanos y aldeanas que dejaron abandonadas sus islas de Animal Crossing: New Horizons hace meses están volviendo durante los últimos días al simulador social de Nintendo Switch por dos motivos. El primero, la gran actualización gratuita 2.0 que añade un montón de novedades para los exploradores, los coleccionistas, los diseñadores y los que tan solo quieren pasar el rato en una vida virtual más tranquila: la cafetería, el sistema de cocina, los giroides, un sistema de decoración con más opciones, los tours (y tonadas chistosas) de el Capitán… El segundo va más allá, hasta el punto de que se puede considerar un juego nuevo: la expansión Happy Home Paradise.
Happy Home Paradise es un DLC de pago: cuesta 24,99 euros en la Nintendo eShop, pero también está incluido en la suscripción Nintendo Switch Online + Paquete de expansión (que cuesta 40 € anuales). La expansión recoge el concepto de Animal Crossing: Happy Home Designer, el juego de decoración lanzado para Nintendo 3DS en 2015, pero evoluciona sus mecánicas aprovechando los sistemas del juego de Nintendo Switch, y lo más importante para hacerla interesante para casi cualquier tipo de jugador de Animal Crossing: se conecta con la experiencia principal de New Horizons.
A trabajar en el Archipiélago Paraíso
El DLC nos lleva a una nueva localización a la que podemos volar desde el aeropuerto de la isla: el Archipiélago Paraíso, un conjunto de islas con distinta orografía, clima y tamaño. Nada más llegar nos ofrecerán un trabajo para convertir el lugar en un resort que se adapte a las necesidades de cada cliente.
Así, conoceremos a nuevos personajes que nos acompañarán y facilitarán nuestras labores (todos ellos monísimos, como siempre, pero uno de ellos literalmente, ya que es un mico) y recibiremos a animales antropomórficos con su propia personalidad que tendrán un concepto general de su casa vacacional de ensueño, idea a la que nosotros y nuestra creatividad tendremos que dar forma.
Al principio los conceptos están muy claros. Por ejemplo, una elefanta que nos pide un hogar rústico para leer en calma o un hipopótamo que nos solicita una casa llena de juegos de mesa para disfrutar con las visitas. El primer paso será elegir con libertad absoluta qué isla es la más apropiada, y una vez allí asignar una estación, la climatología y la hora del día. Habrá dos o tres ítems en cada encargo que tendremos que añadir obligatoriamente, pero también dispondremos de un amplio abanico de muebles, objetos, paredes, alfombras, lámparas (en la actualización 2.0 se han introducido ítems de techo), etc. con los que decorar libremente. En el menú se muestra una sección de ítems relacionados con la temática que se nos pide, pero también podemos usar una variedad de objetos de todo tipo para dar nuestro toque más personal.
Hemos mencionado varias veces la palabra libertad y hay un motivo para ello: salvo algún gesto de sorpresa por parte del futuro inquilino al colocar demasiados objetos iguales o al introducir en la decoración algo que lo descoloque, nunca van a estar a disgusto con nuestro trabajo, no hay una puntuación que descalifique nuestra obra por muy extravagante o vaga que sea. Mientras coloquemos los ítems imprescindibles, está en nuestra mano currárselo más o menos. Los encargos son una guía para expresarnos nosotros mismos. La cantidad de objetos, muchos de ellos inéditos (y con tanta atención al detalle como nos tienen acostumbrados) de esta expansión, no es abrumadora, pero sí amplísima.
Habrá momentos en los que sintamos que nos falta espacio y sin duda hay cierta limitación en el sistema de cuadrículas. Sin embargo, no es algo negativo. Esas restricciones temáticas y espaciales sirven realmente para que busquemos soluciones alternativas para dar vida a nuestras ideas. No son un límite a la creatividad, sino un accionador de la misma. Es raro encontrarse en el catálogo del Portal de Artes Decorativas del Nookófono, donde podemos ver las fotos de las viviendas vacacionales creadas por otros jugadores, hogares, talleres, cortijos, centros de maquillaje y muchas otras cosas que nos pedirán diseñar iguales que los nuestros.
La mecánica de decorar hogar tras hogar sin duda puede hacerse repetitiva, y recomendamos ir alternando el contenido de la expansión con el juego principal u otros títulos. El juego es consciente de esto y lo palia parcialmente con un sistema de progresión bien pensado que se basa en ir dándonos poco a poco nuevas herramientas que nos permiten profundizar en la mecánica principal a la vez que otorgan una sensación de novedad.
Así, comenzaremos a tener encargos en los que también habrá que decorar el exterior de los hogares con objetos, plantas, caminos... Después aprenderemos a cambiar el tamaño de las salas. Más tarde conseguiremos el trapo, que primero nos deja aplicar brillo a los objetos y más tarde ponerles efectos como humo y mariposas revoloteando. Nos irán enseñando a separar las estancias con muros, a cambiar el tono de la iluminación interior y más cosas que, de nuevo, van orientadas a darnos posibilidades para expresarnos con nuestras decoraciones.
Llevándonos el trabajo a casa
Antes hemos comentado que Happy Home Paradise se relaciona con el juego base, y eso lo hace de varias maneras. Por un lado, todo lo que aprendemos, a excepción del cambio de tamaño de las habitaciones, lo podemos aplicar en la isla principal: los muros de separación, las encimeras, los pilares, la iluminación, los ambientes sonoros, los objetos brillantes… Todo ello también se puede usar en nuestro hogar, y a partir de cierto punto de la expansión, en las casas de nuestros vecinos de la isla.
Por otro lado, hay nuevos ítems que podemos llevarnos a nuestra isla. En la costa de Archipiélago Paraíso encontraremos recetas exclusivas en botellas. Los habitantes del resort pasearán y socializarán en la isla central y al charlar con ellos (por cierto, podremos volver a personalizar su hogar si queremos) puede que nos regalen objetos decorativos o vestimentas nuevas. La oficina tiene una tienda con objetos inéditos en la que podemos pagar con Pokis, la divisa con la que nos pagan por los encargos y que solo se puede usar aquí; en dicha tienda, por cierto, podemos comprar bombones que regalar a nuestros vecinos para que se dejen caer por el archipiélago y crearles a ellos un hogar vacacional.
Además, conforme avancemos en la expansión nos pedirán que decoremos construcciones comunitarias como cafeterías, restaurantes, escuelas, hospitales, etc. Cada vez que desbloqueamos uno de estos espacios se percibe como un hito y un reto decorativo, pero por ellos pasarán personajes que nos enseñarán algo nuevo. Por ejemplo, Gandulio visita la escuela para dar una clase de floristería de la que salimos aprendiendo nuevos tipos de flores híbridas.
Conclusiones
Dependiendo de qué tipo de jugador de Animal Crossing seas, Happy Home Paradise es una experiencia imprescindible o recomendable. Si habéis empleado cientos de horas en ampliar y decorar vuestro hogar de la isla y en terraformarla, es decir, si lo que más o gusta de la experiencia es la decoración, esta expansión es para vosotros; os permitirá llevar muchísimo más allá lo que lleváis haciendo desde marzo de 2020. Si por el contrario lo que os hace volver a New Horizons con frecuencia es la experiencia social, el hablar con vuestros vecinos y simplemente perderos durante un rato en una vida alternativa digital más sencilla, la propuesta probablemente no os encandile.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código ofrecido por Nintendo España.