Resident Evil es una de las sagas que más ha hecho esperar su salto a la nueva generación pero, según todo lo visto hasta ahora, y lo que pudimos probar durante un buen rato en el E3, la espera ha merecido la pena. Siguiendo la línea de Resident Evil 4, que hace unos años revitalizó la saga de Capcom y la volvió a catapultar al estrellato de los juegos de acción, Resident Evil 5 vuelve a situar la cámara sobre el hombro de nuestro personaje, contando con apuntado casi en primera persona, y un sistema de juego mucho más orientado a la acción, aunque algo desesperado en cuanto a munición, lo que en el caso de Resident Evil nunca ha significado una experiencia frustrante, sino mucho más tensa, desesperada, y divertida.
En los dos niveles del juego que pudimos no resolvimos ningún puzle ni supimos por qué motivo estaba Chris ahí y cuál es el origen de su nueva compañera, pero sí pudimos matar a varias decenas de zombies, que ansiosos por acabar con nosotros, nos perseguían incansablemente para chuparnos la sangre con una especie de ventosa en la que se transforma la mitad de su cara, como si de vampiros se tratasen. Por suerte, para evitarlo contamos no solo con un repertorio de armas que incluye pistola, escopeta de cañones recortados y rifle de francotirador, sino también con la ayuda de nuestra compañera.
Su inclusión hace que no estemos solos antes los zombies y que realmente alguien nos cubra las espaldas ante ellos; no solo eso, también nos dará munición, nos curará cuando nos vea en mal estado, y nos quitará a algún que otro zombie de encima cuando nos esté intentando morder. A cambio, nosotros solo tendremos que proporcionarle los mismos servicios, de forma opcional, claro está, pero si ella muere, perdemos.
Esta vertiente cooperativa de Resident Evil, que evidentemente posibilita un modo verdaderamente cooperativo entre dos jugadores, es probablemente la mayor novedad de lo que se ha visto del juego hasta ahora, aparte del salto gráfico que supone el paso a la nueva generación, y aunque a priori parezca un detalle sin importancia, realmente en todo momento notamos que estamos jugando cooperativamente y del mismo modo esa colaboración constante entre Chris y su aliada tiene coherencia con la historia, en la que juntos descubrirán los misterios de esta oleada de zombies, o mutantes, que puebla esa ciudad de África.
Tras una introducción mostrando una secuencia de ejecución de un prisionero, ya vista en algún tráiler, los zombies que anteriormente jaleaban el ahorcamiento se abalanzaban sobre nosotros, creyéndonos protegidos por una verja metálica que enseguida nuestros enemigos escalaban, por varios sitios, acercándose a nosotros con el lento pero implacable ritmo de un zombie. El sistema de apuntado sigue siendo igual que en Resident Evil 4, como contábamos antes, con una pseudo primera persona donde movemos el puntero láser de la pistola, u otra arma, de Chris, recibiendo los enemigos más o menos daño dependiendo de dónde les impactemos, y muriendo de diferentes formas –explosión de cabeza, partido por la mitad con la escopeta, etc…
Esta primera parte de combate desesperado contra los zombies, que no cesaba hasta que otro monstruo mayor rompía directamente la verja y nos permitía escapar, estaba marcado por la escasez de munición. Los enemigos sueltan munición al morir, pero ésta desaparece tras un tiempo, por lo que si no estamos atentos y buscamos balas por todas partes, enseguida nos quedaremos sin plomo para defendernos, y tendremos que recurrir al clásico, entrañable, pero suicida, cuchillo de Resident Evil. Por suerte, en estas situaciones donde estábamos rodeados por cinco zombies y el fin parecía cercano, pese a que cuando un zombie te muerde tienes opción de evadirte pulsando el stick izquierdo como un poseso, aparecía nuestra compañera y, aparte de pegarle un par de tiros al zombie que más nos molestaba, nos daba munición que había encontrado para que tuviésemos algo con lo que hacerles frente.
Del mismo modo que nuestra compañera nos saca de apuros, nosotros teníamos que hacer lo mismo, aunque todas las acciones relacionadas con ella, desde darle la munición que cojamos hasta salvarla de un peligro, se hacen con el mismo botón; en el caso de los peligros, se muestra una secuencia cinemática similar a la que vemos cuando damos el golpe final a un enemigo. En esta ocasión, por cierto, son cinco golpes diferentes.
En el segundo nivel del juego volvíamos a enfrentarnos a un pequeño ejército de zombies, con la particularidad de que en un momento del nivel estábamos separados de nuestra compañera y teníamos que cubrirla desde la distancia usando un rifle de francotirador, para permitirle salir de un edificio a donde ella había saltado para abrir el camino para los dos. El nivel concluía con el enfrentamiento contra un mini jefe final, un enorme zombie, con una bolsa en la cabeza, y armado con una brutal motosierra. El zombie jefe iba acompañado además por un número de otros zombies estándar, con los que también teníamos que lidiar, pero teniendo siempre en cuenta que un impacto directo de una motosierra no se puede evadir. Sin embargo, la secuencia de muerte es tan espectacular como la que se vio en Residen Evil 4.
Esta quinta parte de Resident Evil 5 no tiene muchas innovaciones respecto a la anterior entrega, pero tiene una pinta fantástica. Tanto el apartado gráfico en general, como en particular su ambientación, están realmente conseguidos, y la jugabilidad se beneficia mucho de la interacción con Sheeba, nuestra compañera, y tanto el diseño de niveles que ello permite como la variedad de situaciones que ello permitirá. El 13 de marzo sale en todo el mundo para PlayStation 3 y Xbox 360.