Generalmente, en el mundo de los videojuegos, nos encontramos con que cuando se da con una fórmula de éxito, los desarrolladores tienden a repetirla una y otra vez, temerosos de descontentar a su público si cambian la receta. Esto es especialmente evidente en las sagas, las cuales, entrega tras entrega, se enfrentan al dilema de mantenerse fieles a sus orígenes o evolucionar a costa de que el cambio no guste a sus seguidores. Por supuesto hay veces que una nueva entrega de una serie aporta novedades que hacen que sea algo nuevo, pero sin cortar las raíces con sus orígenes y, en menos ocasiones, lo que aporta nos sorprende de veras. Este es el caso de la última entrega de MotorStorm, que ha decidido mezclan la conducción con terremotos y otros desastres naturales.
Lo primero que nos preguntamos al jugar al título es como surgió la idea en la mesa de diseño, y es que correr en una ciudad devastada por terremotos no es un concepto que surja a la ligera. Pero lo cierto es que pese a lo extraño del planteamiento el juego funciona, y lo hace muy bien, resultándonos tremendamente divertido en las partidas que jugamos.
El título nos pone en el hipotético caso de que un enorme terremoto ha devastado la ciudad de San Francisco, dejándola prácticamente deshabitada y asolada por otros fenómenos naturales, como tifones. Pero como hay gente para todo, un grupo de corredores sin miedo han decidido aprovechar las vacías calles de la ciudad (y lo que no son sus calles) para llevar a cabo las carreras más vertiginosas, debiendo enfrentarse a derrumbamientos y nuevos temblores que harán cambiar el circuito en cada vuelta.
Bienvenido a San Francisco... o lo que queda de ella
El planteamiento del juego, pese al cambio de los pasajes naturales por un entorno urbano, se mantiene muy fiel, con carreras salvajes y totalmente arcade en las que nos encontraremos con todo tipo de obstáculos y desniveles en el terreno. De hecho, aunque el juego a priori se sitúa en un terreno urbano, lo cierto es que los circuitos tendrán poco que ver con lo que nos tienen acostumbrados otros juegos del género. Y es que aunque correremos por San Francisco (y reconoceremos parte de ella sin duda), lo haremos sobre puentes caídos, edificios derruidos e interiores de oficinas que han conocido tiempos mejores, por no hablar de playas desoladas o azoteas llenas de socavones. Lo cierto es que el escenario será más irregular que nunca, y el hecho de que cambie dinámicamente durante las carreras no pondrá las cosas más fáciles.
Estos cambios serán sobre todo estructuras que se derrumbarán a nuestro paso, permitiéndonos pulsar un botón en el momento justo para ralentizar la acción y prepararnos mejor para el cambio en el terreno. Aunque muchos de estos eventos serán predefinidos y ocurrirán siempre de la misma forma, sus desarrolladores nos han tranquilizado diciendo que habrá muchos otros aleatorios y otros que dependerán de ciertos aspectos de la carrera para activarse o no, por lo que nos han prometido que nos tendremos la sensación de que siempre pasa lo mismo.
A la hora de jugar, podremos hacerlo en una de las tres campañas (cada una correspondiente a un nivel de dificultad), en las que se nos irán desvelando cosas de la trama desde distintos ángulos, y es que habrá un interesante triángulo entre corredores, los supervivientes que se niegan a abandonar la ciudad y que parecen haber enloquecido y el ejército, que trata de evacuar la ciudad. Este triángulo no sólo tendrá repercusiones a nivel argumental, sino que afectará a la jugabilidad, pues los dos últimos grupos se meterán en mitad de nuestras carreras y podrán llegar a fastidiarnos a base de bien. Además permitirnos avanzar en la trama, según corramos, iremos ganando puntos que nos permitirán configurar nuestro vehículo para hacerlo a nuestro gusto, lo que siempre es un plus.
La importancia de crear comunidad
En cuanto al modo multijugador, se permiten hasta 16 jugadores que competirán en carreras frenéticas en las que tendremos que tener cuidado de no destrozar nuestro coche cayendo desde lo alto de un edificio o chocándonos contra un pilar (aunque podremos regresar inmediatamente a la carrera). Si en el modo para un jugador los eventos se centraban en nosotros, cuando jugamos en compañía estos se vuelven aleatorios, pudiendo suceder en cualquier momento e implicar a distintos vehículos. Para sus desarrolladores es muy importante que se cree una buena comunidad en torno al juego y es por ello que han prometido lanzar contenido extra continuamente, como retos semanales o herramientas para que los usuarios puedan crear sus propios tipos de carreras.
Gráficamente el juego luce espectacular, y es que además de contar con unos gráficos muy buenos y unos entornos realmente impresionantes, el título juega con secuencias más propias de películas, como el derrumbamiento de edificios o un tifón que se forma a nuestro lado. Lo mejor sin duda no es el acabado de estos aspectos, sino lo bien integrados que quedan con el juego y la espectacularidad que hace que gane sin que nos sintamos fuera del mismo. Mención aparte merece el modo 3D, realmente espectacular, y es que está implementado a las mil maravillas, consiguiendo una profundidad increíble. Es cierto que el 3D se consigue a costa de un cierto sacrificio gráfico, algo que se nota en la generación de elementos algo brusca en ocasiones, pero no es algo demasiado exagerado y sin duda compensa con disfrutar de un efecto de profundidad tan trabajado.
La verdad es que este MotorStorm: Apocalypse nos ha sorprendido. Aunque a priori la combinación que propone pueda resultar algo extraña, lo cierto es que el resultado es realmente bueno, ofreciendo muchos alicientes a nivel jugable y dotando al título de una gran jugabilidad. Pero por encima de todo, debemos decir que el juego nos ha parecido realmente divertido y que nos hemos quedado con ganas de echar alguna que otra carrera más. Por nuestra parte estamos deseando que salga ya (lo hará el 16 de marzo) para poder echarle el guante y ver cómo es correr teniendo una ciudad devastada como circuito.